El notable discurso del presidente Ezra Taft Benson, “Cuidaos del orgullo”, me azotó fuertemente. El orgullo es el padre de todos los pecados y Lucifer lo usa como una herramienta poderosa.
“En el concilio preterrenal, fue el orgullo lo que hizo caer a Lucifer, el hijo de la mañana”, nos enseñó el presidente Benson. Esta expresión el hijo de la mañana, habla de la alta posición de liderazgo y desarrollo espiritual que había logrado Satanás antes de ser derrumbado por el orgullo.
“El orgullo apaga nuestro sentido de que … todos somos hermanos; nos separa y divide en clases, de acuerdo con nuestras ‘riquezas’ y nuestras oportunidades de educación académica. La unidad es imposible entre un pueblo orgulloso, y a menos que seamos uno, no somos del Señor. Pensad en lo que nos ha costado el orgullo en el pasado y en el precio que pagamos por el ahora, nosotros mismos, nuestra familia, la Iglesia”.
Como siervos y discípulos de Jesucristo no permitamos que nuestras diferencias de opinión se interpongan. El orgullo ha amenazado el discipulado de los seguidores de Jesucristo en toda época –incluyendo en el tiempo de los Nefitas, de los discípulos Jesucristo en el meridiano del tiempo y aún después de la restauración del evangelio. El presidente Benson nos advierte: “Lo que nos impidió establecer a Sion en los días del profeta José Smith fue principalmente el pecado del orgullo”.
“Los orgullosos no pueden aceptar la autoridad de Dios que da dirección a sus vidas. Ellos les dan más importancia a sus percepciones de la verdad que al conocimiento omnisciente de Dios; a sus capacidades que, al poder del Sacerdocio de Dios; comparan sus logros contra las obras grandiosas de Él. … Los orgullosos quieren que Dios esté de acuerdo con ellos; pero no tienen interés en cambiar de opinión para que la suya este de acuerdo con la de Dios”.
Sin duda encontraremos paz y felicidad cuando nos preguntamos qué cambios podemos hacer en nuestras vidas y opiniones para alinearlas con las enseñanzas de los líderes de la Iglesia de Jesucristo y de las Escrituras.
“Cuando el orgullo se apodera de nuestro corazón, perdemos nuestra independencia del mundo y entregamos nuestra libertad al cautiverio de los juicios humanos. La voz del mundo resuena más fuerte que los susurros del Espíritu Santo. El razonamiento de los hombres triunfa sobre las revelaciones de Dios y los orgullosos se sueltan de la barra de hierro”.
Y qué fuertes son las siguientes palabras del presidente Benson: “[El orgullo] es el poder por el cual Satanás desea dominarnos”.
Fotografía: Gerd Altmann de Pixabay