CÓRDOBA, Argentina — La obra de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se inauguró en Argentina oficialmente la mañana de navidad del año 1925, cuando los élderes Melvin J. Ballard, Rulon S. Wells y Rey L. Pratt ofrecieron en el Parque Tres de Febrero, en Palermo, Buenos Aires, la oración dedicatoria de estas tierras para la predicación del evangelio. Uno de los pedidos más conmovedores de dicha oración fue destinado a los gobernantes locales: “Bendice a los presidentes, gobernantes y líderes oficiales en estos países Sudamericanos; que ellos puedan humildemente recibirnos y nos den el permiso para abrir las puertas de la salvación a las personas de esta tierra(…)”. El pedido fue escuchado, ya que desde ese momento la Iglesia ha tenido una buena acogida por parte de los gobiernos y dirigentes latinoamericanos, produciéndose así un crecimiento, al principio lento pero sostenido, que culminaría en el último cuarto de década con un crecimiento explosivo en la cantidad de miembros.
Argentina abre sus puertas a la predicación del evangelio
Lo expuesto anteriormente ya estaba profetizado dentro de la misma oración dedicatoria en la cual se habló de la naturaleza de la obra en el Área: “por un tiempo, la obra del Señor crecerá despacio, así como el roble crece despacio de la bellota… habrá miles de personas que se unirán a la Iglesia; se dividirá en más de una misión y será una de las más fuertes de la Iglesia”.
Desde aquellas inspiradas palabras, la Iglesia fue creciendo en misiones y miembros; en 1935 la Misión Sudamericana fue dividida en dos: Misión Argentina y Misión Brasilera. Fue llamado como presidente para la Misión Argentina a W. Ernest Young, que conjuntamente con su familia y algunos misioneros (aproximadamente 10 en total, contando al matrimonio presidente), sentaron las bases del proselitismo en esta parte del mundo. Desde 1925 a 1935, cerca de 150 miembros fueron convertidos en Argentina y durante los años que van desde 1935 a 1938, el número de élderes se incrementó de 7 a 60, y el número de miembros creció de 150 a 400, las ramas de 4 se incrementaron a cerca de 20.
La Iglesia en Córdoba
La llegada de la Iglesia a tierras cordobesas se dio en este contexto de gran crecimiento y expansión sostenida. El 28 de diciembre de 1938 , los elderes Vaughn Armstrong y Tenney Lamoreaux llagaron a Córdoba y se establecieron primeramente en la localidad de Alta Gracia, siendo la elección de este sitio producto de la ya residencia de dos familias miembros de origen Suizo en esa localidad, los Bonny y Oguey. Posteriormente, los primeros misioneros de tiempo completo Karl R. Fenn y Rulon Moon continuaron la tarea, emprendida da ya desde 1925 para toda el área.
Ya para el año 1940, con la mudanza de los Oguey, una de las familias pioneras, se empieza el trabajo en Córdoba capital. En palabras de Aldo Leone, uno de los primeros conversos de la localidad, la casa-capilla estaba ubicada “…en la calle Antonio Del Viso, frente al nuevo Club Atenas, allí comenzó la obra en Córdoba”.
En Córdoba, la Iglesia de Jesucristo cuenta hoy con 5 estacas, con un conjunto de cinco o más unidades entre barrios o ramas, integrados por más de 300 miembros cada uno y solo en la estaca perteneciente al Templo, Estaca Córdoba Argentina Sierras, hay 8 unidades y un total de 3.670 miembros. Por la fidelidad de sus miembros y por su ubicación estratégica, Córdoba es dotada de un templo, el cual es uno de los edificios más sagrados que poseemos como pueblo, el cual creemos que será una bendición para nuestras familias y por su influencia para toda la Córdoba.
Los templos son literalmente la Casa del Señor, pilar de nuestra fe, lugares santos donde efectuamos la unión de nuestras familias por las eternidades. Es por esta razón que la Iglesia erigió en el actual Barrio de Villa Belgrano, en la calle Laplace al 5400, uno de estos santos recintos con el objetivo de facilitar a los miembros de toda el área del Templo, el acceso a realizar ordenanzas personales y vicarias a favor del fortalecimiento y la unidad familiar.
Crónica de una exitosa Casa Abierta
La Casa abierta es un éxito desde el punto de vista secular, ya antes de la fecha prevista para el inicio de las actividades en el Templo se realizaron las visitas de los invitados destacados, periodistas, políticos de diferentes niveles, arquitectos y constructores. Cada vista fue guiada por autoridades de Área y miembros especialista. Un factor común en todos los registros póstumos que recopilan las experiencias de los integrantes de las comitivas, fue el asombro por la belleza de nuestro Santo Lugar, la paz que se respira en sus salones y la solemnidad del Cuarto Celestial.
Un impresionante y ordenado despliegue de voluntarios recibieron cálidamente a los visitantes. El 15 de abril fue el día marcado para el inicio de la casa abierta para los miembros y el público en general. En los próximos días se siguen realizando los recorridos guiados, en este caso los matrimonios asignados tiene un rol importantísimo, al explicar, guiar y acompañar a los contingentes.
[…] UN TIEMPO corto escribí sobre el éxito de la casa abierta desde una óptica secular, pero creo que pensándolo bien no alcanza con esa descripción. Ayer, decidí hacer el recorrido […]