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Misioneros SUD desarrollando estrategias para enfrentar el estrés 

Misioneros SUD desarrollando estrategias para enfrentar el estrés

Muchos misioneros que vuelven a casa tempranamente sienten algo de fracaso

Artículo original por Tad Walch, Deseret News CR/YI

OREM, Utah — Zach Bullock nunca abrió la maleta gris oscuro cuando volvió a su casa tempranamente  de su misión SUD a Italia en 2008.

En vez de eso, escondió el equipaje de tamaño mediano, con la etiqueta de “Italia” aún pegada alrededor de la manija, a los pies de su cama de la niñez en Springville. Entonces obtuvo un trabajo en que trabajaba los domingos, para poder evitar las reuniones de la iglesia, donde se sentía incómodo luego de servir por siete meses en un llamamiento misional de dos años. ­

Bullock obtuvo un grado académico[ii] en trabajo social en la Universidad de Utah Valley (UVU), pero se fijó con la idea de que necesitaba completar un master para probar —ya sea a sí mismo o a otros, él no estaba siempre seguro— de que él podría terminar algo importante.

“No me sentía normal”, dijo Bullock, ahora un estudiante de postgrado en BYU. “Siento que fracasé”.

Una mayoría de los misioneros que vuelven a cada antes de lo esperado pueden experimentar  sentimientos de fracaso, de acuerdo a un estudio limitado de la UVU publicado el mes pasado. Expertos dicen que los jóvenes misioneros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días son como otros hombres y mujeres entre los 18 y 23 años que dejan la casa para ir a la universidad, el trabajo o el servicio militar. Una nueva independencia que conlleva un estrés al que no se está acostumbrado.

Los futuros misioneros necesitan imaginárselo y estar preparados para eso, y la iglesia publicó recientemente un nuevo folleto para ayudarles. Mientras tanto, padres y congregaciones pueden jugar un rol esclarecedor en ayudar a misioneros que vuelven tempranamente, quienes dicen los expertos pueden hacer más para ayudarse a sí mismos también.

Transiciones Mayores

Como muchos muchachos SUD, Bullock  planificó servir una misión. Para lo que él no había planificado fue la muerte de su padre, de cáncer estomacal, menos de dos años antes de que él se fuera. El último deseo de su padre fue que su hijo sirviera una misión.

“Pensé que había superado su muerte”, dijo Bullock, “pero resulta que no lo había superado”.

Luchar con transiciones intensivas  es normal para un joven, dijo Jonathan Sandberg, un licenciado en terapia matrimonial y familiar que ha trabajado regularmente con misioneros que vuelven a casa tempranamente. Mientras era un profesor en la Universidad de Syracuse, Sandberg también trabajó con futuros misioneros y misioneros sirviendo en el área de Nueva York. Su experiencia es  que los misioneros deben prepararse para el cambio.

“Digamos que eres alguien que puede manejar un nivel de estrés de siete, y que vives tu vida a un nivel de estrés de seis yendo a tu habitación y escuchando tu iPod o yendo al gimnasio o jugando Xbox o lo que sea que hagas para manejar el estrés”, dijo Sandberg. “Entonces le agregas un nuevo estrés o rigor a tu vida. ¿Cuántos chicos han trabajado un día de 13 horas? Alcanzan un nivel de siete, y no saben cómo volver a un seis”.

“Una misión es un ambiente estresante”, dijo Wendy Ulrich, una sicóloga con una perspectiva única de las misiones. Primero, ella volvió a casa algunas semanas antes de si misión debido a una enfermedad. Segundo, su esposo, David Ulrich, fue presidente de la Misión Canadá Montreal desde el 2002 al 2005. Por tres años, fue mucho más que una “mamá de la misión”. Cada “P-day”, el día de preparación que los misioneros tienen para lavar la ropa y escribir cartas, Ulrich trabajaba con misioneros que estaban teniendo dificultades.

“Trabajan largas horas sin descansos ni vacaciones”, dijo ella, y tienen que aprender nuevas estrategias para hacer frente a las cosas. La mayoría puede y lo hace, pero algunas veces el problema es exacerbado por una enfermedad mental.

Salud Mental

“La ansiedad y depresión y el desorden obsesivo compulsivo son las tres razones principales por las cuales estamos viendo a la gente volver a casa”, dijo Sandberg, “y es la incapacidad de manejar nuevos factores de estrés”.

La edad puede tener algo que ver con eso, agregó Ulrich.

“Muchos de estos aparecen en esta edad  a causa de la combinación de una predisposición al estrés de ese periodo de la vida de emancipación y estar por su cuenta y volverse un adulto por derecho propio”, dijo ella.

“Lo mismo es”, dijo Sandberg, “unirse al ejército, ir a la universidad por primera vez, cuando te casas por primera vez”.

Cerca de tres curators de aquellos con un desorden de ansiedad tendrán su primer episodio antes de que cumplan los 22, de acuerdo con el  National Institute of Mental Health. La edad media de aparición para el desorden obsesivo compulsivo es a los 19. De 20 para la agorafobia, un desorden de ansiedad específico.

El nuevo estudio de la UVU está basado en 348 hombres y mujeres que llenador un cuestionario de internet acerca de volver tempranamente de una misión SUD. De ellos, el 36 por ciento dijo que volvieron a casa por problemas de salud mental, la razón principal.

La siguiente en la lista fueron los problemas físicos, con un 34 por ciento.

Y el 38 por ciento dijo que el estrés fue un factor que contribuyó a su retorno anticipado.

Estas  no son noticias para los líderes de la Iglesia SUD. Sandberg dijo que la mejor declaración que él ha visto en el tema fue hecha por el anterior Presidente de la Iglesia Gordon B. Hinckley en una transmisión de la Capacitación Mundial de Líderes del 2003.

“La Buena salud mental y física es vital”, dijo el Presidente Hinckley. “Hay padres que dicen, ‘Si sólo pudiéramos lograr que Johnny vaya a la misión, entonces el Señor le bendecirá con salud’.  Parece que no funciona de esa manera. Más bien, cualquier padecimiento o defecto físico o mental que un misionero tenga cuando viene al campo sólo se agrava bajo el estrés de la obra”.

Preparación Misional

En la misma capacitación, el Presidente Hinckley dijo que “debe haber salud y fortaleza, ambas física y mental, porque el trabajo es demandante, las horas son largas, y el estrés puede ser pesado”.

La iglesia enfatizó la preparación emocional y mental en conjunto con la buena disposición espiritual en el 2002, cuando los líderes de la iglesia llamaron por primera vez a “elevar el nivel” en las calificaciones misionales. Desde entonces, han desarrollado nuevos recursos.

El manual de preparación misional para el estudiante, publicado el 2005 y disponible en su totalidad en línea en lds.org, incluye un capítulo acerca de la preparación física y emocional. También incluye consejo acerca de que la misión no es para todos. En un discurso de la conferencia general de 2003, el Élder Richard G. Scott del Quórum de los Doce Apóstoles dijo que los hombres y mujeres jóvenes que han sufrido de depresión, ansiedad, o comportamiento obsesivo compulsivo pueden ser llamados a misiones pero puede que tengan que prepararse para recibir tratamiento profesional y medicación.

Los Servicios para la Familia SUD ofrecen preselección misional, dijo Sandberg, ahora profesor de BYU.

“Su trabajo es ayudar a preparar a la gente, de tal manera que cuando esto pase en el campo misional se les haya preguntado, ‘¿Qué vas a hacer?’ Les ayudan a escribir un plan: ‘Yo voy a hablar con el presidente de la misión. Voy a hacer estos ejercicios de relajación’. La mayoría sólo necesita un plan”.

Otros son redirigidos a diferentes tipos de servicios.

El consejo de Sandberg hace eco de lo que el Élder Jeffrey R. Holland del Quórum de los Doce Apóstoles de la Iglesia SUD, quien declaró su propia lucha pasada con depresión clínica durante un discurso de la conferencia general en octubre.

“Estas aflicciones son algunas de las realidades de la vida mortal y el reconocerlas no debería avergonzarnos sino que tendría que ser como cuando reconocemos que tenemos que lidiar con presión arterial alta o con la repentina aparición de un tumor maligno”, dijo Élder Holland.

Él proveyó una lista de más de 20 sugerencias para trabajar con la depresión, incluyendo el mantenerse fiel, buscar ayuda espiritual, ver los indicadores de estrés, hacer ajustes y buscar ayuda profesional cuando se necesita ayuda.

Nuevo Manual

Más recientemente, la iglesia ha comenzado a proveer a misioneros recién llamados con videos para mirar antes de que se vayan, que incluyen consejo acerca de la preparación emocional.

Entonces algunos meses atrás, la iglesia publicó un nuevo folleto “Adaptarse a la Vida Misional”. Se provee a los misioneros antes de que se vayan, y muchos informan de habérseles pedido completar un curso en línea mientras están en el centro de capacitación misional. El recurso incluye una autoevaluación que permite al misionero determinar donde él o ella calza en un espectro de color del estrés —verde, amarillo, naranjo o rojo.

En una carta a casa que la familia publicó en un blog abierto, el presidente de la Misión India New Delhi de la iglesia dijo que él y su esposa tomaron la evaluación y se encontraron que ambos estaban en el rango amarillo. El manual decía que es normal pasar algún tiempo en ese rango.

“Así que estamos trabajando para usar algo de las misma técnicas que enseñamos a los misioneros”, escribió el Presidente David Berrett.

Se espera que los misioneros usen la herramienta de autoevaluación del folleto regularmente. Cuando identifican algo en lo que ellos están teniendo dificultades, digamos, estando organizados o sintiéndose ansiosos o inadecuados, la evaluación los dirige a una sección del folleto con herramientas y sugerencias específicas.

Los misioneros deben desarrollar nuevos recursos, como habilidades espirituales en interpersonales, dijo Ulrich.

“Entonces es cuando crecen más. Las misiones son grandiosas”. Aprendemos a apoyarnos en el Señor, por nosotros mismos”.

Recepción Cálida.

Bullock desarrolló la idea para el estudio de la UVU con la profesora Kristine Doty, quien tuvo a dos hijos que volvieron tempranamente de la misión. Cuando Bullock se dio cuenta de que un 73 por ciento de aquellos que completaron el cuestionario dijeron haber experimentado sentimientos de fracaso también, se sintió aliviado.

“Ahora no me siento solo”, dijo él.

Ulrich no estaba sorprendida con el descubrimiento.

“Sólo cerca de la mitad de las personas que comienzan la universidad, terminan la universidad”, dijo ella. “La gran mayoría de los misioneros completan la misión en un momento de la vida cuando la gente comienza proyectos y no los termina, a causa de su entrega al Señor y la iglesia. Eso puede agravar el sentimiento de fracaso para los que no lo hacen”.

“Pero muchas de las razones para volver a casa no deberían incluir una sensación de fracaso. La mayoría de los misioneros que vuelven a casa tempranamente lo hacen por razones de salud física o mental, porque ellos no pueden tolerarlas”.

Pero el estudio de la UVU encontró que los misioneros que vuelven a casa por razones de salud física o mental tenían una mayor sensación de fracaso, sin embargo no si se sentían bien recibidos por sus congregaciones. Muchas no lo hacen.

El Élder Holland se refirió en general a eso en su discurso: “Las mentes quebradas se pueden curar de la misma manera que se curan los huesos y los corazones rotos. Mientras Dios trabaja haciendo esas reparaciones, el resto de nosotros puede ayudar siendo misericordiosos, imparciales y amables”.

Al preguntar acerca del studio hecho por la UVU, el vocero de la Iglesia SUD Cody Craynor dijo: “Es nuestras esperanza que todos los miembros de la iglesia y visitantes de nuestras congregaciones locales sean cálidamente recibidos y que sientan el amor y apoyo de las comunidades de nuestra fe. Esto se extiende a los élderes y hermanas retornando a casa y ajustándose a la vida luego de sus misioneros sin importar la duración de su servicio o sus circunstancias personales”.

Sandberg se dirigió a una parábola.

“En un nivel doctrinal básico, la gente necesita ser Cristiana”, dijo él” (El Buen Samaritano) no contempló al hombre en la calle y le dijo, ‘No deberías haber venido por este camino’, o, ‘Por supuesto que es alguien como tú’. Necesitamos ser menos sentenciosos, más tolerantes y más cálidos”.

Congregaciones

Así que si, como dijo Bullock, “los misioneros que sintieron que los miembros de sus barrios los recibieron mejor al regresar a casa tuvieron una sensación reducida de fracaso”, y “tenían menos probabilidades de experimentar un período de inactividad”[iii], ¿Cómo pueden las congregaciones ayudar a que los misioneros que retornan tempranamente se sientan cómodos?

Ulrich dijo que los miembros de la iglesia a menudo no saben qué decir  porque no saben las circunstancias. Demasiados asumen que el misionero hizo algo malo, sin embargo aunque el estudio UVU encontró que sólo el 12 por ciento volvió a casa debido a una transgresión sin resolver que si se hubiera confesado les habría impedido servir misiones en primer lugar, y sólo un 11 por ciento fueron enviados a casa por desobediencia a las reglas misionales.

Muchos encuentran más fácil evitar la situación. Ella sugirió decir: “Estoy tan feliz de verte. Lo siento porque las cosas no hayan funcionado de la manera que esperabas”.

“Es en verdad de mucha, mucha ayuda para los chicos que la gente les hable”, dijo ella. “Cuando un miembro del ejército que ha sido herido o está enfermo vuelve a casa, les tratamos con una bienvenida de héroes. Algunas veces un misionero vuelve a casa y no les tratamos así, aun cuando ellos sirvieron bien mientras servían, algunas veces a un gran costo personal”.

Los misioneros que vuelven tempranamente pueden tomar la responsabilidad por su recepción también. Ella sugirió que ellos se paren en la Sociedad de Socorro o el Quórum de Élderes y digan: “Sea cual sea la razón, la misión no funcionó de la manera que pretendía. Estoy en casa ahora. Amo al Señor y estoy  buscando con ganas lo que voy a hacer después”.

“Eso les permite a las personas seguir adelante”, dijo ella.

Ulrich dijo también que los misioneros que retornan tempranamente deberían buscar terapia y encontrar un mentor, alguien que no sea un padre, para reunirse semanalmente con él acerca de sus planes y metas.

“Estaba enferma en mi mission y volví a casa varias semanas antes”, dijo Ulrich. “Si tengo algún remordimiento acerca de mi misma, es que me quedé atascada con esto por mucho tiempo, pensando que de alguna manera era mi culpa el que me enfermara. Eso es fácil para personas con un poco de vena perfeccionista”.

Padres

Doty de la UVU, la profesora que lideró el estudio, dijo que los padres que luchan con la culpa, pena y pérdida cuando un hijo o hija misionero vuelve a casa temprano.

“Puedo decirles cuán cierto es eso”, dijo ella. “Soy la madre de misioneros que retornan tempranamente. Puedo decirles de las emociones y lucha que sentimos, y se preguntan, ‘¿qué hice yo?¿Qué no hice?’ No tenía nada que ver con alguna cosa que dije o hice. Fueron sólo las circunstancias”.

“Si pudiera volver atrás el reloj y decir o hacer algo dierente con mis misioneros que volvieron antes, yo renunciaría a casi toda mi jubilación por eso, porque dije algunas muchas cosas que eran un poco estúpidas, todas a favor de regresarlos (a su misión nuevamente), no realmente escuchando lo que ellos necesitaban”.

Ulrich dijo que la experiencia de Doty es normal.

“Esto puede ser tan duro en los padres”, dijo ella, “y ellos sienten una sensación de fracaso. Asumen que una vez que sus hijos están en una misión, todo irá bien en sus vidas. Es duro para los padres así como tener el aliento y apoyo que necesitan. Ellos no quieren que sus niños sientan que sus padres están decepcionados de ellos”.

Sandberg  dijo que los padres de misioneros que vuelven antes deberían tener ayuda. Entonces ellos necesitan avanzar.

Doty dijo que los padres deberían comenzar por asegurarse de que su hijo tenga una evaluación completa de sus necesidades hecha por un profesional, uno que escuche a las necesidades y deseos de sus misioneros retornados.

“Tenemos que ir más allá de nuestros propios problemas con esto, porque no es sólo acerca de nosotros, es sobre nuestros hijos y nuestras hijas. Debemos ir más allá de la fase de ‘es todo acerca de mí” y continuar al ‘¿Qué necesitan, qué podemos hacer para ayudarles y cómo podemos ayudarles a que su ajuste sea más cómodo?’

Ulrich estuvo de acuerdo.

“Podemos hacer mucho al ser un modelo para nuestros hijos, aprendiendo de una situación y no quedándonos pegados en la auto-recriminación”, dijo ella. “Dios nos da la gracia y el poder que necesitamos para superar los desafíos y seguir adelante con nuestras vidas”.

De Cara al Futuro

Bullock se metió en una habitación cerca del final de una fiesta familiar en un jueves en octubre luego de presentar los resultados del estudio de la UVU, pero la maleta gris no estaba a los pies de su cama de la infancia.

Cinco años luego de dejarla ahí, finalmente estaba listo para abrirla.

Aún, él estaba avergonzado —un exitoso estudiante de postgrado en camino a completar sus estudios en abril, un hombre con una esposa y dos hijos pequeños— para preguntar a su madre dónde estaba el equipaje.

En el depósito, dijo ella, en el sótano.

Él tuvo problemas encontrándola  en un estante a la altura de la cintura hasta que, finalmente, él vio la etiqueta: “Italia”.

El bajó la maleta y la puso en medio del piso del sótano. Abrió el cierre. Abrió la tapa. Miró al interior por lo que parecieron como minutos.

“Fue algo abrumador”, dijo él. “Estaba sin palabras. En ese momento me di cuenta de que puedo superar esto. No tiene que ser una mala memoria”.

Comenzó a remover sus cosas y ubicarlas en el piso alrededor  suyo. Sus escrituras favoritas que haya tenido en toda su vida. Los lentes que no había podido encontrar por años. Cuatrocientas fotos. Su pasaporte. Trajes. Corbatas. Zapatos.

Cansada por dos hijos menores de 2 años, su esposa, Teresa, estaba lista para volver a casa hasta que encontró a sus esposo en el suelo del sótano, y vio cuán animado estaba.

“Me di cuenta de que necesitaba ser atendido primero”, dijo ella.

“Abrí la maleta”, dijo él, “y se convirtió en uno de los mejores días de mi vida, teniendo de nuevo mis escrituras y leyendo mi diario acerca de todas las grandes experiencias que traté de enterrar”.

«I opened the suitcase,» he said, «and it became one of the best days of my life, getting my scriptures back and reading my journal about all the great experiences I’d tried to bury.»


[ii] La licenciatura, pregrado.

[iii] NdT.: En el artículo original dice actividad, pero en el contexto tiene más sentido inactividad.

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