En las alturas de La Paz, Bolivia, a más de 3600 metros sobre el nivel del mar, se gestó una historia de unidad y servicio comunitario. El pasado fin de semana, cientos de voluntarios, en su mayoría miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se congregaron con un objetivo común: embellecer la ciudad y fortalecer los lazos comunitarios. Esta iniciativa, denominada «Limpiatón por La Paz», se convirtió en un ejemplo inspirador de cómo pequeñas acciones pueden generar grandes cambios.
Armados con escobas, guantes y un inmenso espíritu de servicio, los voluntarios recorrieron las principales avenidas de la ciudad, recogiendo basura, pintando postes y embelleciendo espacios públicos. Más allá de una simple jornada de limpieza, este evento fue una celebración de la solidaridad y el compromiso con el bienestar de la comunidad.
Como parte de la preparación, la Iglesia extendió invitaciones a entidades y vecinos para sumarse al esfuerzo. La respuesta fue conmovedora: muchos vecinos salieron a ayudar incluso antes de que comenzara la actividad. Además, el Comando General del Ejército destinó alrededor de 40 soldados para apoyar en la limpieza de los postes frente al Estado Mayor del Ejército. Vecinos de diferentes edificios también mostraron su gratitud comprando refrescos y ofreciéndolos a los voluntarios.
La iniciativa, organizada en colaboración con el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, contó con la participación de personas de todas las edades, demostrando que el servicio comunitario es una actividad que une a las personas más allá de sus diferencias.