Fuente: LDS Newsroom
Traducción por Camila Vargas
SALT LAKE CITY, Utah – La ceremonia de dedicación del 142avo templo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que corresponde al cuarto en Arizona, fue realizada y presidida por el presidente Thomas S. Monson el día domingo 2 de marzo de 2014. Su primer consejero en la Primera Presidencia, el Presidente Henry B. Eyring, también ofreció la oración dedicatoria en dos de las sesiones.
Junto al presidente Monson se hallaba el Presidente Henry B. Eyring, primer consejero de la Primera Presidencia; el Élder Tad R. Callister de la Presidencia de los Setenta; los Élderes William R. Walker y Kent Richardson de los Setenta; Ann Dibb, la hija del Presidente Monson; además de David E. LeSueur, presidente del Templo de Gilbert, Arizona, junto a su esposa, Nancy LeSueur.
El Templo de Gilbert, Arizona, situado al este de Phoenix, fue dedicado en tres sesiones y transmitido a los centros de reunión a lo largo del estado. La música inspiradora para la ceremonia principal y la dedicación, fue proporcionada por coros de miembros de la Iglesia del distrito del Templo, siendo un distrito el área geográfica que rodea a un Templo.
Durante la tradicional ceremonia principal (en la que se cimenta el último bloque), el presidente Monson, refiriéndose al temporal ocurrido en la celebración cultural del sábado en la tarde, dijo a la congregación: “Primavera en mi alma hay”.
A los niños, comentó que iban a ayudar a construir el Templo. “Tomen nota todos los pequeños, pues éste es un día muy especial en sus vidas, y en un futuro, podrán venir a casarse aquí”.
El Presidente saludó a los niños pero notó particularmente a Kendall Crum, una joven de 16 años discapacitada que lo saludaba con la mano también. Luego de eso, la mamá de Kendall explicó que su hija siempre había sentido cariño por el Profeta, por lo que poder conversar con él fue la respuesta a una oración. Cuando le preguntó cuál era su himno preferido y la hermana Crum respondió “Llamados a Servir”, Kendall le dijo “te quiero”.
La dedicación del Templo fue precedida por una celebración cultural el sábado en la tarde en el Discovery Park de Gilbert, Arizona. Al respecto, el presidente Henry B. Eyring, expresó a la audiencia y a los participantes: “Qué bella vista. Nunca olvidarán esta noche. De aquí a unos años más, traerán a sus hijos a este lugar y les contarán cómo se sintieron al formar parte de este gran evento cultural antes de la dedicación de un hermoso Templo del Señor”.
Aproximadamente 12.000 jóvenes SUD provenientes de Gilbert, Chandler y las zonas vecinas, festejaron Arizona y la historia de la Iglesia a través de la narración, música y baile. El tema de la presentación era “Sé Fiel” y se enfocaba en personajes de distintas épocas que se habían mantenido leales a su fe.
El templo de 26.000 metros cuadrados que al exterior es de color marfil, fue construido con hormigón prefabricado y piedra, realzado con mampostería fina y hermosas ventanas de cristal trabajadas a mano. El edificio es de 59.000 por 50.000 metros y está coronado con la estatua del ángel Moroni, el que se encuentra arriba de la aguja más alta. Moroni es importante para los Santos de los Últimos Días por su rol en la restauración del Evangelio de Jesucristo.
El Templo de Gilbert, Arizona, servirá a aproximadamente 100.000 miembros de la Iglesia en Gilbert y sus alrededores. Otros templos de Arizona operativos incluyen el de Mesa, Snowflake y el Templo de Gila Valley. El Templo de Phoenix está en construcción y el de Tucson se encuentra en la fase de planificación y aprobación.
Previo a la dedicación del Templo, más de 400.000 personas asistieron a las puertas abiertas de tres semanas que se llevaron a cabo en enero y febrero para visitar las habitaciones y aprender acerca del propósito de dichas construcciones. Entre los invitados especiales de las puertas abiertas, se encontró el gobernador de Arizona, Jan Brewer; los senadores John McCain y Jeff Flake; la antigua jueza de la Suprema Corte de Justicia estadounidense Sandra Day O’Connor; además de muchos otros líderes clericales y comunitarios.
Los templos Santos de los Últimos Días difieren de los centros de reunión o capillas en las que se reúnen las personas para los servicios de adoración dominical. Los templos son considerados “la casa del Señor”, donde las enseñanzas de Cristo se ven reforzadas a través del bautismo y otras ordenanzas que unen a las familias por la eternidad. En el templo, los miembros de la Iglesia aprenden más acerca del propósito de la vida y realizan convenios para seguir a Jesucristo y servir a sus semejantes.