Misioneros aparecen en diario local [Argentina] 

NECOCHEA, Argentina — El diario web Ecos Diario publicó un artículo informativo sobre las funciones de los misioneros de la Iglesia en el mundo y en específico entrevistaron a dos compañerismos, uno de hermanas: Hermana Machado y Hermana Santos; y otro de élderes: Elder Hynes y Elder Howell, que sirven actualmente en Necochea como parte de la Misión Argentina Bahía Blanca.

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Los misioneros la Iglesia de los Santos de los Últimos Días tienen entre 18 y 21 años. La mayoría de la gente los llama mormones, lo dejan todo para cumplir con una misión lejos de casa.

La mayoría son extranjeros y han dejado sus familias, sus amistades, sus trabajos e incluso sus estudios para embarcarse en una misión espiritual en un país extranjero, del que muchas veces apenas conocen el nombre.

Ellos visten impecables trajes negros y la gente los llama mormones, aunque ellos prefieren que se los denomine «santos de los últimos días”. En nuestra ciudad existen varias iglesias de esta denominación y la cara visible son los misioneros, la mayoría de ellos extranjeros o argentinos provenientes de otras ciudades.

Entre ellos se encuentran por estos días en Necochea las hermanas Marisol Machado y Mayra Santos y los «élderes” Ian Michael Hynes y Richard Howell.La hermana Marisol es de Rivera, Uruguay y llegó a nuestra ciudad hace siete meses. Vino al país hace casi dos años «para predicar el evangelio”.
«Es una experiencia muy buena. El evangelio cambió mi vida, por eso vine, porque quiero que las personas lo conozcan”, señaló la joven, que se convirtió hace dos años.

«Soy la cuarta misionera que sale de mi barrio”, explicó Marisol y señaló que «cada mes aumenta la cantidad de misioneros”.

Misión Bahía Blanca

Mayra Santos es peruana. «Mi familia conoció la iglesia cuando yo era bebé. Así que prácticamente pasé mi vida en la iglesia. Decidí salir a la misión, en parte porque pude ver el cambio que hizo en mis hermanos mayores, que también fueron misioneros en otros países”, afirmó la joven.

Otra de las razones es la felicidad. «Siempre veía las personas que aparentaban ser felices, pero que no eran felices, porque siempre les faltaba algo. Esa fue una de las razones que me motivó a salir. El hacer que ellos puedan encontrar eso que les falta”, dijo Mayra.

Llegó hace un mes y medio a Necochea, luego de haber misionado en Bahía Blanca y La Pampa.

«A nosotros nos tocó la Misión Bahía Blanca, que abarca La Pampa, Trenque Lauquen, Olavarría, la Costa Atlántica, Viedma, Río Negro, Tandil, entre otros localidades”, explicó Ian Michael Hynes, quien pese a su apellido anglosajón, es argentino.

Es de San Isidro y explicó que el ser local no le da ningún privilegio, aunque confiesa que «es muy divertido”.

Dice que a los jóvenes extranjeros les gusta que les explique la jerga argentina y sobre la cultura o cómo pronunciar ciertas palabras.

«Soy un misionero normal, igual que todos. Tengo la misma labor que ellos. Comparto el evangelio con todas las personas”, afirmó Ian, que como todos los jóvenes que participan de la misión, deben acostumbrarse a constantes cambios de ciudad y de compañeros.

En su caso, también pertenece a la iglesia desde niño. «Hubo un tiempo que me aparté y fueron los peores años de mi vida”, expresó.

«Cuando volví me di cuenta de que Dios tiene un plan para cada una de las personas”, afirmó. «Tiene un plan muy especial y vine a compartir eso con las personas”.
Precisó que los jóvenes misioneros dedican dos años exclusivamente a la predicación. «Dejamos trabajos, familias, novias, estudios, todo, para compartir esto que es realmente muy importante para nosotros, porque puede cambiar la vida de las personas. Uno no puede perder nada, pero puede ganar muchísimo”, indicó.

Desde los Estados Unidos

Richard Howell llegó a la Argentina desde Estados Unidos. Proviene de Utah, el estado con mayor cantidad de mormones, ya que allí casi el 60% de la población pertenece a esa religión.

Si bien en su comunidad no es una obligación ser misionero, cada joven lo considera un deber y Richard, al cumplir los 18 años, decidió postularse. Luego de que le informaron que sería enviado a la Argentina, pasó seis semanas estudiando español en un centro de capacitación especial.

Era muy poco lo que Richard sabía de América latina. Lo poco que conocía se lo enseñó su madre, que fue misionera en Bolivia y le dijo que en Argentina «los asados son muy ricos”.

El joven estadounidense explicó que durante los dos años de misión (uno y medio para las mujeres) se dedican las 24 horas a predicar. «Para mi fue bastante difícil”, dijo el misionero, que al principio se sintió frustrado por las limitaciones del idioma.

«Me costó porque no podía compartir mis sentimientos”, dijo Richard, que sin embargo ahora, después de 18 meses de misión, ya comienza a disfrutar del país y de las costumbres de la gente. «Argentina es especial, quiero volver”, afirmó Howell.