Fuente: Blog de FamilySearch
Puede que sea una cifra exagerada, pero el autor y bloguero Randal Wright estima que el 99,9% de la gente no lleva una historia ni un diario personal con detalles. Si suponemos que usted se encuentra entre esa mayoría, ¿por qué no lleva un diario de su vida? Las personas ponen muchas excusas: tienen muy poco tiempo, les da pereza o creen que, como están tan atrasadas, es imposible ponerse al día. La vida nos da increíbles lecciones, las cuales podrían brindar una extraordinaria perspectiva a nuestros hijos. ¿Acaso no las deberíamos escribir?
El Dr. Wright habló en la Conferencia Anual de Historia Familiar número 46 que se llevó a cabo en la Universidad Brigham Young de Provo, Utah, del 29 de julio al 1º de agosto. Fue el nacimiento de su primer hijo lo que le inspiró a comenzar a escribir las lecciones que la vida le ha dado. Sin embargo, pronto se sintió abrumado por la envergadura de la tarea. Después de todo, cualquier asunto de la vida nos puede dar lecciones. Así que se le ocurrió una estrategia simple, la cual compartió, para facilitar la tarea: llevar una libreta a todas partes y tomar nota de los momentos importantes con tres palabras que hagan que acudan a la mente con facilidad. Luego, en cuanto se tenga más tiempo, escribir con más detalles a partir de esas tres palabras. Eso sólo debe tomar de 10 a 15 minutos, pero el relato quedará grabado para usted y su posteridad.
Por ejemplo: la leyenda de una foto chistosa que mostró decía: “Oreja tío Charles”. Resulta que hace años, su tío Charles se gastó tres rollos de película tomando fotos en un largo viaje que hizo por las Montañas Rocosas de Canadá. Después de que le revelaron los rollos, se dio cuenta de que ninguna de las fotos tenía valor alguno. Lo que sucedió fue que la cámara siempre la puso al revés y todas las fotos eran acercamientos de su frente y de una de sus orejas en lugar de los hermosos paisajes de Canadá.
La enorme desilusión que se llevó le enseñó a Wright algunas valiosas lecciones, entre ellas “lee las instrucciones” y “mira hacia adelante, no hacia atrás”. Las palabras “oreja tío Charles” rápidamente llevan a la mente la anécdota completa y su moraleja.
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