Los templos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días son una continuación de las prácticas de adoración en templos que se encuentran en la Biblia y el Libro de Mormón, y reflejan una conexión teológica y doctrinal profunda con estas escrituras. En la Biblia, los templos de Salomón, Zorobabel y Herodes fueron lugares sagrados donde se realizaban sacrificios y ritos para acercarse a Dios. De manera similar, los templos de los santo de los últimos días se consideran la «Casa del Señor«, donde se realizan ordenanzas sagradas, aunque sin sacrificios de animales, ya que se considera que el sacrificio expiatorio de Jesucristo es suficiente y definitivo.
En el Libro de Mormón, se menciona el templo construido por Nefi poco después de que él y su familia llegaran al continente americano (2 Nefi 5:16). Este templo fue central en la adoración de los nefitas, y su estructura y propósito reflejaban el modelo del templo de Salomón. La práctica de adorar en templos también se menciona durante la época de Cristo en el continente americano (3 Nefi 11:1). Estas referencias reflejan la importancia continua de los templos como lugares donde se realiza la obra de Dios.
Doctrinalmente, los templos actuales sirven para realizar ordenanzas fundamentales como bautismos, lavamientos, unciones, ordenaciones, investiduras, sellamientos y otras, tanto por las personas vivas como por quienes ya fallecieron sin tener la oportunidad de realizarlas. Estas ceremonias están vinculadas con enseñanzas bíblicas como la declaración de Pablo sobre el bautismo por los muertos (1 Corintios 15:29) y la idea de sellar en el cielo lo que se selle en la tierra (Mateo 16:19). Para los santos de los últimos días, los templos son esenciales para cumplir con el Plan de Salvación, proporcionando oportunidades para que todos reciban las bendiciones del Evangelio.
En las últimas décadas, la construcción de templos ha aumentado significativamente. Durante el liderazgo del presidente de la Iglesia Gordon B. Hinckley, se introdujo un nuevo diseño de templos más pequeños para facilitar su construcción en áreas más alejadas y con menos miembros, lo que llevó a un crecimiento notable en la cantidad de templos en todo el mundo. Actualmente, bajo la dirección del presidente Russell M. Nelson, se han anunciado más de 100 templos adicionales, lo que refuerza el enfoque en la accesibilidad global de estas sagradas edificaciones. Una de las innovaciones para avanzar con esa expansión ha sido el desarrollo de templos «modulares» cuyas partes son transportadas para ser ensambladas en terreno, accelerando drásticamente el tiempo de construcción.
Los líderes de la Iglesia han subrayado el propósito central de los templos. El presidente Hinckley afirmó que los templos son “un refugio sagrado donde la paz reemplaza al caos del mundo”. Por su parte, el presidente Nelson ha declarado que «todo lo que la Iglesia hace… apunta a los templos», destacando su papel como el lugar donde los miembros pueden acercarse más a Dios y recibir Su guía divina.
La construcción de templos en lugares históricos o culturalmente significativos también refleja la expansión global de la Iglesia. Por ejemplo, los templos en Roma y Salt Lake City, son reconocidos por su simbolismo arquitectónico y su importancia histórica. El Templo de Salt Lake, en particular, es un emblema de la fe de los santos de los últimos días y un testimonio del sacrificio de los pioneros que lo construyeron.
Dentro de los templos, se enfatiza la naturaleza eterna de las familias y el propósito de los convenios. Las ceremonias del sellamiento están diseñadas para unir a las familias para la eternidad, cumpliendo con la creencia de que las relaciones familiares pueden continuar más allá de esta vida. Este principio está profundamente arraigado en las enseñanzas de la Iglesia y se menciona en los materiales oficiales como una de las mayores bendiciones del Evangelio restaurado.
La arquitectura de los templos también está cargada de simbolismo. Cada templo tiene un diseño único, pero elementos como las torres apuntando hacia el cielo y los interiores decorados con imágenes naturales reflejan el objetivo de conectar lo terrenal con lo divino. Estos detalles están destinados a inspirar reverencia y contemplación espiritual en quienes los visitan.
Aunque los templos son exclusivos para los miembros que cumplen con ciertas normas de dignidad, las jornadas de puertas abiertas antes de la dedicación brindan una oportunidad para que el público general los visite y comprenda su propósito. Estos eventos han sido efectivos en promover el entendimiento y el respeto hacia las prácticas de la Iglesia en comunidades de todo el mundo.