ZAPALA, Argentina — Estoy en el Centro de Estaca Zapala Argentina, pregunto por el obispo Villar y todavía algunos hermanos se quedan pensando…
Con una sonrisa dicen: “¡ah… el obispo!”. Es que la mayoría lo identifican con su apodo y, además, hace poco que fue llamado como líder del Barrio Ruca Hueney.
El obispo Raúl Villar me cuenta que a los 11 años de edad, luego de que varios de sus familiares se bautizan en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, él decide que quiere conocer más sobre el Evangelio. “Iba a la pensión de los misioneros (el élder Arce, de Salta, Argentina; y el élder Koller, de Utah, EE.UU.) todos los días a las 9 de la mañana a pedirles que me enseñaran”, dice.
Se bautizó y asistió a la Iglesia por un tiempo pero luego se alejó. “No tenía ningún amigo allí, creo que era el único de mi edad, me sentía solo”.
Sus años pasaban entre el asistir a la escuela y el practicar su deporte favorito: el fútbol. Pronto se destacó en Campeonatos juveniles y eso llamó la atención de un representante de un equipo nacional. Fue invitado junto con otros jóvenes a probar sus habilidades y así resultó elegido para jugar en el conocido Club de Boca Juniors. Sin duda, era el sueño de todo joven de su edad.
En aquellos días, su presidente de rama y unos jóvenes lo visitaron para invitarlo a una actividad deportiva de la Iglesia. “Casualmente” esa actividad era jugar fútbol. Raúl se sintió muy a gusto y reanudó su asistencia a la capilla.
Dos de sus nuevos amigos, José y Gabriel, hablaban de sus preparativos para irse a la misión. Raúl comenzó a recibir las charlas para prepararse y recibir el Sacerdocio Mayor. Luego envió sus papeles para ir a una misión, pero en esos días debía presentarse en Buenos Aires en su club deportivo.
Los días pasaban rápido. Al regresar a casa, sus amigos ya estaban partiendo. Finalmente también recibió su llamamiento y, para su sorpresa, tenía quince días para preparar sus pertenencias e irse al Centro de Capacitación Misional en Buenos Aires. En aquella ciudad, en esa misma fecha, también lo esperaban para que se presente en Boca Juniors. Entonces, Raúl tomó una de las decisiones más importantes de su vida. Su maleta esta vez no llevó ropa deportiva, sino que fue con lo que pudo reunir en solo unos días para servir como misionero en la Misión Argentina Resistencia.
Hoy, el obispo Villar recuerda esos días con una sonrisa y un sentimiento de profunda paz. “Algunos amigos y parientes hicieron comentarios negativos sobre mi decisión. Aún hoy me dicen que mi vida sería totalmente distinta si yo hubiera seguido en el fútbol, asegurándome popularidad y dinero. Pero yo siempre supe que tenía que elegir lo correcto: yo tenía que ir a la misión”.
El Obispo preside un barrio que ha sido protagonista de grandes experiencias de rescate de familias. Esto ha sido considerado por las autoridades del Área Sudamérica Sur y con el objetivo de compartir estos grandes sucesos, se ha grabado un video que pronto se dará a conocer.
Aun cuando el Obispo reconoce humildemente que todo lo que se logra es el resultado del trabajo en equipo, también dice: “cuando yo era joven, algunos pensaron en mí, se preocuparon por mí y me fueron a buscar. Hoy tenemos que hacer lo mismo y salir a buscar, salir al rescate”.
Que podamos decir como este Obispo lo dijo “yo sabía lo que había que hacer” y así eligió ir a la misión.
Hoy, como él, todos sabemos “lo que hay que hacer”. Que se pueda escribir también de cada uno de nosotros: “y así eligieron ir al rescate!”.
Imagen destacada: El obispo Raúl Villar,del Barrio Ruca Hueney, de la Estaca Zapala Argentina, de una entrevista para un video del Área Sudamérica Sur. (Foto tomada con autorización) | El Faro Mormón, Paola de Saade.