Sarah Robles, miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y la mejor levantadora de pesas en los Estados Unidos, se ha enfrentado a varias dificultades en la vida. Cuando nació pesaba cerca de 11 libras y siempre era grande para su edad lo que dio lugar a la burla constante de sus compañeros de clase. También sufre de una deformidad de hueso en su antebrazo que le causa dolor cada vez que levanta pesas.
Hace diez años, después de una prolongada enfermedad, su padre falleció y su madre se convirtió en la única persona a cargo. Vivían en circunstancias muy humildes. Poco después de la muerte de su padre, conoció La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días por un par de compañeros de su equipo de atletismo en la escuela.
Después de preguntarle a sus compañeros si podía asistir a la iglesia con ellos, comenzó a recibir lecciones sobre la Iglesia y sus creencias. Durante una lección que se centró en Jesucristo, comenzó a llorar. “No podía entender por qué estaba llorando,” dijo Robles. Uno de sus amigos le dijo que ella estaba sintiendo el Espíritu.
La comprensión de las enseñanzas de la Iglesia era muy fácil para ella y después de estudiar el Evangelio por cinco meses con misioneros de la Iglesia, se bautizó. En una entrevista con un reportero del periódico Deseret News dijo: “Por último, encajaba todo”.
Después de graduarse de la escuela secundaria, Robles aceptó una beca de atletismo de la Universidad de Alabama y finalmente se trasladó a la Universidad del Estado de Arizona donde conoció a Joe Micela, un entrenador de fuerza y acondicionamiento. Él reconoció el potencial en ella y comenzó su formación en el levantamiento de pesas.
“He confiado más en mi fe cuando los tiempos difíciles han llegado en mi carrera. Ha habido una gran cantidad de pequeños milagros. No sé por qué, pero Dios me quiere en el equipo Olímpico y me ha bendecido en el proceso”, dijo Robles.
Para poder calificar para los Juegos Olímpicos de 2012 en Londres, necesitaba levantar 144 kilos. Por lo tanto, ella hizo algo que le era natural – rezó. Humildemente pidió: “Padre Celestial, realmente necesito hacer esto para estar en el equipo Olímpico. Por favor dame el valor y la fuerza que necesito para levantarlo”.
Cuando fue a levantar el peso inmediatamente sintió que no podía hacerlo. Luego, con una explosión de fuerza, Robles logró levantar la barra sobre su cabeza. Estaba en camino a los Juegos Olímpicos de 2012.
“Nadie pensaba que yo fuera capaz de hacerlo. No sé cómo sucedió. Era como si los ángeles estuvieran conmigo en la plataforma. El Señor respondió a mi oración de una manera que probablemente no merecía. No creo que nunca vaya a olvidar esa oración en mi vida”.
En Londres alcanzó su meta de una marca personal y terminó en el séptimo lugar. Su competencia en los Juegos Olímpicos de 2016 se inicia el domingo 14 de agosto
Fuente: saladeprensamormona.org.sv