(NOTA DEL EDITOR: El siguiente artículo fue escrito por Camila Vargas quien es traductora de El Faro Mormón y miembro del coro multiestaca en Concepción que se preparó para estas presentaciones).
CONCEPCIÓN, Chile – Todo comenzó con un llamado de Asuntos Públicos tras la presentación del video oficial del Flashmob. Dijeron a los participantes que se cantarían villancicos en la vía pública con el mismo objetivo que había tenido la presentación de baile: dar a conocer La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a la comunidad penquista puesto que estamos en vías de la primera palada del Templo.
Fue así como el domingo 15 de septiembre, en la capilla de Gleisner, se dio inicio a este proyecto que aspiraba a ofrecer un concierto de calidad. Puesto en marcha por tres directores (Cristóbal Rodríguez, Federico Schaaf y Alejandro Cañón), cada uno de ellos se encargó de cuatro himnos, lo que dio como resultado el siguiente repertorio: Noche de Luz, Cantan Santos Ángeles, Escuchad el Son Triunfal, La primera Navidad, Oh Árbol Fiel, El Lindo Niño, El Pequeño Tamborilero, El Villancico de las Campanas, Oyes lo que Oigo Yo, En la Judea en Tierra de Dios, Santa Claus is Coming to Town, ¡Regocijad! Jesús Nació y Señor te Necesito.
Hoy, con ya dos presentaciones en el cuerpo, el Coro de Navidad cuenta con aproximadamente ochenta integrantes, incluido el pequeño Tomás, hijo de Nicolás Contreras (bajo) y Loretto Carter (soprano) nacido a principios de noviembre. Además de los dos músicos (Jennifer Sánchez con flauta traversa, y Leonardo Matamala en el piano).
Dirigir un Coro de esta envergadura no es fácil, y si consideramos que además no todos los participantes son expertos en música, nos da como resultado un gran desafío. Al respecto, Federico Schaaf se refirió manifestando que aunque fuéramos algo jóvenes contáramos con poca experiencia, uno de los mayores retos fue subir el ánimo de muchos integrantes del Coro, a algunos de los cuales ya conocía junto con su calidad humana y potencial. Concluyó diciendo: “Vengo cantando desde los 14 años tanto en coros de la Iglesia como en coros profesionales, y como he dicho a muchos amigos, la experiencia de cantar en un coro profesional ciertamente es preciosa… pero cantar en un coro de la Iglesia, aunque sea uno de barrio, es una experiencia espiritual que no se puede describir con simples palabras”.
La primera presentación se llevó a cabo el día viernes 13 en el Patio de Comidas del Mall Plaza del Trébol a las 20:00 horas. Recuerdo que estábamos nerviosos arreglando los últimos detalles, como por ejemplo, el orden de los himnos en las carpetas o haciendo el nudo de alguna corbata roja para los varones. Pese a esto, la alegría y emoción por nuestro primer concierto se sentía, llevábamos meses ensayando y queríamos ver los frutos.
Leonardo, el pianista del Coro, comentó: “antes de ir estaba muy contento, porque para mí siempre es especial presentar a la Iglesia, sobre todo musicalmente y en un lugar donde hay personas que no conocen el Evangelio. Creo que muchas veces los que tocamos música no sabemos cómo ésta influye en quienes la escuchan, y me hace sentir bien el saber que estamos ayudando aunque sea por unos minutos a personas que pueden estar pasando situaciones difíciles que no conocemos”.
Si bien en nuestra primera presentación hubo algunos desperfectos técnicos, pudimos sentir que lo que hacíamos era lo correcto y que haber consagrado parte de nuestro tiempo al Señor lo valía y mucho.
Al concluir, le cantamos “Cumpleaños Feliz” a la hermana Carmen Venegas, mientras Luis Luengo, su hijo, le sostenía su torta. Entre felicitaciones y abrazos, los directores nos anunciaron que se nos había autorizado a cantar afuera de Cinemark, en el primer piso. Nadie se lo esperaba, pero acudimos felices a interpretar tres villancicos en esta ocasión.
Dos días después, el domingo 15, nos dirigimos al Aeropuerto Carriel Sur para el segundo concierto. Como anécdota, se puede mencionar el hecho de que la amplificación se demoró en llegar y que por ende, se nos hizo vocalizar bastante, pero desde el momento en que empezamos a cantar nada de eso importó. Con más confianza que la vez anterior, interpretamos los doce himnos y se sintió el Espíritu tan fuerte esta vez, que según cuenta el hermano Fernández, padre de Rocío Fernández (contralto), un pasajero se mostró muy conmovido, especialmente con el himno “Señor, te Necesito”.
Natalia Aravena, quien a diferencia de otros coristas canta desde hace siete años, relató su experiencia en este Coro de la siguiente manera: “Muchas personas iban a subir a sus vuelos pero aun así se detuvieron a escuchar con atención un poco de lo que estábamos entregando. Quizás no lo habrían hecho en primera instancia, pero el Espíritu se sentía tan fuerte que hasta a mí se me erizaba la piel. Es genial poder mostrar el talento que uno se esfuerza en desarrollar a los demás y demostrar a través de pequeñas muestras como ésta que nuestro Padre Celestial vive. Doy gracias a Él por brindarme el apoyo de tan grandes personas que cantan conmigo en esta maravillosa obra”.
Hoy, jueves 19 de diciembre volvimos a cantar, esta vez en la Municipalidad de Chiguayante frente a autoridades locales. El sábado nos presentaremos en la Plaza de Independencia de Concepción y finalmente el domingo 22, cantaremos en la capilla de Gleisner para todos los miembros de la zona. Ha sido una experiencia gratificante en todo sentido, sé que cada uno de nosotros ha podido notar la mano de Dios en todas las cosas y cómo Él nos ayuda a que podamos mejorar cada día.
Creo que el resto de los miembros del Coro de Navidad estarán de acuerdo conmigo al decir que esperamos con ansias repetir el festival y transformarlo en una tradición, sobre todo porque tendremos un Templo dentro de poco, hecho que sólo nos motiva a seguir progresando en pos de esta gran obra.
Néstor Alegría, de Asuntos Públicos, expresó: “puedo sentir que tal como el Flashmob, esta actividad será muy exitosa y cumplirá los objetivos planteados. Siento mucha gratitud por las personas que integran el coro, que han puesto mucho de su tiempo y talentos. Mención especial para los directores, por su paciencia y perseverancia, para los músicos que están dispuestos a repetir una y otra vez los acompañamientos musicales en los ensayos. Sé que para todos ellos será una actividad que marcará sus vidas, sé que podrán sentir el Espíritu del Señor en las presentaciones que restan, así como sé que estarán anhelosamente esperando la del año próximo”.
Y lo estamos.
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