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La conferencia general de la Iglesia 

La conferencia general de la Iglesia
Centro de Conferencias de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días durante una sesión de la conferencia general el 6 de abril de 2024. | La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

La conferencia general de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es un evento semestral en el que los líderes principales de la Iglesia dirigen mensajes a los miembros de todo el mundo. Se lleva a cabo en abril y octubre en el Centro de Conferencias de Salt Lake City, Utah, y se transmite en múltiples idiomas a millones de personas. Es un momento de enseñanza, reflexión y exhortación espiritual, con un énfasis en la doctrina, la revelación continua y la dirección profética.

El origen de la conferencia general se remonta a los primeros días de la Iglesia, organizada el 6 de abril de 1830. Desde entonces, la conferencia ha servido como una instancia para la comunicación de los oficiales y autoridades generales de la Iglesia, en especial del profeta y los apóstoles, con los miembros.

En los primeros años, las conferencias se realizaban en lugares modestos, incluso al aire libre, con una participación reducida. Antes de la llegada de los santos de los últimos días a Utah, las conferencias se llevaron a cabo en diversas ubicaciones, incluidas Fayette y Kirtland (en Ohio), así como Nauvoo (Illinois). En 1848, se realizó una conferencia en Kanesville (Iowa) donde se reorganizó la Primera Presidencia bajo el liderazgo de Brigham Young. Posteriormente, en Utah, además de Salt Lake, se realizaron conferencias en otras ciudades como Provo y Ogden en determinadas ocasiones. Durante un tiempo en el siglo XIX, algunas conferencias también se llevaron a cabo en el Antiguo Tabernáculo y el Salón de Asambleas de Salt Lake City antes de trasladarse permanentemente al (actual) Tabernáculo de la Manzana del Templo en 1867.

En 1980, con motivo del sesquicentenario de la Iglesia, las sesiones del domingo fueron incluyeron discursos originado en las lugares emblemáticos de la historia de la Restauración, incluyendo las palabras del profeta y apóstoles.

Con el crecimiento de la Iglesia, luego del traslado Tabernáculo de Salt Lake en 1867, en el año 2000, la sede pasó al actual Centro de Conferencias con capacidad para 21,000 personas. A lo largo de los años, la conferencia ha experimentado cambios significativos. En sus primeras décadas, los discursos eran más extensos y de carácter espontáneo. Con el tiempo, los mensajes se han estructurado y preparado con antelación para garantizar claridad doctrinal y accesibilidad. También ha habido modificaciones en la duración y formato de las sesiones. Inicialmente, la conferencia podía extenderse por varios días. En 1977 se redujo de tres a dos días, y en 2018 se eliminaron las reuniones específicas del sacerdocio y de mujeres durante la sesión del sábado por la noche. Además, la transmisión televisiva y digital ha permitido que la conferencia alcance un público global, con opciones de subtítulos e interpretación en varios idiomas.

Previo a las sesiones generales, se realizan reuniones para los líderes y oficiales generales de la Iglesia. Estas reuniones incluyen instrucciones específicas para la administración de la Iglesia, capacitación para líderes locales y orientación sobre temas doctrinales y organizativos. En estos encuentros, los líderes reciben dirección sobre cómo implementar enseñanzas y programas en sus respectivas áreas de responsabilidad. En los últimos años, durante estas reuniones se han realizado los sostenimientos de los nuevos setentas de área.

Uno de los hitos más significativos en la historia de la conferencia general ocurrió en 1978, cuando se anunció la revelación que otorgaba el sacerdocio a todos los hombres dignos, sin distinción étnica. Otro cambio importante y más recordado por las generaciones actuales, ocurrió en 2012, cuando se anunció la reducción de la edad mínima para los misioneros, permitiendo que los varones sirvieran desde los 18 años y las mujeres desde los 19.

El propósito de la conferencia general sigue siendo proporcionar instrucción inspirada, fortalecer la fe en Jesucristo y orientar a los miembros en su vida cotidiana. Se considera una oportunidad para recibir revelación personal al escuchar a los líderes generales. Los temas frecuentemente abordados incluyen la importancia de la familia, la obediencia a los mandamientos, el servicio al prójimo y la necesidad de seguir a los profetas vivos.

Un aspecto distintivo de la conferencia es la oportunidad de sostener a los líderes de la Iglesia. En la sesión del sábado por la tarde, los miembros participan en un voto de sostenimiento para los llamamientos de la Primera Presidencia, el Cuórum de los Doce Apóstoles y otras autoridades generales. Este acto simboliza la unidad de la Iglesia y el compromiso de sus miembros con la dirección profética.

En términos de organización, la conferencia se divide en cinco sesiones generales: tres el sábado (sábado por la mañana, sábado por la tarde y sábado por la noche) y dos el domingo (domingo por la mañana y domingo por la tarde). Cada sesión dura aproximadamente dos horas e incluye discursos de los líderes, himnos interpretados por el Coro del Tabernáculo de la Manzana del Templo y oraciones ofrecidas por diferentes autoridades y miembros. En ocasiones, se han realizado ajustes en el formato, como la inclusión de discursos de mujeres líderes en todas las sesiones generales, reflejando una mayor visibilidad de su papel en la Iglesia.

Uno de los elementos más emblemáticos de la conferencia es la música, interpretada principalmente por el Coro del Tabernáculo. Este coro, reconocido mundialmente, aporta un espíritu reverente con himnos tradicionales y arreglos especiales. En algunas sesiones, participan otros coros, como coros de jóvenes, de niños o de misioneros, lo que enriquece la experiencia musical y aporta variedad a la conferencia.

Con el avance de la tecnología, la conferencia general ha ampliado su alcance. La primera transmisión por radio ocurrió en 1923, seguida por la primera transmisión televisiva en 1949. En 1962, se inició la difusión en español, marcando un hito en la expansión internacional de la Iglesia. Con el tiempo, se han ido incorporando transmisiones en más idiomas, permitiendo que millones de personas en todo el mundo accedan a sus mensajes en su propio idioma a través de internet, televisión y aplicaciones móviles. En la conferencia general de octubre de 2024, se comenzó a transmitir oficialmente la traducción en lengua de señas chilena a través de Faro a las Naciones en sus canales de YouTube y Facebook, ampliando así el acceso para la comunidad sorda en Chile. Además, los discursos quedan disponibles en diversos formatos para su consulta posterior.

La conferencia general de abril de 2020 fue una de las más significativas en la historia reciente de la Iglesia debido a su coincidencia con el bicentenario de la Primera Visión de José Smith. En esta ocasión, el presidente Russell M. Nelson invitó a los miembros a conmemorar este evento con una “conferencia general única e inolvidable”, lo que llevó al anuncio de la proclamación “La Restauración de la plenitud del evangelio de Jesucristo”, un documento oficial reafirmando la doctrina de la Restauración.

Además, esta conferencia se llevó a cabo en un formato inédito debido a la pandemia del covid-19. Por primera vez, no hubo asistentes en el Centro de Conferencias y las sesiones se transmitieron desde un pequeño auditorio con la presencia limitada de los oradores. La música pregrabada reemplazó las interpretaciones en vivo del Coro del Tabernáculo. Estas circunstancias resaltaron la importancia de la revelación moderna y la adaptación de la Iglesia a los desafíos globales.

La conferencia general es también un evento de relevancia cultural dentro de la comunidad santo de los últimos días. Muchas familias lo convierten en una tradición, organizando reuniones para verla juntos y tomar notas de los discursos. También se ha vuelto común que los miembros compartan mensajes clave en redes sociales, difundiendo enseñanzas con un alcance más allá de los propios fieles.

A pesar de su formalidad, la conferencia ha tenido momentos memorables de espontaneidad. Desde la emoción evidente en la voz de un orador hasta incidentes como fallas técnicas, estos eventos han recordado a los asistentes que la Iglesia está formada por personas reales, con experiencias auténticas y desafíos humanos. Uno de los momentos más recordados ocurrió en 2018, cuando el presidente Russell M. Nelson anunció un énfasis renovado en el uso del nombre oficial de la Iglesia, marcando un cambio en la identidad institucional.

En conclusión, la conferencia general es una de las reuniones más significativas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Con sus raíces en la historia temprana de la Iglesia, ha evolucionado en su formato y alcance, pero ha mantenido su propósito central de instrucción y fortalecimiento espiritual. Su relevancia se mantiene en la vida de los miembros, ofreciendo guía en un mundo en constante cambio y reafirmando la creencia en la dirección de profetas vivientes.

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