Los templos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días son edificios sagrados reservados para reuniones religiosas especiales. Es diferente a los centros de reuniones regulares. La Iglesia cuenta con miles de centros de reuniones alrededor del mundo y los visitantes son siempre bienvenidos sin importar cuál sea su religión.
Al igual que el majestuoso templo de Salomón (véase 1 Reyes 6:1, 37), que fue construido en la época del antiguo Israel, los templos son más que solo lugares de adoración comunitaria. Solo los miembros fieles de la Iglesia entran en los templos para efectuar reuniones religiosas y mostrar devoción personal. Eso ayuda a mantener la santidad y sentimiento de pureza asociados a los templos. La Iglesia lleva a cabo programas de puertas abiertas para el público antes de que un templo nuevo sea dedicado para la adoración.
La experiencia del templo tiene un profundo significado personal para los que asisten a él. En virtud de que en el templo los miembros consagran su vida a Dios, se espera que cada uno de ellos refleje los más altos ideales cristianos en su forma de vivir. En el templo, los participantes se centran en la relación personal que tienen con Dios, y lo manifiestan exteriormente mediante el servicio al salir del templo.
Quienes asisten al templo pasan a un cuarto donde se cambian su ropa de la calle y visten ropas blancas. Este cambio de ropa sirve de recordatorio de que provisionalmente se deja atrás el mundo y se entra en un lugar santo. La ropa blanca simboliza pureza, y el hecho de que todos se vistan igual en el templo crea un sentido de unidad e igualdad.
Al pasar por la recepción de las recomendaciones, por lo general se encuentra otra sala de espera. Después de la sala de espera, se encuentran los salones para vestimenta (uno para varones y el otro para mujeres), una oficina de “registro familiar” para ayudar a los visitantes a preparar los nombres familiares para las ordenanzas del templo, y una oficina con ropa para el templo disponible para aquellos que lo necesitan. En todas estas áreas, hay obreros del templo vestidos de blanco, quienes ofrecen su tiempo voluntariamente para ayudar a los visitantes a usar los servicios del templo.
La capilla es donde los miembros se preparan para ingresar a las sesiones de Investidura, de esta manera estar preparados previamente en termino espiritual para participar de dichas ceremonias. ( es por ello que es recomendable siempre estar 45 a 30 minutos antes de la hora de sesión )
Debido a que muchas personas no tuvieron la oportunidad de ser bautizadas en esta vida, se utilizan las pilas bautismales de los templos para bautizar a personas vivas en nombre de los que fallecieron. La pila bautismal descansa sobre los lomos de doce bueyes, siguiendo una tradición que viene desde el Templo de Salomón, la cual se describe en el Antiguo Testamento. Los bueyes representan a las doce tribus del antiguo Israel.
Para los que mueren sin tener la oportunidad de escuchar, comprender y aceptar la plenitud del evangelio de Jesucristo, el bautismo efectuado por un representante a favor de ellos les ofrece la oportunidad de gozar de la vida eterna con Dios. El bautismo por los muertos es una muestra del amor que Dios tiene por todos Sus hijos.
Una sala en delicados tonos pastel y espejos hasta el piso, donde la novia se viste después de su sellamiento con su vestido de novia para salir del templo.
En las salas de ordenanzas se da una reseña del plan de Dios para Sus hijos. Los Santos de los Últimos Días aprenden acerca de su vida premortal y mortal, de la creación del mundo y de la Caída del hombre, del papel central de Jesucristo como el Redentor de todos los hijos de Dios, y de las bendiciones que pueden recibir en la vida venidera.
La “investidura” es un don de conocimiento que la persona recibe y el cual enseña el plan de redención de Dios por medio de Su Hijo, Jesucristo. Durante la ceremonia, los miembros de la Iglesia hacen promesas individuales de vivir las enseñanzas de Jesucristo y guardar los mandamientos de Dios.
La ceremonia de “sellamiento” une al esposo y a la esposa en un matrimonio por toda la eternidad si honran su compromiso el uno con el otro y con Dios. La ceremonia también une los hijos a los padres de la misma forma.
El salón celestial simboliza el estado exaltado y pacífico que todos pueden lograr al vivir el evangelio de Jesucristo. Este salón representa la felicidad, la armonía interior y la paz que están al alcance de las familias eternas en la presencia de nuestro Padre Celestial y de Su Hijo Jesucristo.
Cabe mencionar que los mormones creen que esas ceremonias se pueden efectuar en favor de personas que han fallecido sin haber tenido la oportunidad de efectuarlas en esta vida. En consecuencia, los mormones pueden asistir al templo a fin de efectuar esas ordenanzas por sus antepasados. Los participantes creen que, en la otra vida, el alma de la persona fallecida tiene el derecho de aceptar o rechazar esas ofrendas de amor.