Tenemos un mandato divino para seguir aprendiendo mientras vivamos y a través de la eternidad. —Presidente Henry B. Eyring
El Presidente Henry B. Eyring es conocido por su gran capacidad intelectual —además de su tremenda espiritualidad. Fue profesor en la prestigiosa Universidad de Stanford, en California. Pero pasó por momentos críticos en los que pensó en abandonar su carrera y sus estudios.
Cuenta que en una ocasión tomó un examen en el que tuvo que saltar la primera pregunta ya que no sabía la respuesta. Pronto llegó al fin de las preguntas y se dio cuenta de que se las había saltado todas. Que no había contestado ninguna.
Con el pasar del tiempo se sintió desanimado. Dijo, “Pensé en abandonar [mis estudios] o hacer algo más fácil”. Una noche, durante esa época de tanto desaliento, el Presidente Eyring recibió la inspiración que cambiaría su vida. “Todavía lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer. La ayuda llegó por medio de una voz, una voz actual, en mi mente. No era mi voz. Era una voz suave y amorosa —pero firme. Las palabras expresadas fueron estas: ‘Cuando te des cuenta de quién eres realmente, te arrepentirás de no haberte esforzado más’.
Al leer estas palabras del Presidente Eyring, sentí algo fuerte y bello. Inclusive, no sólo pensé del ámbito intelectual y académico, pero sobre el Evangelio en general. Si supiéramos quien somos y quien fuimos en el mundo preterrenal … y lo que el Señor tiene preparado para los que cumplan con sus convenios y perseveren hasta el fin, no nos daremos por vencidos fácilmente. Pero … volvamos a los estudios académicos y a la importancia del aprendizaje.
El Presidente Eyring continua con su narrativa, “Ahora, ustedes deben estar sonriendo, y razonablemente pueden preguntar, ‘Bueno, una vez que comprendiste quién eres realmente y tuviste el Espíritu Santo como tu compañero, ¿podías resolver cada cuestión matemática y dificultad en tus estudios de física? … Por supuesto que no. Pero con la ayuda del Espíritu, aprendí a cómo aprender cosas que estaban más allá de mis habilidades naturales”.
El Presidente Eyring recibió aliento al saber que el Señor lo sabe todo —en física y en todo— y que si vivimos dignos del Espíritu podemos aprender “las verdades más allá de las habilidades humanas … esto me dio la confianza para esforzarme aún cuando era difícil aprender”.
Aconsejó: “Sigan aprendiendo. Nunca se arrepentirán de aprender —ni en esta vida ni en la vida venidera. De hecho, atesorarán para siempre lo que aprendan y lo que aprendan sobre cómo seguir aprendiendo”. Cuatro principios que nos ayudarán a conservar el Espíritu, lo que a su vez nos ayudará a aprender son: (1) Orar siempre (“No espere a que llegue el deseo de orar … Ore aun cuando sea difícil, especialmente cuando sea difícil y las ventanas de los cielos parezcan cerradas. Si sigue intentándolo, esas ventanas se abrirán), (2) festeje sobre la palabra de Dios, (3) guarde los mandamientos, y (4) sírvale al prójimo (el servicio trae inspiración).
Finalmente, aconsejó: “Entonces, les doy el consejo que me doy a mi mismo: Crean que tenemos un mandato divino para seguir aprendiendo mientras vivamos y a través de la eternidad. Crea que el Padre puede enviarnos el Espíritu Santo, que es el Espíritu de la Verdad. Sea paciente y persistente en el aprendizaje. Con la ayuda del Espíritu Santo, y aprendiendo línea por línea, siendo diligentes en nuestros esfuerzos y llenos de fe en Jesucristo, seremos capaces de lograr mucho más de lo que pensábamos posible “.
Fuente:
The life-changing moment that made President Eyring realize his full potential. en The Church News.
Adaptado por el traductor.
Fotografía: Scott G Winterton, Deseret News.
[…] la fuerza del Señor”, abril 2004; “Presten servicio con el Espíritu”, octubre 2010; y “The life-changing moment that made President Eyring realize his full potential”. Church News, 6 de noviembre de […]