CHEVY CHASE, Maryland | Deseret News | — El anuncio fue normal y sin fanfarria. Larry Pressler sería confirmado como miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días durante las reuniones semanales de la congregación de Chevy Chase. Pero aquellos que conocen al hombre desde sus tres mandatos en el Senado de los Estados Unidos y quienes hayan compartido con él durante su viaje espiritual, consideran a Pressler (ya sea que se refieran a él como “senador”, “hermano” o solo “Larry”) como alguien extraordinario.
El domingo 19 de abril, Pressler fue confirmado como miembro de la Iglesia por el senador de Nevada Harry Reid, un mormón que le presentó el libro de escrituras que representa su fe. Fue bautizado previamente ese mismo día por Clayton Christensen, cuya convicción sobre el Libro de Mormón que se detalla en la revista The New Yorker incentivó al ex senador a estudiar el libro seriamente.
Ambos, Reid, del partido demócrata en Nevada, y Christensen, profesor de la Facultad de Negocios de Harvard, hablaron en el servicio bautismal que tuvo lugar en una fresca mañana con flores de cerezo floreciendo fuera del majestuoso centro de reuniones de ladrillos en Maryland.
Como un hombre de profundo espíritu de oración que había observado la Iglesia SUD y sus miembros por años, Pressler es reconocido debido a su integridad política y admirado por sus amigos debido a su humildad. Reid, mientras hablaba en el servicio bautismal, se refirió a su colega del Senado como “extraordinario en muchos sentidos” y citó la enseñanza de las escrituras que dice que los mansos heredarán la tierra.
“Si este es el caso, entonces Larry tiene un camino directo,” dijo Reid.
Pressler usa constantemente dos palabras para describir su conversión a la fe SUD: “viaje” y “coincidencia”.
“Mantuve pequeños encuentros fortuitos con el mormonismo que realmente no puedo explicar,” él dijo.
Comenzó tempranamente en su carrera política cuando dio empleo a un mormón, Richard Wirthlin, como encuestador para su primera campaña. Wirthlin serviría después como líder en el Segundo Quórum de los Setenta de la Iglesia.
Con el pasar de los años, Pressler había conversado sobre la fe mormona con el senador Orrin Hatch, del partido republicano de Utah, quien es miembro de la Iglesia. Hatch no pudo asistir al bautismo de Pressler pero sí lo llamó el día anterior para felicitarlo.
La presentación del Libro de Mormón a Pressler vino por medio de Reid, quien le dio una copia del libro. En el 2012, Pressler encontró un artículo en la revista The New Yorker que perfilaba a Christensen y dedicaba un amplio espacio en su narración a su búsqueda de la convicción de la veracidad del Libro de Mormón mientras estudiaba con la Beca Rhodes en la Universidad de Oxford. La respuesta de Christensen vino después de varias semanas de lectura y oración.
“Yo supe entonces, de una fuente de entendimiento más poderosa que cualquier otra cosa que hubiera sentido en mi vida, que el libro que sostenía en mi manos era verdadero,” Christensen escribió.
Pressler fue cautivado por el artículo y le pidió a Reid que se lo presentara. Habiendo sido él mismo beneficiado con la beca Rhodes, se sintió familiarizado con Christensen. Los dos se volvieron amigos y pasaron cuatro días juntos en un encuentro de becarios Rhodes en Oxford. Pressler cuenta la experiencia académica como una de las muchas coincidencias que lo llevaron a la Iglesia.
Aunque ellos vivían en diferentes ciudades, ambos conversaban con frecuencia sobre la fe y sus enseñanzas. Ralph W. Hardy, quien sirvió junto a Christensen como líder regional de la Iglesia y vive cerca de Pressler en el área de Washington D.C., se hizo amigo del ex senador y se involucró en las conversaciones. Hardy presentó a Pressler al Barrio Chevy Chase.
Cerca de cuatro meses atrás, Pressler comenzó a recibir las lecciones de parte de los misioneros de tiempo completo: los élderes Josh Von Trapp, proveniente de Qatar, y Courtlan Wilcox de Bend, Oregon y las hermanas Sydney Wather, de Lehi, Utah, y Eden Williams, de Rexburg, Idaho.
La convicción sobre el Libro de Mormón fue fundamental en la decisión de Pressler de ser bautizado. Así como Christensen, él buscó una respuesta de Dios.
“Esa es la misma oración que hice,” dijo Pressler. “Fue muy importante, leer y releer [El Libro de Mormón]. Yo creo en él.”
Aquellos que han sido testigos de la conversión de Pressler hablan menos de coincidencias y más sobre su corazón humilde y que busca respuestas.
Pressler es un graduado de la Escuela de Derecho de Harvard, además de ser un becario Rhodes y de tener una “formación intelectual extraordinaria,” dijo Christensen.
“Pero él es el hombre más humilde que he conocido,” dijo él. “Siempre que ve a alguien que necesita ayuda, él lo ayuda.”
Pressler conoció mormones dondequiera que ha viajado. Mientras enseñaba en la Universidad de Paris, él se hizo amigo del presidente Franck Poznanski, de la Misión Francia Paris, y también conoció al élder Neil L. Andersen, miembro de los Quórum de los Doce Apóstoles de la Iglesia. En Sioux Falls, Dakota del Sur, conoció a una mujer santo de los últimos días que ayuda a nativas americanas que son madres solteras a aprender cómo preparar meriendas nutritivas para sus hijos.
“A todo lugar que él fue, se empeñó en buscar a la Iglesia,” dijo Hardy. “Ahí estaban todos esos pequeños puntos de luz que brillaron en él.”
El obispo Michael Guzman, del barrio Chevy Chase, conoció a Pressler cerca de un año y medio atrás. Fue claro para el obispo que Pressler estaba “buscando el evangelio”.
“Él fue muy influenciado no por lo que la gente decía sobre la Iglesia sino por la manera en la que vivían sus vidas,” dijo el obispo Guzman. “Él ha conocido muchos miembros que son fieles, generosos e íntegros, y creo que eso realmente hace la diferencia.”
Pressler siempre ha sido un hombre de fe. Él le da crédito a Dios por haberlo ayudado a vencer el ser un “indefenso tartamudo” en el tiempo en que no habían recursos para terapias del lenguaje en su ciudad natal Humboldt, Dakota del Sur.
La oración ha sido una rutina diaria en su matrimonio con Harriet Pressler, quien es devota en su fe. “Ella es católica y permanecerá así, aunque me apoya mucho en esta jornada,” él dijo.
Harriet Pressler dijo que las asociaciones que su esposo ha establecido dentro de la fe mormona han sido “providenciales.”
“Él ha estado en una travesía durante muchos años, y ha hecho… muchas amistades cercanas,” ella dijo. “Así que estoy orgullosa de él, y yo apoyo eso.”