Presidente Ballard: No más invitaciones bautismales prematuras, sino cuando lo indique el Espíritu “¿Seguirá el ejemplo de Jesucristo al ser bautizado por alguien que posea la autoridad del sacerdocio de Dios? En tres sábados más tendremos un servicio bautismal; ¿se preparará para ser bautizado ese día?”.
En las últimas dos décadas, a los misioneros de tiempo completo se les ha enseñado que se le debe extender esta invitación a bautizarse a quienes enseñen. A la mayoría de ellos también se les ha instruido de que deben hacerlo en la primera lección, sin excepción.
Tal instrucción ya no va más. Esto según indicó el presidente M. Russell Ballard, presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, el pasado 24 de junio durante el Seminario para Nuevos Líderes Misionales, programa de capacitación para los 164 recién llamados presidentes de misión y sus esposas, según consignó el Church News. El presidente Ballard apunta hacia extender invitaciones que sean guiadas por el Espíritu, más allá que invitaciones extendidas bajo la presión del tiempo.
Según el resumen del discurso publicado por el suplemento del Deseret News, algunos misioneros se sienten presionados a invitar a las personas ser bautizados durante la primera lección o, incluso, al primer contacto. El presidente Ballard dijo que “estos misioneros han sentido que el invitar a las personas a ser bautizadas la primera vez que se reúnen demuestra la fe de los misionero y basan su manera de pensar en que el invitar pronto a las personas a ser bautizadas es lo que se espera… Otros misioneros han sentido de que una invitación bautismal temprana las permitiría separar prontamente el trigo de la cizaña. En este caso, algunos ven la invitación bautismal como herramienta de tamizado”.
Así lo confirma un exmisionero de la Misión Chile Concepción Sur, Felipe Montalbán, “Empezando la misión de nos hablaba del fuego de debíamos actuar por fe e invitar a todos a bautizarse [en la primera lección]. Y cuando no había bautismos, se apelaba a nuestra dignidad ya que nuestra desobediencia como misioneros podría estar bloqueando la influencia del espíritu en esa persona”.
Por su parte, Stefani González, quien sirvió Misiones México Ciudad de México Noroeste y Chile Rancagua, en la misma línea agrega que “me sentía presionada, en una primera instancia, hacer la invitación bautismal. Como misionera, también sabía que por algo los líderes nos habían pedido eso, pero la compañía del Espíritu también jugaba un papel importante de saber cuando habían personas que realmente necesitaban escuchar esa invitación”, pero también que de esa manera “se lograba separar rápidamente el trigo de cizaña”.
El apóstol comentó, en su discurso, que los líderes de la Iglesia no saben de dónde comenzó esta práctica, “pero nunca ha sido nuestra intención invitar a las personas a bautizarse antes de que aprendieran algo del evangelio, sientan el Espíritu Santo y estén preparadas correctamente para aceptar un compromiso de por vida para seguir a Jesucristo”.
El presidente Ballard indicó que esta práctica han creado algunos problemas como los siguiente:
1- Algunos santos de los últimos días dudan en compartir los nombres de sus familiares y amigos a los misioneros porque temen que los misioneros extiendan invitaciones bautismales antes que se les prepare y estén listo para bautizarse.
2- Los misioneros a veces se sienten como vendedores quienes tiene que alcanzar metas bautismales. Por lo mismos, los misioneros usan tácticas de presión para empujar a las personas a la pila bautismal. Al final, esa cultura puede dañar la fe de los misioneros quienes vuelven a casa sintiéndose culpables de sus acciones en cuanto a esto.
3- Algunas personas dejan de reunirse con los misioneros debido a que una invitación bautismal prematura fue dada muy temprano en su trayecto espiritual. Sienten que los misioneros están más interesados en el evento del bautismo que en lo que ello están realmente experimentado espiritualmente.
Aunque no se sabe dónde comenzó, se sabe que la práctica de la invitación bautismal en la primera lección que se extendió de generación en generación de misioneros.
“En mi experiencia personal, esto no venía del presidente de misión, sino de la asignaciones de liderazgo de los misioneros”, comenta Montalbán, quien también es un exinstructor en el CCM Chile. Cuando él llegó a asignaciones de liderazgo en su servicio misional, “me vi aplicando técnicas similares para mejorar el número de fechas bautismales y bautismos. Llegar a las metas semanales era vital si querías ser un buen misionero y ser obedientes. Si no se invitaba al bautismo en la primera lección, era porque tenías poca fe”. Este pensamiento desencadenó en que “muchos caímos en hacer por hacer, invitar por invitar y dejamos de sentir realmente”.
Para González, muchas veces es mejor esperar antes de extender una invitación bautismal “de golpe”. “Soy conversa y en el lugar de ellos de decir: ‘tranquilos, los acabo de conocer’”.
“Los misioneros necesitan ser cuidadosos en no empujar a las personas en el camino. En cambio, deben invitarlos a dar el siguiente paso en el camino”, dijo el presidente Ballard. “Si ayudamos a crear una cultura misional basada en invitaciones guiadas por el Espíritu que permitan a otros a tener experiencias espirituales nuestros misioneros sentirán el poder de Dios al ser testigos de los cambios que ocurren en los corazones y las mentes de todo quienes encuentran y enseñan”.
El presidente Ballard comentó la mala rutina de enseñar a personas como si se estuvieran marcando casillas de una lista de cosas por hacer. Al hacerlo así, los misioneros pierden poder para extender una “invitación inspirada” que pueda “tocar un alma”.
“Para que veamos la gran cosecha que el Señor ha prometido, los misioneros necesitan alejarse del enfoque “marcado de casillas” al encontrar, enseñar y extender invitaciones. Necesitamos seguir el ejemplo de Jesucristo, Sus apóstoles y siervos al ofrecer invitaciones guiadas por el Espíritu con un ofrecimiento significativo de ayuda y preguntas inspiradas”.
En cuanto a ofrecer ayuda significativa, González recuerda que “muchas veces hicimos la invitación y ellos la rechazaron, pero cuando ‘¿si siguiera aprendiendo, en un futuro aceptaría?’ y ahí cambiaba la respuesta de ellos”.
El presidente Balland explicó que las escrituras dan ejemplo de que los mandamientos e invitaciones se dan en contexto y que se debe enseñar a los misioneros a determinar por el Espíritu cuándo es apropiado extender una invitación bautismal.
David Cook, quien sirvió como presidente de la Misión Chile Santiago Sur, y comenta que comparte el sentir del apóstol en cuando a esta práctica. “Si la meta es conversión no debemos preocuparnos con prácticas robóticas como hacer la invitación siempre en la primera charla”.
Según Cook, la clave está más allá que en enfoque en datos, sino en enseñar a los misioneros a ser discípulos y que la invitación a bautizarse se haga cuando el Espíritu lo indique. Y, aún cuando el enfoque y las motivaciones son distintos, sí hay una correlación de esos esfuerzo con los resultado. “El gran secreto que no compartía con los misioneros”, cuenta Cook, “es que los bautismos subía 30% y asistencia 100%”. Lo hicieron por ser discípulos y no por los números”.
Cuando los esfuerzos misionales no tienen como fin la verdadera conversión, los resultados son conversos inactivos. De ahí la advertencia del presidente Gordon B. Hinckley que fue citada por el presidente Ballard a los nuevos presidentes de misión: “No podemos dejarles que entre por una puerta y salga por otra… No tiene sentido hacer la obra misional si no podemos conservar los frutos de tal esfuerzo”.
Para el líder del Doce Apóstoles, una de las claves de la retención de los nuevos conversos está en las experiencias espirituales para llegar a una verdadera conversión. “Nuestros índices de retención crecerán dramáticamente cuando los deseos de las personas deseen ser bautizadas a causa de experiencias espirituales que hayan tenido en vez de sentirse presionados al bautismo por nuestros misioneros”.
Siempre ha estado establecido. En los requisitos para el bautismo se lee claramente. Lo que pasa es que para muchos los números son más importantes que establecer la iglesia. Cuántos menos activos han sido bautizados por cumplir con un numero?