En el tiempo que llevo pertenenciendo a la cuasi-organización de JAS y me correspondió ser representante de la misma por más de un años. Durante éste tiempo pude ver muchas situaciones con distintos grados de participación, he conversado y escuchado a muchos jóvenes, varones en general sobre todo misioneros regresados, pero también he tenido extendidas conversaciones con varias señoritas de la misma edad, he escuchado a varios líderes dar sus opiniones y consejos al respecto, tanto en público como en privado, he recibido muchos «consejos» de miembros de la Iglesia en general sobre el mismo tema, he leído y escuchado bastante material sobre este mismo tema de parte de Autoridades Generales de la Iglesia y de miembros prominentes que se han referido a lo mismo.
La SUD-Cultura
Con esto he podido hacer un pequeño estudio personal, algo así como un diagnóstico, comparando la situación de lo que he llamado la «SUD-Cultura chilena» (un juego de palabra por ser una Sub-cultura) y lo que he aprendido como doctrina de la Iglesia sobre el tema. Es algo que llevo trabajando por algún tiempo y espero poder manifestarlo bien y con sinceridad. Entre los miembros de la Iglesia existe una sub-cultura, la cual está formada por muchos componentes, siendo el principal de éstos el Evangelio de Jesucristo. A esto lo he llamado «la SUD-cultura». Muchos elementos de esta cultura no necesariamente son parte de Evangelio de Jesucristo, pero son tradiciones, frases, rituales, o maneras de comportarse que son comunes entre los mormones. Por ejemplo el escuchar el Coro de Tabernáculo los domingos, el que los diáconos repartan la Santa Cena poniendo su mano izquierda en su espalda, la frase: «vamos a comenzar a la manera del Señor», el celebrar la navidad el 25 de diciembre, el que cada vez que cantamos haya alguien dirigiendo los himnos, el que siempre sea una mujer que dirige los himnos durante la reunión sacramental, o el que muchas familias tengan un asiento fijo (casi reservado) para la reunión sacramental.
Ninguna de éstas cosas forman parte de la Doctrina de Cristo, pero si son parte de la cultura propia de los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Así mismo en cada país y lugar hay otro elementos que se mezclan con esta cultura que son propias de la idiosincrasia de cada localidad, por ejemplo en Utah celebran el Día de los Pioneros, y en Chile cantamos el Himno Nacional cuando se realiza la reunión sacramental para Fiestas Patrias. Así hay muchos otros ejemplo, son cosas propias nuestras, son parte de nosotros y nos identifican como mormones y como parte de una comunidad en especial, ya sea como Iglesia en general, como país, ciudad o barrio, estén acorde con la Doctrina del Evangelio o no lo estén.
En cuanto al cortejo y el noviazgo también hay varios elementos que nos identifican como chilenos, que se basan en tanto en la doctrina e interpretaciones de la misma y enseñanzas que se dan a conocer como si fueran doctrina.
Éste ha sido un gran tema de debate. Todos están de acuerdo que nada de nada antes de los 16 años (los único de podrían no estar de acuerdo son jóvenes de 14 o 15 años, pero en cuanto a interpretación de la enseñanza no hay mucho que interpretar, la norma es clara). Pero el conflicto interno que han tenido mucho, y ha sido tema de discusión en consejos de barrio, estaca, facebook, pasillos y mateadas de la Sociedad de Socorro, es qué es específicamente lo que se puede hacer después de los 16 años.
El folleto «Para la fortaleza de la juventud» dice: » En las culturas en las que el salir con jóvenes del sexo opuesto sea aceptable, te puede servir para aprender y poner en práctica aptitudes sociales, cultivar amistades, divertirte sanamente y, con el tiempo, encontrar un compañero(a) eterno(a). No debes salir a solas con jóvenes del sexo opuesto sino hasta que tengas por lo menos 16 años. Para mí está clarísimo, el «salir» con jóvenes de sexo opuesto significa eso: salir y nada más. Supe el caso de un barrio, donde un obispo (y otros líderes) había interpretado esta enseñanza como que luego de los 16 años los jóvenes podían pololear, entonces eso era lo que se enseñaba y, quizás, casi se incentivaba a pololear. Todo, o casi todos, los jóvenes mayores de 16 años del barrio estaban pololeando y sus líderes parecían estar muy felices por eso. La razón era porque se interpretaba que el salir (término usado en el folleto) era el equivalente a pololear y que, cuando se habla de noviazgo (como es el uso más común en Chile) se refiere a la relación luego de la propuesta de matrimonio cuando se van casar. Esto podría tener cierto sentido, pero debemos entender que los folletos y manuales de instrucciones y de enseñanza están traducidos a un español estándar.
El salir significa salir, o sea, salir a citas con alguien, citas sin compromiso de ningún tipo, es más, en el folleto anteriormente citado dice: «Evita salir con frecuencia con la misma persona.» No creo que nuestro líderes estén animando a los jóvenes a «evitar pololear con frecuencia con la misma persona» (aunque a algunos jóvenes les encantaría que dijera eso, el salir a una cita con alguien no es la formalización de alguna relación ni nada de eso, sino que el propósito de salir con alguien es, y cito nuevamente el folleto, «ayud[ar] a conocerse mejor». El salir a citas es el comienzo del cortejo y no está mal cortejar de manera en instancias sociales (como en citas) a más de una persona a la vez, ya que el propósito es «conocerse mejor». Cuando se habla del tema de noviazgo en los manuales de la Iglesia no se refiere a la relación formalizada con la aceptación de un compromiso matrimonial o cuando se fija una fecha para la misma. Lo que se conoce en los manuales como el noviazgo es lo que en Chile conocemos como el tan controvertido «pololeo», una relación legalmente informal pero pública, en la cual los participantes se conocen mejor y crean instancias donde puedan analizar la posibilidad de un compromiso solemne futuro.
A algunos miembros de la Iglesia repudian esta palabra entre los jóvenes, dicen que el noviazgo es la relación que existe en la Iglesia y el pololeo es lo que existe en el mundo. En cuanto a esto en muchos otros países latinos el termino común para definir este tipo de relaciones es el «noviazgo», tanto para mormones como no mormones, en algunos países se les dice «los enamorados», en los EEUU son boyfriend o girlfriend dentro o fuera de la Iglesia, la diferencia la marca no la terminología, sino el comportamiento de los involucrados. «Noviazgo» en la jerga chilena es «pololeo», a mi no me produce conflicto que dentro de la Iglesia existan pololos, pero si me causaría conflicto el que hayan novios que «traspasen lo señalado» (2). Si es que se pretende hacer una división entre las relaciones según la Iglesia y según el mundo diferenciándola entre noviazgo y pololeo, creo que no es malo, pero se presta para confusiones según lo que en nuestra propia sociedad se llega a entender.
¿A qué edad se puede comenzar a ser novios (o pololear)?
En ninguna parte dice nada explícitamente en cuanto a eso, pero la única referencia al tema que logro recordar es un discurso del Presidente Gordon B. Hinckley donde aconseja a los jóvenes a no tener relaciones serias de pareja, como el noviazgo, sino hasta después de terminada la segundaria (o sea, después de terminar 4° Medio, o ser mayores de edad). El Presidente Hinckley también señaló: «Es por esa razón que la Iglesia aconseja en contra del noviazgo a temprana edad. Esta regla no tiene por objeto hacerles ningún daño; tiene por objeto ayudarles, y lo hará si la observan.
«El noviazgo formal a temprana edad muy a menudo lleva a la tragedia; los estudios han demostrado que cuanto más tiempo salgan juntos un joven y una jovencita, aumenta la probabilidad de que se metan en problemas.»
Éste es un consejo del cual puedo testificar que trae muchas bendiciones tanto en el presente como a futuro.
¿»Culpa» de los hombres o de la mujeres?
Durante la Conferencia de JAS Antuco 2011 el élder Jorge F. Zeballos, de los Setenta, nos contó que, preocupado por ver a tanto JAS soltero y, aparentemente sin plantes de casarse, le preguntó a varios jóvenes varones ex-misioneros porqué no estaban casados aún ni tenían novias, ellos le respondieron que era porque las chicas de la Iglesia no aceptaban salir con ellos y que se fijaban más en los no-miembros. el élder Zeballos preocupado por la respuesta le preguntó a algunas señoritas porqué no aceptaban salir con los jóvenes y porqué se fijaban más en los no-miembros, las chicas le respondieron que era porque los jóvenes varones de la Iglesia son muy lentos y muy pavos. Luego de esto, y en base a los resultados de su encuesta, comenzó a enseñar tanto a los varones como a las señoritas la manera correcta de proceder. Han llegado a los oídos de muchos líderes las quejas de las hermanas JAS en cuanto a los jóvenes varones: que son pavos, que no se la juegan, que no se tiran a la piscina, que no se fijan en ellas y que están preocupados solo por jugar fútbol o play station. ¡Qué horrible percepción existe sobre nosotros! No niego que hay un grupo considerable que podría estar en la categoría que describen estas señoritas a sus líderes, pero creo que esa descripción está alejada de la realidad de muchos otros jóvenes ex-misioneros. Los jóvenes varones, por su parte alegan que ellas se hacen las difíciles, piden mucho y no dan nada, están esperando al Príncipe Azul (el Capitán Moroni, José Smith, o cualquier otra variante de las Escrituras), entre otras cosas. Siendo muy objetivo, creo no equivocarme en decir que los alegatos más escuchados por parte de los líderes y los más reproducidos son los que provienen del grupo de las faldas más que el de las corbatas.
En esto quiero ser justo y sincero, sé que no todos ni todas son así, pero estas palabra sé que representa o un gran número de jóvenes que tienen el mismo sentir y que quieren que se vea la otra cara de la moneda. Hay una metáfora muy comúnmente se les cuenta a las mujeres jóvenes, esa es la del árbol de manzanas. Se les dice que no tienen que ser como las manzanas podridas que se caen al suelo y cualquiera recoge y las pisa, ni de las manzanas que crecen en la parte baja del árbol al alcance de la mano de cualquiera que quiera sacarlas, sino que tienen que ser como las manzanas que crecen en la copa del árbol, para que quién quiera probarla tenga escalar, subir, esforzarse hasta alcanzarla. Ésta metáfora, quizás sin quererlo y siendo bien intencionada, representa el sentir y pensar de muchas jóvenes y padres y líderes de las jóvenes, y ha llegado a ser dañino para muchas en ésta generación y podría perpetuarse a las siguiente.
Durante una reunión en la Iglesia, hablando sobre las preocupaciones de los JAS, una joven mencionó el tema de buscar un compañero, a lo que un hermano (casado) respondió, «¡No! esa debe ser la preocupación de ellos», dijo apuntando a los varones presentes «ellos deben preocuparse por buscar, ustedes [las señoritas] deben elegir, pero ellos deben buscar». Ésta fue una clara muestra de la «SUD-cultura chilena» que se aleja de la Doctrina verdadera y se ve ejemplificada en la metáfora del árbol de manzanas. Esta visión de que las señoritas deben solo esperar a que los jóvenes vayan a ellas es incorrecta y ha creado una serie de vicios que podrían erradicarse solo con cambiar esta percepción.
El folleto «Para la fortaleza de la juventud» dice que «Por lo general, los jóvenes varones son los que toman la iniciativa de invitar y de planificar las salidas.» Pero en ninguna parte dice que las señoritas no puedan hacer lo mismo, solo es algo que ocurre «por lo general», ya que es una parte cultural que no tiene que ver con la Doctrina del Evangelio, pero es algo comúnmente aceptado. Cuando una chica toma la iniciativa, da el primer paso e invita a salir a un joven, no debe porque ser mal percibida como atrevida o de alguna otra forma peyorativa, sino que, para mí, la calificaría de valiente. Como muchas han pensado que deben ser manzanas inalcanzables en la copa del árbol, son tan inalcanzables que no aceptan las invitaciones a salir de inmediato para no parecer «fáciles» y si llegan a aceptar esperan -quién-sabe-que-cosa pero ponen obstáculos para avanzar en la relación o, incluso, simulan indiferente para no parecer «fáciles». Esto, en muchas ocasiones aburre a los jóvenes varones y buscan a otra señorita y luego, cuando la encuentra y viven la misma situación, buscan nuevamente y se frustran. He aquí el nacimiento de la clasificación de los «jotes». Creo que muchos pueden tener bien puesto ese apodo, pero no en todos los casos.
La Iglesia enseña a los jóvenes a conocer a muchas chicas, salir con varias para conocerles mejor y tomar una buena decisión. Esto no se refiere a «pololear con varias para conocerse mejor» (como una vez escuché a un líder local aconsejar) o «pinchar con varias para conocerse mejor», sino simple y sanamente salir. Conozco algunos ex-misioneros que son apodados injustamente como «jotes» por algunas personas malintencionadas solo por el hecho de haber seguido el consejo de los líderes de conocer a muchas, con la mejor de las intenciones y sin «traspasar lo señalado».
Aquí hay un error de comprensión, hay muchas señoritas JAS que piensan que cuando un joven (sobre todo misioneros retornados) las invita a salir es porque él quiere casarse con ella y que está loco por casarse. Un vez conversé con una amiga sobre este tema, le comenté que, en general, las chicas SUD chilenas se les complica aceptar invitaciones a salir. Ella rápidamente cambié la expresión de su cara y tono de voz y me dijo casi con indignación: «¡¡Es mentira!!» y continuó: «¡¡Ud., los ex-misioneros llegan de la misión desesperados por casarse!!»
«¡He ahí el problema!» dije yo, «Cada vez que las invitan a salir Uds. se pasan rollos y piensan que es porque él las invita salir solo quiere casarse con Uds., entonces Uds. piensan para si mismas ‘no lo conozco mucho, no me proyecto con él, no me quiero casar con él, entonces ¿para qué voy a salir con él?’ Entonces le dicen que no y nunca pasa nada». Luego de explicarle algunas otras cosas referente a lo mismo me encontró la razón, aunque (como era de esperar) se rehusó a hacerlo en su totalidad, y se limitó a decirme que «quizás» tenía «un poco de razón».
Esta misma amiga se casará dentro de las próximas semanas con un impecable amigo mío. Hace poco volvimos a conversas de este tema junto a otros jóvenes -solteros y casado- y ella me comentaba que muchas chicas dan demasiado rodeo para llegar al punto de tomar una decisión y dijo que “el problema es que las señoritas tienen miedo a comprometerse”. Todos los varones quedamos un poco descolocados porque esa es una sentencia muy común pero aplicada a los hombres solteros de la Iglesia.
Creo que el tema va más allá de que si son los hombres o las mujeres. Creo que hay algunos que gastan mucho tiempo y energía buscando “culpables” de la soltería de los JAS y siempre se culpará al grupo contrario. Creo, que el tema no va por ahí.
La situación de la SUD-cultura norteamericana, en cuanto a éste tema, es transversalmente diferente, en este sentido, es mucho más sana. Hace poco tuve la oportunidad con conversas con unas miembros jóvenes solteras de los Estados Unidos, ellas comenzaron a hablar del tema. A una de ellas le pregunté: «si viniera un joven y te invitara a salir ¿aceptarías la invitación?» a lo que ella respondió: «¡Claro que sí! solamente vamos a salir, eso no significa que me vaya a casar con él». Eso es lo que marca la diferencia de la mentalidad que actualmente existe en nuestra SUD-Cultura chilena, jóvenes solteros que no tienen problemas con invitar a salir a varias jóvenes, y las jóvenes no tiene problema con aceptar la invitación de los varones. Eso permite que conozcan más y mejor, que tengan más opciones y que estén mucho más preparados para tomar una mejor decisión. Recordemos que estamos hablando solo de “salir”.
No estoy diciendo que en el mundo SUD de USA todo sea perfecto y que todo funcione así, pero ese es el caso general en este tema y funciona mejor que en Chile, hay más matrimonio y los JAS se casan más jóvenes, que eso es por lo que tanto se esfuerzan quienes lideran sobre los JAS.
Las palabras de los profetas
Hace un tiempo atrás, durante un encuentro informal en la casa de un matrimonio joven, el padre de familia me comenzó a «aconsejar». Dentro de su palabras de “aliento y ánimo” hacia mí para que me casara, prácticamente me dijo que era mi culpa que hubieran tantas jóvenes solteras en el barrio, jóvenes buenas, lindas, inteligentes, educadas, estudiosas, fieles al Señor que por mi culpa, que yo aún no tomaba una decisión de entre ellas, no se habían casado y les estaba quitando una posibilidad de progreso, en otras palabras, estaba jugando con la exaltación de las jóvenes. Jóvenes solteros, no hagan caso a estos «consejos» que desvirtúan los principios correctos y virtuosos, sino sigan lo que han dicho los profetas y apóstoles, ellos no solo han dicho que «Al empezar la etapa adulta de tu vida, haz que el salir con alguien del sexo opuesto y el casamiento sean una prioridad mayor» 3, también el presidente Kimball invitó: «encuentra una persona que te valore, una persona que te mantenga firme, que te haga más grande de lo que eres… Yo no estaría en el Consejo de los Doce en este momento si me hubiera casado con la primera chica que conocí”, además agregó «¡ésta es la decisión más importante! Esta decisión es más importante que la decisión que tomaste al salir a la misión, o cualquier otra decisión que jamás hayas tomado.»El Presidente Ezra Taft Benson también dijo sobre la persona que elijamos como compañera: «Por supuesto, que también debe ser atractiva para vosotros»
Discursos y devocionales de autoridades generales de la Iglesia sobre éste tema hay kilos para estudiar, y cada año se agregan nuevos. Dentro de todo lo que mis oídos han escuchado al respecto recuerdo las palabras que compartió un amigo que se casó hace pocos meses, Felipe Flores, durante una reunión de testimonios. Él compartió sus sentimiento en cuanto al matrimonio, él dijo que el matrimonio es la experiencia más maravillosa que había vivido en su vida, habló un poco de los atributos de su esposa y que todo esto le había ayudado a su progreso, junto con esto también dijo que «esta ha sido la experiencia más maravillosa de mi vida porque me casé enamorado» y luego explicó que si hubiera sido de otra manera no hubiera tenido los mismo resultados.Creo firmemente que quienes se esfuercen por hacer las cosas bien, ser fieles y, más allá de la formación cultural que se tenga, que si están dispuesto a abandonar «las tradiciones de sus padres» por hacer las cosas tal como nos explica el Evangelio de Jesucristo y Su Doctrina tal como la han explicado los profetas y apóstoles, las bendiciones llegarán en el momento apropiado del Señor y ninguna bendición les será restringida.
Nota
1- “El consejo y la oración de un profeta en beneficio de la juventud”, Liahona, abril de 2001.
2- Jacob 4:14
3- «Para la fortaleza de la juventud»
4- Spencer W. Kimball, «Al misionero que regresa: Un mensaje de eterna importancia»
5- Ezra Taft Benson «A los mayores solteros de la Iglesia»
Estimado, yo soy uno de esos líderes que enseñan que no deben pololear o tener relación seria antes de los 16 años, así se lo enseñaron también a mis padres. El término salir es eso, no salir a citas, sino tienes citas no conoces gente, sino conoces entonces se deriva que no pololeas, ni estas en una relación de noviazgo. Luego que cumples los 16 les invito a los jóvenes que salgan en grupo y que conozcan a otros. Para mi esta clara la norma y así la enseño (y no me han relevado por enseñarlo así)
Estimado Yamil, concuerdo con tu análisis, en la forma y en el fondo.
¿Habría algún inconveniente en que copie tu reflexión en mi facebook?, obviamente señalando el autor y la fuente.
Saludos.
Osvaldo
Tomando la fuente, ningún problema Osvaldo.