Cuando se anuncia la construcción de un templo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días generalmente viene acompañada de mucha expectación de parte de los miembros de la Iglesia de la ciudad donde se construirá. Desde que Brigham Young dijo «éste es el lugar» hasta que Wilford Woodruff dedicó el Templo de Salt Lake transcurrieron más de 45 años. Afortunadamente, en esta época los tiempos de espera son menores y a los pocos meses luego del anuncio de un templo los camiones y grúas ya se ven trabajando en el terreno.
La edificación del Templo de Aba, uno de los primeros en África y el primero en Nigeria, requirió una obra de construcción antes del comienzo del trabajo en el terreno del templo ya no que había una forma segura de llegar desde la ciudad hacia el terreno ubicado en las afueras de Aba. El camino hacia el terreno cruza el río Waterside y era tan lodoso y el puente tan deficiente que les sería muy peligroso y difícil pasar a los miembros para asistir al futuro templo y más aún a los camiones con materiales y maquinarias para la construcción. Según relató el bloguero Sheldon G. en Times and Seasons, el templo no se podría construir sin antes preparar el camino.
Calle Okpulu-Umuobo cruzando el río Riverside en Aba. | Sheldon G., Times and Seasons.
Las imágenes de arriba muestran el camino como era antes de la construcción del templo, incluyendo un masivo deslizamiento de tierra y un camión con madera volcado. Definitivamente, el camino no estaba preparado para el fluyo vehicular y peatonal que llegaría con el templo.
«Con el fin de prevenir problemas como estos», narra Sheldon G., «la Iglesia desembolsó una tremenda cantidad de recursos para construir un camino entre la ciudad y el templo».
Un puente se levantó y un camino se construyó lo cual permitió la construcción del templo y benefició a miles de familias vecinas.
«La imagen de la construcción del camino hacia el templo nigeriano es para mí un recordatorio particularmente poderoso del significado del templo«, comenta Sheldon G. «En nuestras vidas personales, llegar al templo puede ser tan difícil como lo fue para la Iglesia el construir un camino hacia el templo nigeriano. A veces nuestros terrenos peligrosos y fangosos consisten en desafíos físicos… y en otras ocasiones nuestro camino está embarrado con obstáculos espirituales«.
Sheldon G. continúa diciendo que «el vencer los obstáculos en el camino hacia el templo es, en verdad, el significado mismo del templo. Limpiarnos del lodo de nuestras vidas espirituales y construir puentes para asistir dignamente al templo. Esas son las cosas que el resultado final sea tan significativo: estar tranquilo a solas del salón celestial».
La dedicación del Templo de Aba fue acontecimiento único para los nigerianos quienes se reunieron desde temprano para recibir al presidente Gordon B. Hinckley, quien dedicaría el templo. Al acercarse la caravana de vehículos que acompañaban al presidente Hinckley, cientos de santos hicieron una larga final a ambos lados de la calle hacia templo. Lo que algún momento fue solo barro, ese día fue una calle sólidamente construida en la cual los santos nigerianos recibieron con pañuelos blancos a su profeta. Una imagen que hace recordar aquella entrada triunfal del Salvador a su templo en la Tierra Santa.