Ya había perdido a su familia. Aunque fue criado bajo el convenio, Eugenio[i] se había convertido en un drogadicto total. Su hijo recién nacido que sostenía en las manos no era de su exesposa, sino de otra mujer que también era drogadicta.
Puesto que ninguno de los dos estaba en condiciones de criar al niño, habían decidido desde antes permitir que otra familia lo adoptara. Era mejor que someterlo a la vida que ellos dos llevaban, que muchas veces terminaba en la calle.
Además, por las adicciones de la madre durante el embarazo, era muy probable que el bebé tuviera problemas de salud graves.
Ellos no podían criar a un niño sano y menos a un niño que necesitara mucha atención médica.
Le miró al niño en ojos y le prometió que haría lo que fuera necesario para arreglarse la vida. El ver a este niño, tan puro e inocente, penetró la neblina sicológica de la negación.
Eugenio ya no quería ser drogadicto. Quería dejar el vicio y volver a ser una persona decente, un hombre que no tuviera que encomendar a su hijo en manos de otros por no poder cuidarlo él mismo.
¿Cómo era posible que hubiera llegado a este nivel tan bajo?
¿Por qué no cambió antes?
Eugenio había perdido su empleo, su matrimonio, sus hijos de ese matrimonio, su hijo recién nacido, su membresía en la Iglesia, y su amor propio.
Aun así, su recuperación tardó mucho. Pasarían años entre aquel momento estremecedor en el hospital, despidiéndose de su hijo, y la última vez de drogarse.
Alma el Hijo vio en la historia de la Liahona un significado simbólico que le servía a él y que quería que le sirviera a su hijo Helamán. Del mismo modo, podemos ver un significado simbólico en la historia del Éxodo que nos ayuda a entender mejor al pecador y el arrepentimiento.
Los símbolos
Visto desde esta perspectiva, el faraón representa al pecador. Puede ser alguien con pecados graves y obvios, como el drogadicto, o puede ser alguien con pecados menos graves u ocultos, como un chismoso.
¿Por qué es que el faraón tenía a los hebreos bajo el cautiverio?
Primero, debemos entender que, durante casi toda la historia humana, la esclavitud era totalmente normal en la gran mayoría de las sociedades y culturas.
En la antigua Roma, por ejemplo, había algunos esclavos que eran dueños de otros esclavos.
Por un lado, todos entenderían por qué los hebreos hubieran querido salir del cautiverio, pero por otro, en aquel entonces, nadie habría pensado que el faraón era necesariamente malo por tener esclavos, incluso muchos.
Todas las personas de la clase alta de la antigüedad tenían esclavos. [ii]
Otra cosa que debemos tener en cuenta es que los hebreos ya habían tenido una dinastía propia en Egipto. Por un tiempo, una minoría de hebreos reinó sobre egipcios en su propia tierra.
Después de echar a muchos hebreos de Egipto, no sería raro que un faraón de la dinastía nueva subyugara a los hebreos que quedaban ni que tuviera miedo de que ellos hicieran alianza con los enemigos de Egipto.
Los que quieren saber más sobre la historia de los hebreos, y su dinastía en Egipto, pueden leer mi artículo sobre ese tema, haciendo click aquí en este enlace.
El punto es que el faraón tenía motivos válidos para desconfiar de los hebreos.
Del mismo modo, nuestros pecados favoritos casi siempre tienen motivos entendibles.
Por ejemplo, muchos drogadictos a menudo sufren de enfermedades mentales, como la depresión, la ansiedad, y traumas del pasado.
El alcohol, los cigarillos, y otras drogas les calman los nervios y les dan un escape vicioso de sus problemas que son totalmente válidos.
Ahora el chisme.
Las personas son naturalmente sociales. Nacemos en familias y el hacer amigos es uno de los placeres de la vida.
Hablar sobre algún conocido común, o sobre alguien que forma parte de nuestra vida, es lo más normal, y muchas veces necesario.
Se requiere muy poco para convertir una conversación natural y agradable en una plática chismosa donde se tiene que hablar a media voz.
Consecuencias leves
El orden de las maravillas de Dios que sirven para liberar a los hijos de Israel es fascinante e intencional.
No se comienza con la pérdida de todos los primogénitos. Se comienza con el mandamiento de dejar ir a los hebreos y se incluyen unas maravillas que no dañan a nadie.[iii]
No vienen plagas hasta después del rechazo enfático inicial del faraón.
Aun así, las primeras tres plagas (del río convertido en sangre, ranas y moscas) fueron molestias e inconveniencias más que nada.
Interrumpieron el ritmo de la vida egipcia, pero no causaron estragos devastadores.
Cuando pecamos, el Señor, normalmente, es muy paciente con nosotros. La primera vez que alguien se droga, la primera vez que alguien cuenta un chisme, es inaudito que le caiga un relámpago.
¿Pero está uno libre de consecuencias? Por supuesto que no.
Las primeras consecuencias del pecado normalmente son molestias e inconveniencias.
Por ejemplo, hay que esconder lo sucedido, normalmente con una mentira.
Si uno se droga, tiene que hacerlo a escondidas, o con otras personas que se quieren drogar.
Se tiene que inventar un pretexto para estar en ese lugar, dentro de ese horario, que no levante sospechas.
El chismoso baja la voz, tiene que inclinarse un poco, o encontrar un lugar más privado, o tapar el celular para que nadie vea lo que escribe.
Pero esas cosas son inconveniencias.
Todavía no sucede nada serio.
Consecuencias más grandes
Por la arrogancia del faraón, las plagas que cayeron sobre Egipto fueron aumentándose en gravedad.
El sarpullido y las úlceras no van a matar a nadie, pero van a poner un alto a la sociedad egipcia.
¿Cómo será una boda donde los novios y los invitados sufren de sarpullido?
¿Qué tan productiva es la fuerza laboral si los trabajadores tienen úlceras?
La pérdida de ganado probablemente se convirtió en una crisis económica y casi una hambruna.
Aunque se puede vivir sin carne ¿qué se hace sin granos para pan y legumbres para otras comidas?
La plaga del granizo devastó sus campos. La plaga siguiente, de las langostas enormes y numerosas, habría acabado con lo que sobrevivió al granizo.
Los pecados descuidados, que comienzan por incomodarnos la vida, después amenazan con destruir nuestras vidas.
¿Qué sucede cuando la familia, o el jefe, se entera de que uno toma drogas?
¿Qué pasa cuando se enteran de que uno ya lleva tiempo drogándose, y que parece ser un adicto?
¿Qué sucede cuando alguien se entera de que uno traicionó la confianza compartiendo algo muy privado y ahora lo sabe medio mundo?
¿Qué pasa cuando se enteran de que no es la primera vez, que son muy pocos los secretos que uno guarda?
Se pierden empleos, se pierden amigos. Si no se pierden, se dañan las relaciones.
Lo que está seguro es que se pierde la confianza.
Esquivar consecuencias
El faraón intenta negociar con Moisés antes de dejar libres a los hebreos.
Sí, tienen permiso para llevar un festival religioso para adorar a Jehová, pero quédense aquí.[iv]
Bueno, pueden salir del país, pero no se vayan muy lejos.[v]
¡Listo! ¡Ya! Váyanse, pero que se queden sus rebaños como garantía de que vuelvan.[vi]
Nosotros, cuando pecamos, muchas veces intentamos negociar con el Señor, y con nosotros mismos, en vez de abandonar el pecado.
Bueno, drogarme cada día está mal, claro. Pero ¿de vez en cuando? Pues ¿qué tiene?
Listo, divulgar cosas compartidas en confianza, durante el consejo de rama, eso sí está mal, pero…
Sé que las hijas de la hermana Fulana y de la hermana Mengana son amigas. ¿No es bueno que yo avise a la hermana Fulana que la hija de la Mengana está embarazada?
Eso no es chisme, es un bien, es un servicio ¿no es cierto?
Las consecuencias más graves
Debido a su testarudez, el faraón no solo sufre una crisis económica y una hambruna, pierde a su hijo.
Por su culpa, no solo se pierde el hijo suyo, sin los primogénitos de todos los que vivían en Egipto y que no estaban protegidos por la sangre del cordero.
Cuando persistimos en el pecado, a sabiendas, ya habiendo sufrido consecuencias terribles, no solo sufrimos nosotros.
No solo ponemos en riesgo la vida propia.
Arriesgamos la vida, o por lo menos la calidad de vida, de todos los que nos rodean.
Los hijos de los drogadictos muchas veces caen en los mismos problemas y repiten los mismos errores de sus padres.
No solo se destruye una familia, se destruyen generaciones de la familia.
He visto barrios que tenían la asistencia de una ramita.
¿Qué pasó?
Al principio, nada fuera de lo común, nada que no suceda en prácticamente todos los barrios en todo el mundo.
Surgió algún desacuerdo entre los miembros, a veces grande, pero no necesariamente.
Alguien se sintió abandonado en su llamamiento.
Alguien se sintió olvidado u ofendido por una pequeñez.
Cosas lamentables que pasan ya que todos somos imperfectos. Por eso es que pasan, por lo menos de vez en cuando, en todos los barrios de la Iglesia.
Pero, por el chisme, estos problemas se volvieron mucho más graves de lo que era necesario.
Varias familias, familias que antes estaban fuertes y que prestaban servicio a muchos, dejaban de participar en la Iglesia, dejando demasiadas responsabilidades a las personas que quedaban.
Los dos lados del conflicto decían lo mismo, que se sentían calumniados y que no iban a la capilla por lo que el otro lado supuestamente había dicho.
En este artículo, nos hemos enfocado en dos pecados, pero todos funcionan de esta manera.
Descuidados por demasiado tiempo, amenazan arruinaros la vida a nosotros y a los que nos rodean.
Las consecuencias eludibles
Felizmente, es totalmente posible evitar la destrucción propia y de los demás por el pecado.
Nos ofrece la solución el mismo Alma el Hijo, Por tanto, benditos son aquellos que se humillan sin verse obligados a ser humildes.[vii]
Nosotros, como el faraón, recibimos invitaciones de los siervos de Dios de cambiar nuestras vidas para lo mejor.
Cuando aceptamos estas invitaciones, nos va mucho mejor.
Aun así, si no aceptamos la primera invitación, no tenemos que esperar las plagas más severas.
Podemos cambiar y arrepentirnos cuando vengan las plagas menores.
Los brazos de misericordia del Señor están siempre extendidos.
[i] Nombre ficticio para proteger la identidad de la persona.
[ii] No debemos interpretar esta realidad histórica como una invitación para reiniciar la esclavitud. No todas las historias de las escrituras, incluidas las que incluyen a personas buenas, nos sirven de ejemplos buenos. Por ejemplo, el favoritismo de Israel por José fue parte del motivo de su venta como esclavo.
[iii] Huelga decir que las serpientes de los magos del faraón sí sufrieron violencia, pero no habría sido necesario si el faraón simplemente hubiera aceptado el mandamiento de Dios.
Este es un artículo de opinión donde el autor expresa su punto de vista el cual es de su exclusiva responsabilidad y no necesariamente representa la posición de FaroALasNaciones.com o la de alguna otra institución.
Excelente discurso gracias
Agradezco que lo haya leído hermano.