En una corta entrevista, el director de la ONAR habló de libertad religiosa, la importancia del diálogo interreligioso para promover la paz social y otro avances y sobre el proceso constituyente.
SANTIAGO, Chile — Al finalizar la tercera reunión de la Asociación Nacional para el Diálogo Interreligioso del pasado jueves 19 de mayo, algunos líderes religiosos y representantes del gobierno se dieron el tiempo de responder las preguntas de algunos medios que asistieron a cubrir el evento realizado en el centro de reuniones de Pocuro, al costado del Tempo de Santiago. Uno de ellos fue Humberto Lagos Schuffeneger y tuvo unos minutos para conversar con El Faro Mormón sobre libertad religiosa y la discusión constitucional.
Como representante del gobierno, Lagos es director de la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos (ONAR), organismo dependiente de la Secretaría General de la Presidencia de la República. Según él mismo explica, es «abogado, sociólogo y un poco teólogo», habiendo pasado por varias universidades y siendo autor de libros y papers relacionados con la religión y los derechos humanos.
Lagos obtuvo un doctorado en sociología por la Universidad de Lovaina, estudió derecho en la Universidad de Chile y la licenciatura en teología la logró en el Instituto Latinoamericano de Doctrina y Estudios Sociales. Esta es solo una parte de la larga lista de academias por las que ha pasado como estudiante y docente, habiendo escrito varios papers y libros relacionado a temas religiosos y de derechos humanos y es miembro del Comité de Honor de la Asociación Internacional para la Defensa de la Libertad Religiosa. Su fe cristiana protestante tiene raíces familiares y es miembro de la Iglesia Bautista.
Durante la reunión de hoy se realizó un cabildo en el cual se analizó puntos importantes que debería incluir la Constitución. ¿Porqué es importante que las personas de fe sean parte de la discusión en estos proceso cívicos?
Hay una importancia fundamental porque más allá de tener cada una de las expresiones religiosas sus propias identidades de fe, muy definidas, hay factores y desafíos comunes que tienen que ver con el tema de perfeccionar derechos humanos fundamentales, entre ellos está, naturalmente, el derecho a la libertad religiosa que se asocia al derecho de la libertad de conciencia, con el derecho a la libertad de culto y la libertad de asociación. Hay objetivos comunes que convocan a todas estas tradiciones para lograr que la Carta Magna, en la medida que se perfecciones, contemple este tema que es una cuestión fundamental, no solo para la expresión libre de todas las confesiones religiosas, sino como una contribución en la paz social. Porque, no hay que recordar, el hecho religioso es el más fundamental en cada sociedad humana y, en Chile, eso es evidente.
¿Qué cosas relevantes puede rescatar de la conversación entre líderes religiosos de diferentes creencias de hoy?
Los líderes religiosos, en general, son perfectos conocedores de la forma en que están desarrollando sus actividades, de lo que está pasando en la sociedad, de las normas legales que están imperando para mantener los criterios sobre libertad religiosa. Los aportes que se hacen son fundamentales, ya que más allá de que haya una constitución vigente, las propias instituciones y liderazgos conocen qué situaciones debieran perfeccionarse, no solo para facilitar el ejercicio de las libertades que estamos hablando, sino que también para proyectarlas en el tiempo.
Sobre todo pensando que en el Chile nuestro, que es definido como un estado laico. Esto no debe ni puede leerse (y eso no ha pasado hasta ahora felizmente) como enemigo del hecho religiosos. Los aportes que se pueden dar, no solo en los ámbitos de expresión espiritual, que son básico, sino que en todo lo que tiene que ver con la convivencia social, la gestión de derechos, en la ayuda social, en la educación, en los temas salud. Entonces, la cuestión religiosa es un hito fundamental para aportar a construir un estado mucho más perfecto en materia de orden constitucional y, a partir de esa Carta Magna, en el respeto que debe darse a todas las personas individual y colectivamente.
Usted menciona que el Estado no debe ser un enemigo de la religión. ¿De qué manera se puede lograr un estado laico que sea amigo de la religión?
En la nueva constitución debe establecerse el derecho humano fundamental a la libertad, perfeccionar los términos que hoy día tiene que son bastante ambiguos e incompletos, aunque en la práctica el Estado chileno es muy respetuoso del hecho religioso. Esos temas hay que reflexionarlos. Hay que poner a nivel constitucional como figura, en los ámbitos del derecho internacional, la libertad religiosa como un derecho humano fundamental. Primera vez que pasa en la historia de Chile, la oportunidad de participar desde el punto de vista de la base, de las experiencias colectivas e individuales, que hay que aprovechar.
Lo que se está haciendo en estos encuentros interreligiosos son realmente acciones maravillosas, históricas, primera vez y que pasan en la sociedad chilena. Por eso, yo, como director de la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos del gobierno, siendo solamente un mediador, un animador, de este tipo de acciones, me siento tremendamente feliz. Yo tengo también mis posiciones de fe, no estoy aquí solamente por el hecho de que haya justicia desde el punto de vista jurídico, sino que también a partir de una experiencia histórica que nosotros conocemos muy bien.
Últimamente usted se ha reunido varias veces con representantes de esta Iglesia. Hace un tiempo también visitó la sede de la misma en Salt Lake City, Utah y, además, participó del Simposio Internacional de Libertad Religiosa en BYU, universidad que es administrada por la Iglesia. Habiendo tenido la oportunidad de estudiar y conocer la Iglesia ¿Cuál es su opinión sobre ella?
Yo creo que los aportes que ha hecho La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, particularmente en mejorar la condición de vida en las personas que militan en la entidad, son clarísimos. Además, los aportes que ha hecho la Iglesia en materia de espacios de libertad religiosa son relevante, no hay dudas. Tenemos diferencias, y eso es claro, en términos de pertenencias y de identidades religiosas, y eso es muy legítimo que se tengan y uno puede plantear las diferencias con respeto. Pero mis relaciones con la Iglesia han sido tremendamente cordiales, de mutua información, y cuando hay situaciones en las que puedo intervenir, desde el punto de vista del Gobierno, para resolver temas. Además, tengo muchísimo aprecio por amigos que son mormones, con quienes nos vemos frecuentemente y que son excelentes persona.
En los últimos meses nos ha tocado trabajar con la Iglesia con el tema de la exención de conscripción militar para los misioneros y eso ha resultado muy exitoso. Esos temas deben resolverse también por la vía ley y constitución.
(Imagen destacada: Humberto Lagos (en medio con traje gris), director de la ONAR, participa en reunión de la Asociación Nacional para el Diálogo Interreligioso en el centro de reuniones de Pocuro, al costado del Templo de Santiago. | Iglesia SUD).
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