SANTIAGO, Chile – Es sábado 7 de diciembre, un poco después de las 7 de la mañana, y se ve un pequeño grupo de jóvenes afuera de la capilla del Barrio Compañía, uno de los centros de reuniones más céntricos de la capital. No están saliendo de seminario, ya que sus clases terminaron hace algunas semanas (y tampoco tenían clases los sábados). Cada uno con bolsos negros que se logra reconocer que portan instrumentos musicales, algunos son pequeños y se pueden llevar con cierta facilidad, pero otros parecieran ser casi más grandes que los mismos jóvenes. Es evidente que han dormido poco y que están cansados.
Estos son los jóvenes de Concepción, han viajado toda la noche para llegar a sus últimos ensayos antes de la presentación del Coro y la Orquesta de Jóvenes Mormones para el Concierto de Navidad en la Manzana del Templo de Santiago, que se realizará en tres funciones los días 13, 14 y 15 de este mes. Y ahora tienen una motivación adicional. Hace algunos ensayos atrás se les avisó que tendrían una presentación más en el Palacio de La Moneda el martes 10. Nunca habían pensado que en su temprana carrera musical tendría la oportunidad de tocar sus instrumentos en el palacio de gobierno, están ansiosos y no saben realmente qué esperar para ese evento.
Durante el transcurso de la mañana toman el desayuno que les preparan algunos voluntarios y siguen llegando otros músicos de Valparaiso, Villa Alemana, Viña del Mar, Puerto Varas y, por último, los de Santiago.
El grupo es bastante heterogéneo, no solo porque vienen de distintos lugares. El menor de ellos tiene 13 años y los mayores ya han pasado algunos años desde que volvieron de sus misiones de tiempo completo. Algunos tienen estudios profesionales de música en Chile y el extranjero, otros no llevan más que unos pocos años aventurándose en la interpretación musical, quizás buscando aun una vocación para una carrera futura.
A eso de las 10 de la mañana parecería que en la capilla se lleva a cabo una Conferencia de la Juventud, pero no lo es.
Alrededor de un centenar de hombres y mujeres jóvenes y jóvenes adultos solteros, entran al salón sacramental, luego de saludarse se sientas frente al púlpito para escuchar las instrucciones de la Hna. Evelyn Jaque. Estos son los miembros del Coro de Jóvenes Mormones y la Hna. Jaque es su directora.
Luego de la vocalización comienzan a practicar el nutrido repertorio con cantos que van desde la himnos sagrados hasta los más tradicionales villancicos chilenos y de otras culturas.
La directora de la orden de iniciar el canto. A la mitad de la obra detiene al coro y corrige afinación, ritmo, dinámica. “No ha sido fácil”, cuenta la Hna. Jaque “pero vale la pena”.
Al conversar con la Hna. Jaque comienza a relatar las experiencias que ha tenido con el coro en la Celebración de los 50 años de la Misión Chilena, cuando ganó el concurso Crecer Cantando con el mismo coro, ambos eventos en el 2011, y el anterior concierto de Navidad en el Templo el año pasado.
“Se puede ver el cambio en los jóvenes” continúa ella, “el venir al coro les ayuda a mantener sus mentes enfocadas en cosas espirituales. El día domingo van a la capilla en la mañana y en la tarde vienen al coro a cantar. Mantienen sus mentes en cosas espirituales, a santificar el día de reposo y les ayuda el resto de la semana”, comenta.
En el piso superior del centro de reuniones se escuchan las cuerdas, vientos y percusiones de la orquesta sonando. Les dirige en el ensayo Noemí Alegría. Ella es una de las más experimentadas en trabajo de orquesta dentro de los que son del staff de músicos. Noemí junto a Wilhelm Sommermeyer, elaboraron los arreglos musicales y las adaptaciones para la orquesta. Entre ambos escuchan el ensayo y hacen arreglos menores.
Al salir del salón en donde la orquesta practica se escucha otra voz. No es del coro. Acompañada de una guitarra canta Barbara Faría, si, la misma Barbara que entonó el himno patrio en el Estadio Nacional luego de la clasificación de Chile al Mundial de Futbol, pero en ésta vez las canciones son otras y su público será diferente.
“Estoy muy feliz de participar en este concierto” dijo Barbara, “estoy feliz de participar con otros jóvenes que comparten mis principios”.
Esta señorita es una de los varios solistas invitados que cantarán en el concierto, de los cuales la organización del evento ya ha confirmado, y se espera que confirme la presencia de otros en los próximos días.
Luego de varias horas de práctica, a eso de las 14:00 horas los artistas comienzan a volver a sus casas (o a las casas de los miembros de la Iglesia que les hospedan por este tiempo), el coro primero y la orquesta después.
El coro y la orquesta no son los únicos que se presentan para el concierto en el templo. El Elenco Navideño de Danza, lleva semanas practicando. Los bailarines, bajo la dirección de la coreógrafa, Hna. Karla Gaete, acompañaran los villancicos con representaciones artísticas de danza y baile.
Todos coinciden en que se espera que el concierto sea magnífico, emotivo, espiritual y familiar. Tanto la presentación en la Plaza de la Constitución, frente a La Moneda, como en la Manzana del Templo.
Ahora es domingo 8, el coro y la orquesta ha estado desde las 16:00 horas en el centro de la Estaca República y siendo las 21:00 horas, se da por finalizado el último ensayo. Ya ensayaron junto al Coro del Tabernáculo de Cristo, coro evangélico con el cual se compartira el escenario frente al palacio presidencial. Luego de que el coro invitado se fué el coro y los solistas continuaron cantando, afinando los últimos arreglos y dejando todo listo para presentarse frente a un país este marte, ya que, aunque no será transmitido, si tendrá la cobertura de prensa.
Las palabras del Señor al Profeta José Smith resuenan en las mentes de los artistas y quienes les dirigen: “Porque mi alma se deleita en el canto del corazón; si, la canción de los justos es una oración para mi, y será contestada con una bendición sobre su cabeza.” (D. y C. 25:12)
Los artistas, con todo el esfuerzo y preparación para este evento de Navidad, tratan de hacer lo mejor que pueden para transmitir sus testimonios del nacimiento y de la misión redentora del Señor Jesucristo a través del arte. Sin duda sus esfuerzos serán contestados con una bendición, no solo sobre sus cabezas, sino sobre todos los asistentes.
