José Smith (Joseph Smith, hijo) nació el 23 de diciembre de 1805 en Sharon, Vermont, en una familia humilde de once hijos. Sus padres, Joseph Smith, padre, y Lucy Mack, enfrentaron dificultades económicas, pero inculcaron en sus hijos valores de fe, trabajo arduo y búsqueda espiritual. La familia se mudó en 1816 a Palmyra, Nueva York, en busca de mejores oportunidades económicas, instalándose en una región conocida como el «Distrito Ardiente» debido a los intensos avivamientos religiosos.
A principio de la década de 1820, teniendo alrededor 14 años, José buscó orientación divina sobre a cuál iglesia unirse. En respuesta a su oración, relató que Dios el Padre y Jesucristo se le aparecieron, instruyéndolo a no unirse a ninguna denominación. Este evento, conocido como la «Primera Visión», sentó las bases para la restauración del Evangelio y su ministerio profético.
En 1823, un ángel llamado Moroni le visitó y le mostró la ubicación de planchas de oro enterradas cerca de su casa, que contenían un registro antiguo. Tras varios años de preparación, José obtuvo y tradujo las planchas, publicando El Libro de Mormón en 1830, texto que los santos de los últimos días consideran un testimonio adicional de Jesucristo y una escritura sagrada junto con la Biblia.
El 6 de abril de 1830, José organizó oficialmente la Iglesia de Cristo, la cual posteriormente recibiría su nombre revelado de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, con un grupo pequeño de seguidores en Fayette (Nueva York). Desde ese momento, asumió el liderazgo de la Iglesia como «primer élder«, enfrentando persecución mientras dirigía comunidades de santos y continuaba recibiendo revelaciones.
En Kirtland (Ohio) José estableció comunidades basadas en la Ley de Consagración, que buscaba que los miembros compartieran sus bienes para satisfacer las necesidades colectivas. Aunque esta práctica enfrentó desafíos, reflejaba su visión de unidad y servicio mutuo.
En 1836, José supervisó la construcción del primer templo de la Iglesia en Kirtland, un lugar sagrado donde los miembros participaron en experiencias espirituales significativas, incluyendo la visita misma del Salvador, Moisés, Elías y Elías el Profeta a José, concediendo las llaves del sacerdocio. Más tarde, dirigió la construcción del Templo de Nauvoo en Illinois, en donde se entregó a los miembros por primera vez la ceremonia de la investidura completa y consolidando la importancia de estas edificaciones en esta última dispensación.
José enseñó que Sion, o la Nueva Jerusalén, se establecería en América, específicamente en Misuri. Este concepto inspiró a los miembros a reunirse en comunidades, aunque también generó conflictos con los residentes locales, lo que contribuyó a la persecución que enfrentaron.
Desde los primeros días de la Iglesia, José envió misioneros a diferentes partes del mundo, comenzando con predicaciones en Estados Unidos y más tarde en Europa. Este enfoque estableció una tradición misional basada en la Gran Comisión que continúa siendo un pilar central de la Iglesia.
José trabajó en la Traducción Inspirada de la Biblia, una versión de la traducción del Rey Santiago con modificaciones inspiradas. Además, tradujo el Libro de Abraham a partir de papiros egipcios adquiridos en 1835, textos que se han incorporado como escritura sagrada en La Perla de Gran Precio.
José se casó con Emma Hale en 1827, con quien tuvo 11 hijos, aunque solo 5 sobrevivieron a la infancia. También adoptaron a dos gemelos. A partir de la década de 1830, José practicó el matrimonio plural, contrayendo matrimonio con al menos 30 mujeres, algunas de ellas por esta vida y otras solo por la eternidad, aunque el alcance exacto de estas relaciones sigue siendo objeto de estudio. Hasta ahora, los estudios indican que José no habría tenido descendencia con alguna otra esposa aparte de Emma.
El matrimonio plural, junto con sus enseñanzas sobre Sion y sus roles políticos que ocupó durante su vida, generaron controversias. Estas doctrinas llevaron a divisiones internas y aumentaron la hostilidad externa, resultando en múltiples encarcelamientos y acusaciones contra José que siempre terminaron siendo injutificadas.
En 1844, José anunció su candidatura presidencial luego de que los otros candidatos se negaran a dar protección a los santos contra la persecusión. Su plataforma presidencial que incluía el fin de la esclavitud y la protección de la libertad religiosa. Aunque su campaña no avanzó debido a su asesinato, reflejaba su preocupación por temas sociales y políticos de su tiempo.
José medía casi 1,90 metros, tenía cabello castaño claro y ojos azules. Era conocido por su carisma, humor y capacidad para inspirar a quienes lo rodeaban. Su forma directa y persuasiva de hablar, en sus últimos años fue acompañada por un silvido cada vez que seseaba producto de un diente roto secuela de la golpisa de un populacho.
El 27 de junio de 1844, José y su hermano Hyrum fueron asesinados por una turba en la cárcel de Carthage (Illinois). Su muerte consolidó su papel como mártir. A John Taylor, quien también fue atacado ese día, se le atribuye haber escrito que «José Smith, el Profeta y Vidente del Señor, ha hecho más por la salvación del hombre en este mundo, que cualquier otro que ha vivido en él, exceptuando solo a Jesús.».
Hoy, millones de miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días consideran a José Smith como un profeta de Dios, el instrumento a través del cual se restauró el Evangelio de Jesucristo, además de ser reconocido como uno de los líderes religiosos más influyentes en la historia de los Estados Unidos, América y el mundo. Sus enseñanzas, escrituras y establecidas continúan impactando la vida de personas de «toda tribu, lengua y pueblo».