OREM, Utah — Una mujer luchadora, enérgica, positiva e inspiradora.
Paula de Santiago es una joven madre chilena, conocida por sus más cercanos como una atleta, líder de Cub y Boy Scouts. Establecida hace más de 20 años en los Estados Unidos junto a su esposo Alejandro de Santiago (también chileno) tuvieron cinco hijos y son oriundos de Santiago, Chile.
El pasado 24 de noviembre, Paula fue parte de un accidente automovilístico en Saratoga Springs, Utah. Este grave accidente impactó dramáticamente la vida de Paula y la de su familia.
De acuerdo a la página de Facebook Pray for Paula ella “estuvo varios meses en estado crítico con una perforación en el pulmón, cuello fracturado, y un traumatismo craneoencefálico muy grave, especialmente en el lado izquierdo de su cerebro, dejándola paralizada en su lado derecho de su cuerpo. Ella estuvo en coma durante casi dos meses y ahora a pesar de que ella abre los ojos, no puede hablar, moverse ni comer por sí misma. Sus lesiones cerebrales son extensas”. Actualmente se encuentra en el centro de rehabilitación Country Life Care Center.
Su familia no solo abrió las puertas a El Faro Mormón y nos mostró lo desgarrador que para ellos fue todo el proceso, sino que también nos enseñó como podemos llevar nuestras cargas con fe y esperanza. Su lema familiar va en “Confía en Dios, los milagros existen”.
Su padre, el expresidente de la Misión Argentina Resistencia Wilfredo López, quien también sirvió por algunos años como setenta de área en Chile, nos comentó un poco como fue para ellos todo el proceso. Fue un “golpe emocional y sentimental muy fuerte, sobre todo por la distancia, nosotros estábamos en Chile y ella acá en los Estados. Fue un drama familiar las horas posteriores a eso, todos se enteraron, sus hermanos. Entonces nos embargó la impotencia de no estar en condiciones de poder venir y estar con ella”.
Quién ha vivido el proceso más de cerca es, sin duda, su esposo Alejandro De Santiago. Su angustia comenzó al escuchar del accidente momento en el que pensó “yo no puedo hacer esto solo, es imposible”.
“Necesitaba la ayuda de mi Padre Celestial” dice Alejandro, “también necesitaba la ayuda de las personas para que oraran para recibir más fortaleza para que Paula estuviera bien”.
Todo ha sido un proceso porque en un momento dije “ tengo dos opciones, tirarme al suelo y enojarme por lo que me pasa” y la otra es “confiar 100% en el Señor y lo que él quiera que sea, eso fue lo más difícil, ese proceso de aceptar la voluntad del Señor y decirle en cierta manera darle a mi esposa como un sacrificio encima del altar para Él… ‘aquí está mi esposa, Tú haz lo que es mejor para ella y para nosotros’.
Aun cuando Alejandro confiesa que la brecha entre sentirlo y decirlo es grande, acepta que “cuando ya lo sentí de corazón, un peso muy grande se fue de mis hombros”.
Para los hijos de Paula y Alejandro, el accidente de su madre trajo incertidumbre y sentimientos encontrados.
Elías, el mayor de los hermanos, llegó hasta el lugar del accidente poco después de enterarse “vi a todos los policías y la ambulancia llevándosela… pensé es que estaba muerta”, dice el joven. Pero junto con la conmoción del momento, su reacción fue ejemplar. “Lo único que podía pensar en el momento del accidente es que esto pasó por una razón” comenta.
Para los médicos es difícil dar un pronóstico de lo que será su recuperación y de cuánto tiempo tomará, pero hasta ahora se han visto milagros. En un momento se dijo que Paula nunca despertaría y despertó. Luego dijeron que si despertaba nunca jamás podría moverse pero, con mucho esfuerzo, ahora mueve sus dedos y está comenzando a mover sus labios. Ahora cuando mira a sus hijos les sonríe y los puede acariciar. Su respiración ya no depende de las máquinas y el largo proceso de recuperación continúa.
Estos avances, y el espíritu deportivo de Paula, han permitido que tanto ella como su familia gocen de pequeños triunfos y alegrías. Por ejemplo, el pasado 22 de mayo, Paula «corrió» una carrera de 5K acompañada de quien la llevaba en su silla de ruedas bajo la lluvia. Las sonrisa y aplausos fueron parte de la terapia para sanar el corazón y la moral en medio de la adversidad.
Para la madre de Paula, Patricia, “todo esto tiene un propósito mayor, una lección para nosotros”.
Patricia comenta que “Paulita” se quejaba de que se sentía sola en los Estados Unidos, “pero yo encontré que hay muchas personas que la aman, muchas personas que han mostrado su amor por nosotros aunque no nos conocían y muchas personas que la conocieron después del accidente y que ha crecido su testimonio por eso mismo o que han vuelto a la Iglesia por ver el ejemplo de ella, estas cosas han sido para nosotros como lecciones de la vida”.
El entender que todo esto tiene un propósito ha sido clave para Wilfredo y toda su familia, “confiamos en la medicina y en la ciencia no nos cerramos a nada pero, por sobre todas las cosas, la confianza en Dios”.
“Yo tengo fe y esperanza que si podrá moverse y progresar”, dice su madre, “que si podrá estar en la casa, tal vez no al cien por ciento, pero sí lo hará”.
Hasta ahora no ha sido fácil y lo que queda por delante tampoco lo será, por lo que la familia necesita mucha ayuda, sobre todo monetaria.
Alejandro invita a quienes quieran sumarse y ayuda lo hagan, primeramente, orando por Paula. “Eso nos da fuerza como familia” dice, ya que atribuyen todo el avance que ella ha tenido a la mano del Padre.
Actualmente los elevados gastos médicos se han vuelto inalcanzables para la familia de Santiago por lo que una amiga de la familia ha abierto una cuenta para recibir donaciones de personas de buena voluntad que quieran ayudar a Paula en su recuperación.
La meta es juntar US$7.500 de los cuales llevan casi US$3.500.
Ayudar es fácil, haciendo clic aquí puedes donar a través tu tarjeta de crédito, débito o por PayPal a través del sistema You Caring. Compartir esta información a través de la redes sociales e incentivar a otros a aportar también será de gran ayuda.
Con el avance que ha tenido Paula, ahora es capaz de comunicarse y hablar por medio de un computador solo con mover las pupilas de sus ojos. “Obviamente no es barato, solamente hicimos una prueba” pero no están en condiciones de comprar la máquina, dice Alejandro.
Los desafíos siguen, pero la fe y el lema familia también: “Confía en Dios, Los milagros existen”.
Imagen destacada: Paula de Santiago (en la silla de ruedas) junto a su esposo Alejandro y algunos de sus hijos. | Facebook, Pray for Paula.