Nota del editor: César Castro es Psicólogo SUD y Magister en Psicología
Esta información podría sorprenderte: ¡Alrededor del 60% de las personas sufren de algún tipo de adicción! Es importante entender que todas las adicciones se pueden manifestar en distintos grados: leve, moderado o severo. Hoy quisiera hablarles acerca de una las adicciones más comunes, y más difíciles de detectar, me refiero a la adicción a la pornografía (Incluso se le llama “la adicción silenciosa”). Para muchos que sufren de esta adicción, les es muy difícil abandonarla. Generalmente, los que están atrapados en la pornografía intentan salir por si solos, pero en la mayor parte de los casos, fracasan.
Los efectos de la Pornografía
Un estudio reciente (hecho en la Universidad de Cambridge) muestra que los efectos neurológicos de la adicción a la pornografía son tan o más potentes que la adicción a las drogas. Aquí hay un resumen de algunos de los puntos más relevantes del estudio:
“Las personas que están adictas a la pornografía muestran actividad cerebral similar a la de un adicto a las drogas. A través de un scanner cerebral (MRI), los sujetos que admitían tener un uso compulsivo a la pornografía, mostraron una reacción similar a la de un drogadicto en la parte del cerebro que controla la sensación de premio. Este estudio, hecho en la Universidad de Cambridge, evaluó a 19 adictos a la pornografía, y los resultados fueron comparados con otro grupo de hombres que decían no tener problemas con la pornografía.”
La científica, Dra. Valeria Voon, dijo en la revista de Sunday Times: “Encontramos mayor actividad en las áreas del cerebro llamada Ventral Striatum, la cual son responsables de procesar el premio, la motivación y el placer en los seres humanos. Cuando un drogadicto observa a alguien consumiendo drogas, su cerebro se activa de una manera particular. Sorprendentemente estamos viendo este mismo tipo de activación cerebral con los usuarios de pornografía”.
Estos nuevos datos son extremadamente importantes porque nos dan mayor luz a varias cosas: Primero, deja en claro que no es fácil abandonar o parar de usar pornografía una vez que uno esta “enganchado”. Segundo, muestra con claridad que el uso de la pornografía genera un desequilibrio neurológico, especialmente en la parte del cerebro que controla el placer y la motivación. Y tercero, explicita evidencia que el uso compulsivo de la pornografía es más un síntoma de un cerebro hiperactivado y entrenado a incurrir en lo erótico.
El efecto Iceberg
Durante los últimos 5 años, he atendido literalmente a cientos de personas (hombres, mujeres y jóvenes) que han sufrido de algún grado de adicción a la pornografía, y en prácticamente el 100% de los casos, se puede detectar un patrón muy interesante. Una manera muy práctica para entender este patrón es a través del efecto Iceberg. Si miramos un Iceberg a la distancia, normalmente sólo logramos ver alrededor de un 10%, mientras que la masa principal (90%), es difícil de percibir porque esta por debajo del agua. La adicción a la pornografía es similar al efecto Iceberg ya que normalmente sólo vemos los síntomas o “la punta del Iceberg”, cuando en realidad esto es sólo una manifestación tangible del problema. La masa más grande generalmente se encuentra por “debajo del agua” y es lo más difícil de percibir y cambiar. Cuando la gente llega a mi consulta, llegan manifestando síntomas (tengo problemas con la pornografía y/o masturbación), y no perciben que hay algo más. A medida que comenzamos el proceso terapéutico, van mirando “por debajo del agua” y se dan cuenta que la raíz de su problema yace en temas emocionales, típicamente en un bajo autoestima y un mal manejo de la ansiedad. Cuando ellos se dan cuenta de esto, logran enfocar su energía en el verdadero problema, y al trabajar de manera constante, ven disminuir considerablemente su deseo, y sobretodo, su necesidad de incurrir en la adicción.
Para ayudar a alguien a iniciar el proceso de recuperación, me gustaría compartir algunos principios que son importantes recordar y que podrían marcar una diferencia en el impacto de nuestra ayuda: Primero, recordemos que los desafíos con la pornografía y la masturbación generalmente han estado presentes por mucho tiempo, y es muy probable que ya hayan generado una desesperanza aprendida (“No creo que puedo salir de esto”) en el adicto. Segundo, no olviden que los síntomas son sólo el inicio y que generalmente son más fáciles de detectar que los problemas que están por “debajo del agua”, y que son normalmente el motivo principal de la adicción. Y tercero, si no atacamos la raíz del problema (desafíos emocionales), los síntomas seguirán manifestándose cuando la persona se encuentre en situaciones de estrés, lo cual son muy frecuentes en la vida de un adicto (problemas familiares, laborales y bajo autoestima).
No pierdan la Esperanza y Fe
Para poder ayudar o ayudarnos, si es que nos encontramos atrapados en esta adicción, es importante primero entender bien PORQUÉ somos proclives a caer en adicciones. Desesperarnos o desanimarnos no hará que el proceso de recuperación se acelere, sino más bien, hará que el proceso de adicción se instale con mayor fuerza e intensidad. Recordemos lo que el Señor le enseñó a Moroni cuando él también se encontraba desanimado por sus debilidades: “Y si los hombres vienen a mí, les mostraré su debilidad. Doy a los hombres debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos los hombres que se humillan ante mí; porque si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos” (Eter 12:27). Este versículo nos da una mayor comprensión de la necesidad de tener debilidades, pero también deseo destacar la segunda parte del versículo, donde nos da la formula para poder transformar nuestras debilidades en fortalezas. El Señor habla de la fe, y lo deja como una de las condiciones absolutas (“y tienen fe en mí, entonces…”) para poder culminar el proceso transformativo de llegar a ser fuerte como Él es. Es por esto que Moroni también enseñó: “De modo que los que creen en Dios pueden tener la firme esperanza de un mundo mejor…y esta esperanza viene por la fe, proporciona un ancla a las almas de los hombres y los hace seguros y firmes…” (Eter 12:4).
Al iniciar el camino del abandono de las adicciones, especialmente el de la pornografía, no pierdan la esperanza, no pierdan la fe. Primero, recuerden que Dios los ama y les quiere ayudar. Segundo, recuerden que han sido dotados con dones y talentos, que si los utilizan bien, podrán transformar sus debilidades en fortalezas para vencer cualquier tipo de adicción. Y por último, recuerden que no están solos, hay familia, líderes eclesiásticos y profesionales especialistas que los pueden apoyar en el proceso de salida y recuperación.