Introducción
La restauración del evangelio nos proporciona importantes principios que podemos hallar en todo el proceso mismo de la restauración, sea la salida a luz del Libro de Mormón y otros libros canónicos, traducciones, revelaciones o hechos históricos. Es a raíz de esto, que deseo compartir una visión personal sobre la dignidad humana y como es que los principios de la restauración me pueden ayudar en la comprensión de lo que es la dignidad humana de forma muy personal, no siendo esta una posición doctrinal de la iglesia.
En un inicio pretendo abordar algunas premisas generales sobre la dignidad humana para preguntarnos ¿Por qué el ser humano tiene dignidad? Y en la búsqueda del porqué de su dignidad se comentará la problemática de las visiones rígidas y como la restauración del evangelio me da una comprensión más amplia y ecléctica sobre la razón del porqué de la dignidad humana.
La dignidad humana
El preámbulo de la Declaración de los Derechos Humanos hace reconocimiento de la “dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”(Naciones Unidas, 1948), sustentado los principios de libertad, igualdad y fraternidad contenidos en el artículo 1 de dicha declaración. Así pues, la Declaración de Punta del Este sobre la dignidad humana para todos en todo lugar: a 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (2018), menciona que “la dignidad es una parte esencial de los que significa ser humano”, en el preámbulo de dicha declaración también se afirma que “la dignidad humana pone de relieve el carácter único e insustituible de cada ser humano; que implica el derecho de cada individuo a encontrar y definir lo que da sentido a su propia vida”. Es por eso que, nos preguntamos ¿Por qué es intrínseca e inherente la dignidad humana? es decir, ¿Qué es lo que da esa dignidad intrínseca al ser humano? Claramente, para intentar dar respuesta a estas preguntas será necesario comprender al ser humano, aunque aquí solo se abordará someramente.
Posturas sobre la razón del porqué de la dignidad humana
La condición humana es un asunto que ha llevado a serias consideraciones filosóficas desde tiempos antiguos, Bustamante Alarcón (2018) explicaría que:
Desde Platón a Locke, pasando por Aristóteles, santo Tomás y Hobbes, continuando con Hume, Kant y otros pensadores, desde la Antigüedad hasta nuestros días, se ha abordado directa o indirectamente la pregunta: ¿qué es el ser humano?, ¿en qué consiste su naturaleza? (p. 27)
Es así como la cuestión de la naturaleza del ser humano se ha convertido en pieza medular para dar explicación a la razón del porqué de su dignidad, Grande Yañez (2023), explica que:
[…] el cristianismo acude a una concepción racional en la configuración de la dignidad humana dada por la base teológica de que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios […] La idea de la creación ‘a imagen y semejanza’, produce optimismo y refuerza la inicial debilidad material del ser humano, siendo objeto de reivindicación ante el poder. Por ello, por ejemplo, un homicidio adquiere tanta gravedad, porque la víctima es un hijo de Dios. El cristianismo subrayará la idea desde la hermandad compartida entre los seres humanos, que son prójimos a los que es necesario, incluso, socorrer (pp. 128-129)
Es posible que la visión religiosa del origen de la dignidad humana, aunque cierta, haya traído una visión rígida sobre el trato de la misma. Manuel Atienza (2022) describiendo la concepción religiosa de la dignidad apegada a la teología de una confesión en específica que él critica, diría que “la dignidad es un valor absoluto y superior, en particular al de la autonomía […] [el] deseo no puede ser antepuesto a la dignidad que posee cada vida humana hasta el punto de someterla a un dominio absoluto”, siendo extensivo su rigidez a creyentes como no creyentes.
Desde la religiosidad esta concepción sobre el origen de la dignidad humana no ha variado mucho en contraparte con tendencias más liberales que encuentran la razón del porqué de la dignidad en la agencia o en la libertad del individuo para actuar con autonomía sobre sí mismo. Es cierto que la comprensión de la dignidad humana ha evolucionado en otros sentidos y matices desde las concepciones filosóficas aconfesionales, pero no es un tema que desee abordar ampliamente aquí.
Para seguir ampliando algunas premisas básicas sobre la dignidad humana, debo mencionar que la dignidad humana exige un respeto a la dignidad propia por parte de terceros, así como un respeto de uno mismo a su propia dignidad. Así mismo, soy del parecer que la dignidad humana es absoluta, por lo menos en un plano jurídico, es decir, no encuentro un supuesto de hecho en el cual se la pueda relativizar o en el cual se pueda ponderar y tener la opción de que la dignidad humana sea vencible por otro derecho, principio o valor, por los menos desde un plano puramente teórico.
Importancia del porqué el ser humano tiene dignidad
En consecuencia, válidamente podríamos preguntarnos ¿Por qué es importante explicar la razón de la dignidad humana?, tal vez su importancia radique en como esta concepción puede influir en nuestra visión de como legislar nuestras sociedades y/o como interpretar los derechos y nuestras leyes. Una visión enfocada solamente en que la razón de la dignidad humana es que el ser humano es hijo de Dios, aunque cierto, podría dar una visión rígida en la dación e interpretación de leyes, lo cual podría generar ciertos conflictos en situaciones realmente excepcionales. Por ejemplo, en un caso tan sensible como el embarazo de una menor de edad producto de una violación ¿Se podría legislar alguna excepción para conceder un aborto? Otro supuesto podría ser si ante el supuesto del sufrimiento excesivo producto de alguna enfermedad terminal una persona debe ser obligada a mantener su vida por medios artificiales ¿Se debería regular estas situaciones y evitar regulaciones que lo prohíban? Una visión de la dignidad humana fundada en que su dignidad recae únicamente por la razón de que es hijo de Dios, aunque cierta, nos podría llevar a una visión restrictiva y absoluta al no considerar una solución a estas excepciones, dado que podría resultar violatorios de su “dignidad”. Al respecto debo comentar que la iglesia tiene políticas para salvaguardar la dignidad de la persona y su integridad tanto en el supuesto del aborto como en el de la prolongación de la vida.
Por otro lado, una visión aconfesional o laica de encontrar el origen de la dignidad humana en su propia “agencia” o “autonomía” podría llevar a creer que el respeto de su dignidad conlleva una reducción o ausencia de leyes y prohibiciones que regulen su conducta en sociedad, porque podrían ser “violatorio de su dignidad”, otra vez, especialmente en casos tan sensibles como el aborto, la eutanasia y extensión de la vida, entre otros, los cuales simplemente se podría creer que se deben quitar toda regulación.
De lo manifestado en los párrafos anteriores, no se debe creer que la concepción de la dignidad humana emanada de su procedencia divina como hijo de Dios sea el problema, ni mucho menos; sino que, tal como nos recuerda la Declaración de Punta del Este, el concepto de dignidad humana no es estático y al mismo tiempo engloba un concepto muy amplio. Es por eso que se comparte las siguientes reflexiones personales sobre la dignidad humana y como los principios de la restauración nos dan una perspectiva más amplia para su comprensión, no solo basándonos en que la dignidad humana es inherente a la persona humana en tanto a su naturaleza divina como hijo de Dios, sino que también en tanto a su destino divino, aporte significativo a raíz de la restauración.
Destellos de la restauración para una comprensión personal de la dignidad humana
Es así como de forma personal creo que a raíz de la restauración del evangelio tenemos mayores insumos para tener una comprensión más amplia y aceptar ciertas posturas con mayor facilidad respecto a la dignidad humana. Desde mi óptica, comparto una visión más ecléctica, no necesariamente una en la que en virtud de nuestra naturaleza divina se nos coarte nuestra agencia, sino que valorándolo conjuntamente con nuestro destino nos brinde una perspectiva más amplia, así como, por otro lado, no se llegue al extremo de prescindir de un orden o de límites necesarios para la convivencia social.
Algunos principios importantes que podría abordar para justificar esta visión personal sobre la dignidad, los podemos encontrar en el relato de la primera visión, en aquel relato, José Smith (1832) narra su epifanía mencionando que el Señor le dijo: “He aquí, yo soy el Señor de gloria. Fui crucificado por el mundo para que todos los que crean en mi nombre puedan tener la vida eterna”. Es interesante como el Señor reafirma su posición de Salvador, es decir, él ha venido para salvarnos y no para buscar un provecho egoísta. Esto puede ser una gran obviedad, pero es resaltante que desde el inicio de la restauración se vislumbraba el propósito del Señor para con nosotros, a saber, salvarnos.
Posteriormente, es publicado un conjunto de traducciones y revelaciones de José Smith, conocido e integrado dentro de nuestro canon como la Perla de Gran Precio. Una de las declaraciones más llamativas respecto a este asunto lo leemos en Moisés 1:39, el cual dice: “Porque, he aquí, esta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre”, por lo que se podría llegar a decir que esta es su “razón de ser”, a saber, su obra y su gloria es que nosotros podamos compartir de lo que Él goza, ya que “así como el hombre es, Dios fue. Así como Dios es, el hombre puede llegar a ser”(La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 2012).
En síntesis, y haciendo una paráfrasis del pensamiento kantiano, el ser humano no es un medio, sino que es un fin en sí mismo. No es un medio para que alguien logre algo a costas o instrumentalizando a otro, no somo un instrumento para fines ajenos, aunque solemos decir ser herramientas en las manos del Señor, pero ¿acaso su fin no es nuestra propia “inmortalidad y vida eterna”? Es por estas consideraciones que somos un fin en nosotros mismos, a saber, el fin deseado es la inmortalidad y la vida eterna. Este fin tiene un origen en nuestra naturaleza divina como hijos de Dios, y se ve cumplido en la medida del buen uso de nuestra agencia o albedrío moral.
El relato del concilio premortal, también nos puede dar luces al respecto ya que Satanás buscaba instrumentalizar al ser humano a fin de conseguir honra, en contra posición del Salvador, quien se sometió a la voluntad del Padre dándole la gloria a Él, para que el ser humano pueda por un lado conservar su albedrío moral para llegar a cumplir la medida de su creación, en armonía con la obra y gloria de Dios de llevar a cabo la inmortalidad y vida eterna del hombre. Así vemos que su dignidad no solo radica en ser hijos de Dios, sino que también radica en su destino eterno, es decir, el cumplimiento de la medida de su creación a través del buen uso del albedrío moral que Satanás quería quitarnos para instrumentalizarnos.
Esto nos hace ver que todos tenemos esta dignidad, en la cual se basan todos nuestros derechos, y por cual resulta sorprendente y al mismo tiempo tan natural aceptar la premisa de igualdad que proclama el Libro de Mormón:
“él invita a todos ellos a que vengan a él y participen de su bondad; y a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres; y se acuerda de los paganos; y todos son iguales ante Dios, tanto los judíos como los gentiles.” (2 Nefi 26:33)
De esta manera podemos ver como la dignidad humana íntimamente relacionada con la igualdad, libertad y fraternidad, pueden dar una perspectiva más amplia sobre la forma de legislar e interpretar los derechos y las leyes. Esto podría verse en los derechos de las mujeres concedidas en Utah tras largas luchas de mujeres Santos de los Últimos Días en la historia temprana de la iglesia, así como en la concepción de igualdad y libertad dentro del pensamiento político de José Smith y en las perspectivas de los líderes de la iglesia respecto a la libertad religiosa.
Es verdad que hay muchas formas de abordar un estudio sobre la dignidad humana, pero creo la restauración nos ha traído luz para comprenderla de manera particular. Hugh Nibley (1978) diría que “No importa dónde comencemos, si buscamos el conocimiento con diligencia y honestidad, nuestra búsqueda inevitablemente nos llevará de las cosas de la tierra a las cosas del cielo”.
El estudio, respeto y fomento de la dignidad humana resulta preponderante como santos de los últimos días. En esa línea el elder Ulisses Soares (2023) explicaría que:
Como discípulos de Cristo, se nos invita a aumentar la fe en la hermandad con nuestros hermanos y hermanas espirituales, y el amor por ellos, al entrelazar sinceramente nuestros corazones con unidad y amor, sin importar nuestras diferencias, y así aumentar nuestra capacidad de fomentar el respeto por la dignidad de todos los hijos e hijas de Dios
Conclusión
Es así que la dignidad humana, reconocida como intrínseca y esencial en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ha sido difícil de conceptualizar. A lo largo de la historia, diversas filosofías y religiones han intentado explicar la fuente de esta dignidad, desde las concepciones religiosas que la vinculan con la creación divina hasta las interpretaciones más liberales que la asocian con la autonomía individual. La restauración del evangelio puede ofrecer una visión integradora que no solo destaca la dignidad inherente como hijos de Dios, sino también la importancia del albedrío moral y el destino eterno del ser humano. Esta perspectiva ecléctica promueve un equilibrio entre la naturaleza divina y la autonomía humana, subrayando que la dignidad encuentra su origen en que el ser humano es un fin en sí mismo, por esta razón es inherente a todos los individuos sin distinción.
Atienza, M. (2022). Sobre la dignidad humana (Trotta, Ed.).
Bustamante Alarcón, R. (2018). La idea de persona y dignidad humana (Dykinson). https://palestra.tirantonline.com/cloudLibrary/ebook/info/9788491489719
Declaración de Punta del Este sobre la dignidad humana para todos en todo lugar: a 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. (2018). https://www.dignityforeveryone.org/app/uploads/2023/02/Declaracion-de-Punta-del-Este-Espanol.pdf
https://www.iclrs.org/app/uploads/2021/05/19-208-Spanish-Human-Dignity-Brochure-Small-for-web.pdf
Grande Yañez, M. (2023). Ampliando la dignidad humana (Tirant lo Blanch). https://palestra.tirantonline.com/cloudLibrary/ebook/info/9788419471673
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. (2012). Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Lorenzo Snow. https://www.churchofjesuschrist.org/study/manual/teachings-of-presidents-of-the-church-lorenzo-snow/chapter-5-the-grand-destiny-of-the-faithful?lang=spa
Naciones Unidas. (1948). La Declaración Universal de los Derechos Humanos. https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rights
Nibley, H. W. (1978). Educating the Saints. En Nibley on the Timely and the Timeless: Classic Essays of Hugh W. Nibley (pp. 249–280). https://rsc.byu.edu/nibley-timely-timeless/educating-saints
Smith, J. (1832). History, circa Summer 1832. The Joseph Smith Papers. https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/history-circa-summer-1832/1
Soares, U. (2023, octubre). Hermanos y hermanas en Cristo. Liahona. https://www.churchofjesuschrist.org/study/general-conference/2023/10/34soares?lang=spa