«Utilizamos los mejores materiales, mano de obra y técnicas de construcción para edificar una estructura digna de ser llamada “la Casa del Señor”, dijo Daniel Hernández, PM del Templo de Tijuana.
Daniel Hernández, arquitecto que ha participado en la construcción de centros de reuniones y otros edificios para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días en México, ahora ve coronada su carrera y fortalecido su testimonio al haber supervisado la construcción del Templo de Tijuana como Administrador de Proyecto durante tres años. Conoce un poco de su labor en esta entrevista concedida a El Faro Mormón.
Daniel, ¿cuál es su profesión?
Soy arquitecto de profesión, egresado de la Universidad Nacional Tecnológica de México. He tenido la fortuna de desarrollarme profesionalmente tanto en el ámbito de diseño como en el de la construcción durante mis 15 años de experiencia profesional.
¿Cuál fue su participación específica en la construcción del templo?
Como empleado de la Iglesia, ocupo la posición de Project Manager (PM, Administrador de Proyecto) para el proyecto del templo directamente en el sitio de la construcción. Junto con otro PM en la oficina de Lago Salado, mi función es asegurar que el proyecto cumpla con los objetivos establecidos en cuanto a costo, tiempo y calidad. Como administradores, somos responsables de la contratación y coordinación de las empresas o consultores necesarios para llevar a cabo todas las actividades y trabajos, desde la fase de diseño, hasta la conclusión de la construcción del edificio. Al estar en el sitio de la construcción, una de las funciones importantes que se me encomienda es comunicar con precisión el estatus del proyecto a nuestros líderes.
¿En qué proyectos participó antes del Templo de Tijuana?
He trabajado los últimos 10 años para proyectos de la Iglesia. La mayor parte del tiempo en una posición similar como administrador de proyectos. Mayormente, los proyectos que he desarrollado son centros de reuniones o capillas, como les conocemos comúnmente. He estado a cargo del diseño y construcción de proyectos nuevos y de ampliación o remodelación en el área comprendida por los estados de Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Oaxaca y, ocasionalmente, en el Distrito Federal, Estado de Mexico, Chiapas y Yucatán. Al trabajar para el Departamento de Facilidades Físicas de la Iglesia también he tenido oportunidad de desarrollar algunos otros proyectos tales como casas y oficinas de misión, centros de distribución y oficinas administrativas, entre otros.
La oportunidad de participar en un proyecto de este calibre me permite combinar mi pasión por la arquitectura y mis creencias religiosas, lo cual es un gran privilegio.
El poder viajar a todos estos lugares me ha brindado la oportunidad de conocer a muchos miembros de la Iglesia en su lugar de origen y aprender de sus distintas tradiciones y cultura. El atestiguar la manera en que todos ellos se esfuerzan por vivir el evangelio ha sido una experiencia por la cual me siento muy agradecido.
¿Cómo se involucró en el proyecto de este templo?
En febrero del 2013, mi jefe, el director del Departamento de Facilidades Físicas, se enteró de la oportunidad de enviar a un miembro de su equipo para la administración del proyecto. Él convocó al pequeño grupo de ingenieros y arquitectos que formábamos parte de su equipo de trabajo y nos comentó la posibilidad de formar parte del proyecto, eso implicaba, entre otros cambios, dejar nuestra posición de aquel entonces por un periodo de 30 meses y la reubicación con nuestra familia en la ciudad de Tijuana. En ese mismo momento de la reunión, me ofreció para ocupar la posición, una semana después me confirmaron que me habían seleccionado para formar parte del proyecto. En mayo del mismo año junto, con mi esposa e hijos, me instalé en una nueva casa para dar inicio a esta gran experiencia.
¿Qué le interesó de este proyecto?
Como arquitecto mexicano miembro de la Iglesia, no había ningún otro proyecto al que yo hubiera aspirado a participar sino la construcción de un templo en el territorio de nuestro país. El diseño único del templo ha llamado ya la atención de expertos, el edificio ha sido nominado a ganar premios internacionales. La oportunidad de participar en un proyecto de este calibre me permite combinar mi pasión por la arquitectura y mis creencias religiosas, lo cual es un gran privilegio.
(Lee la nota sobre el premio que el templo recibió por su trabajo de hormigón prefabricado).
¿Cómo recibió su familia la noticia de su participación en la construcción del templo?
Casualmente, un par de meses antes de saber de la oportunidad de participar de este proyecto, en pláticas con mi esposa había comentado la necesidad que había estado sintiendo de hacer algún cambio en mi rutina de trabajo; juntos decidimos que de haber alguna oportunidad de hacer algún cambio, incluso de residencia, estaríamos dispuestos a hacerlo. De tal forma, creo yo, el Señor nos preparó para aceptar esta asignación.
Como un dato chistoso, cuando me confirmaron el traslado, para animar a mi esposa le mostré unas fotografías de lo que, yo le dije, era la colonia más bonita de Tijuana, eran fotos de San Diego.
Por supuesto, la separación de las familias siempre es un tanto dolorosa, sin embargo, debido a la naturaleza de este gran proyecto siempre estuvimos mucho más que felices y dispuestos para hacer estos nuevos cambios.
¿Cómo influye su condición de SUD en su trabajo?
Tengo oportunidad de trabajar con muchas personas que no son miembros de la Iglesia, muchas veces ellos no conocen casi nada de nuestras creencias y siempre hay oportunidades de compartir y enseñar los principios a los que, como miembros de la Iglesia, nos comprometemos y esforzamos por vivir. Por mi posición en los proyectos y como representante de la Iglesia, siempre me esfuerzo por tratar a las demás personas con respeto y dignidad, muchos de ellos pueden tomar el ejemplo de mi comportamiento como muestra de lo que «debe ser » un miembro de la Iglesia y sé que esta es una gran responsabilidad.
¿Cómo se ha sentido a lo largo del proyecto?
Yo empecé a integrarme al proyecto en abril de 2013, la construcción ya había iniciado, empezó en noviembre de 2012, y la fase de diseño, que estaba por terminar, tenía ya más de un año de haber comenzado. De tal forma que me estaba integrando a un equipo que ya tenía tiempo trabajando junto, así que por un tiempo no puede evitar sentirme como «el nuevo del grupo». Sin embargo, todos los miembros del equipo me recibieron calurosamente, lo que facilitó en gran manera mi transición.
Ahora, después de casi tres años, al ver el edificio terminado en su totalidad, reflexiono en cuanto a todos los desafíos que tuvimos que superar y cómo el Señor provee para el beneficio de sus hijos.
¿Cómo percibe su testimonio después de finalizado el templo?
En este momento, que está por iniciar la casa abierta, me siento muy satisfecho del trabajo que, como equipo, hicimos para convertir en una realidad este majestuoso edificio. Fueron muchas horas de trabajo que muchísimas personas involucradas dedicaron para la construcción del Templo.
Como en todo, hubo grandes desafíos y, por supuesto, también ha habido muchos momentos de gran satisfacción. En realidad me siento sumamente agradecido de haber podido formar parte del proyecto, sé que el Señor podía edificar Su casa sin mi ayuda, así que no me queda más que sentirme agradecido por la oportunidad.
Debido a que mi trabajo está estrechamente relacionado con mis creencias religiosas, puedo obtener una comprensión un poco más amplia del plan de Dios para sus hijos, lo cual me ayuda entender mejor mi posición ante Él, sin duda esto fortalece mi testimonio y compromiso ante Él.
Durante la construcción, ¿notó la ayuda del Señor?
La construcción de un proyecto de esta magnitud, ya de por sí, es desafiante. La cantidad de coordinación que se requiere entre los integrantes del proyecto para que todos los diferentes frentes de trabajo avancen de acuerdo a lo programado es extremadamente demandante. Sin embargo, el haber sido testigo de cómo cada una de las piezas de este enorme rompecabezas caen en su lugar, en el momento preciso, es algo que testifica de la mano del Señor en la dirección y ejecución de este edificio. No cabe duda que el desempeño del equipo de trabajo fue del más alto nivel, sin embargo, de no haber contado con la ayuda del Señor, difícilmente hubiéramos logrado cumplir con todos los objetivos que nos trajeron a este día en el que está todo listo ya para la casa abierta y la dedicación del edificio.
Los salones de sellamientos son de los más ornamentados del edificio debido a su jerarquía dentro de las ordenanzas que se llevan a cabo en el templo
¿Qué parte del templo le gusta más?
Presenciar la construcción desde sus inicios es muy parecido a ver un hijo crecer, de tal forma que hay una gran carga emocional involucrada. Para mí es muy difícil decidir qué es lo que me gusta más, tal como es difícil hacer cualquier distinción entre mis hijos, pero si tuviera que elegir probablemente mencionaría dos lugares: el salón de sellamientos y la plaza.
Los salones de sellamientos son de los más ornamentados del edificio debido a su jerarquía dentro de las ordenanzas que se llevan a cabo en el templo. En particular los marcos de los espejos, tallados a mano por artesanos mexicanos, son una obra de arte en sí.
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La plaza, diseñada tal como el atrio de una hacienda, refleja el diseño colonial por medio del cual los arquitectos concibieron y desarrollaron el diseño de todo el complejo y los interiores del templo. Estar en ese lugar y disfrutar de los jardines y el sonido del agua en la fuente, de verdad es como ser trasladado a otra época. Es una sensación que vale la pena experimentar.
¿Cuál es la capacidad del templo en un día muy ocupado?
Esta es una pregunta un tanto complicada de responder debido a que hay muchas variables qué considerar. Teóricamente, si pensáramos que el Templo este funcionando a su máxima capacidad en todas las diferentes actividades que se pueden realizar desde las 6 de la mañana y hasta las 9:30 en la noche, podríamos pensar que se podrían recibir alrededor de 1,500 personas y llevar a cabo poco mas de 2,000 ordenanzas.
Estos números solo reflejan un cálculo aproximado de la capacidad que tiene el edificio, sin embargo, el uso real depende de nosotros, como miembros regulares de la Iglesia o más específicamente de los miembros de la Iglesia en la región de Tijuana. Estoy seguro de que el presidente del templo estaría muy contento de tener el desafío de recibir tal cantidad de personas dispuestas a trabajar en el templo.
(Haz clic sobre la fotografía para ampliar)
Detalle de la fachada del templo de Tijuana. | Foto: Israel Gutiérrez, El Faro Mormón.[/caption]¿Qué proyectos siguen en su carrera?
Los planes inmediatos (después de la dedicación del templo), son ir de regreso a la oficina de la Iglesia en la Ciudad de México para seguir colaborando y, junto con el equipo de Facilidades Físicas que está a cargo del hermano Guillermo Torres, seguir contribuyendo para el engrandecimiento de esta gran obra.
¿Algo que quiera decir a la audiencia de El Faro Mormón?
Por supuesto, me gustaría hacer extensiva la invitación al programa de Puertas Abiertas que se llevará a acabo del 13 al 28 de noviembre. El programa cultural que se transmitirá a todos los centros de estaca a nivel nacional el sábado 12 de diciembre a las 8:00 p.m. hora del centro y, el domingo 13 de diciembre, las 3 sesiones de dedicación que también serán transmitidas a nivel nacional a las 11:00 a.m., 2:00 p.m. y 5:00 p.m. Les agradezco por brindarme esta ventana y por la labor que llevan a cabo para informar a sus lectores.
(Imagen destacada: Templo de Tijuana por Welden Andersen; Retrato de Daniel Hernández por Esli Hernández)
Monse Anzaldo Yahayra Martinez Guzman Alberto Alonso Cesar Pérez
mire hermana Rosario Valencia Villalpando 🙂