Por John Bytheway, publicado originalmente en el sitio Youth.LDS.org en inglés
¿Sientes que no tienes amigos?
No te ahogues en la autocompasión. Usa estos principios básicos como salvavidas para ayudarte a ti mismo y a otros.
Una tarde de verano, al finalizar una maravillosa conferencia de la juventud, un joven se me acercó y preguntó, «¿Qué puedo hacer para gustarle a la gente?» Las lágrimas en sus ojos eran evidencia de que el se sentía a menudo solo y sin amigos. He pensado mucho acerca de esta pregunta, no sólo por él, pero por cualquier joven a quien le es difícil encajar.
No todos nosotros podemos ser la reina del baile de bienvenida, presidente de clase, o el mariscal de campo (goleador estrella). Estos honores parecen venir con un set de amigos como un equipo estándar. La sociedad parece poner mucho énfasis en tales posiciones, dejando al resto de nosotros, según la mirada del mundo, en la categoría «promedio». Sin embargo, si estás leyendo este artículo ahora, ya haz demostrado que eres cualquier cosa menos promedio.
Una de las lecciones difíciles de aprender en la vida es que hay algunas cosas que puedes controlar y algunas que no. Si quieres una receta corta para estar frustrado y ser miserable, esta es: enfocarte en las cosas que no puedes controlar. Mientras puede que no seas capaz de «hacer» que le gustes a alguien, es posible hacerte a ti mismo más «gustable». La manera de hacerlo es enfocarte en las cosas que puedes controlar. aquí hay tres cosas que puedes hacer , incluso cuando sientas que no hay un amigo a la vista. Puedes ser curioso, puedes ser limpio, puedes ser como Cristo.
Puedes ser curioso
Nuestro mundo se está ahogando en un mar de egocentrismo. Puedes volverte bastante único en seguida, dejando este océano de egocentrismo y eligiendo ser curioso acerca de otras personas, algunos adolescentes bien intencionados estropean las oportunidades para una amistad exitosa al hablar demasiado acerca de sus propios intereses y actividades. Pueden incluso actuar ruidosa u odiosamente en un esfuerzo por convencer a otros de que se sienten bien consigo mismos. usualmente, el resultado es exactamente lo opuesto. Me recuerda un versículo en Proverbios: «El necio da rienda suelta a todo su espíritu,pero el sabio, al fin conteniéndose, lo apacigua»(Prov. 29:11).
En vez de eso, cálmate y quédate tranquilo. Aprende a escuchar. Haz preguntas. Interésate en otros, y más gente se interesará en ti. Alguien una vez dijo, «El que sabe escuchar no sólo es popular a donde vaya, pero después de un rato sabe algo». Quizás podrías adoptar algunas de estas cualidades como propias. Si lo haces, eventualmente te volverás en alguien así y atraerás a ese tipo de personas. Recuerda, el objetivo no es sólo tener más amigos pero tener amigos con altos estándares. El Élder Robert D. Hales dijo una vez, «Un verdadero amigo nos hace más fácil vivir el evangelio al estar alrededor de ellos» («El Sacerdocio Aarónico: Regresa con Honor», Abril 1990, conferencia general). Busca amigos que te hagan querer ser mejor, y se esa clase de amigo también.
Puedes ser limpio
A menudo usamos la palabra limpio en el contexto del evangelio para referirnos a la pureza. En este caso, a la vez lo usamos para referirnos a ser físicamente limpios. Esta es otra cosa que puedes hacer fácilmente. Recuerdo a un joven de cuando iba a la escuela que podría haber evitado una considerable cantidad de burlas si simplemente se hubiera lavado el pelo regularmente. ¡Es algo que podemos controlar fácilmente! Pero no lo hizo. La mayor parte de nosotros puede ducharse y practicar la higiene básica al usar desodorante, lavarse los dientes y peinarse el cabello. Podemos asegurarnos de que nuestras ropas estén lavadas y frescas. Deberías esforzarte siempre por estar limpio.
El presidente Spencer W. Kimball sugirió que nos miremos de cerca a nosotros mismo: «Deberías hacer un inventario cuidadoso de tus hábitos, tu forma de hablar, tu apariencia, tu peso, …y tus excentricidades… Toma cada ítem y analízalo. ¿Qué te gusta en los demás? ¿Qué rasgos de personalidad te gustan en los demás? ¿Son tus vestidos muy cortos, muy largos, muy reveladora, muy pasada de moda? ¿Ahuyenta tu peso a posibles pretendientes? ¿Te ríes roncamente? ¿Eres muy egoísta? ¿Te interesas sólo en tus propios intereses o te proyectas en la vida de los demás?… ¿Qué haces para volverte más atractivo? ¿Exageras o haces lo opuesto? ¿Mucho maquillaje o muy poco? ¿Escrupulosamente limpio tanto en lo físico como en lo moral?… ¿Cuáles son tus excentricidades si tienes alguna? Pienso que casi todas las personas tienen alguna. Si es así, entonces ve a trabajar. Clasifícalas, sopésalas, acorrálalas, y elimina una a la vez» (Enseñanzas de Spencer W. Kimball, 295 en inglés).
En las clases para aprender a conducir, los estudiantes son advertidos constantemente acerca de los «puntos ciegos»— lugares en los que otros autos pueden estarse escondiendo sin que los puedas ver, ¡aún con tu retrovisor y espejos laterales! Podría ser una buena idea para cada uno de nosotros encontrar a un adulto en quien confiemos para pedirles ayuda en identificar nuestros «puntos ciegos» personales. Podrían ser nuestros padres, tu obispo, o tu consejero de Hombres o Mujeres Jóvenes. Simplemente pregunta, «Si alguna vez notas que yo podría estar haciendo algo que hace más difícil que haga amigos ¿me dirías acerca de ello?». Podría tomar algo de humildad, pero también podría ayudarte a ver algunas cosas que te ayudarán. Valoro a las personas que me amarían lo suficiente como para ser honestos conmigo acerca de las falencias que no puedo ver y que con amabilidad y sensibilidad me dejan saber cómo podría trabajar en ellas para volverme una mejor persona.
Puedes ser como Cristo
Sin importar cómo los demás te traten, siempre puedes tratar a los otros con amabilidad y dignidad (Ve Para la Fortaleza de la Juventud [2001], p. 12 en inglés). Por supuesto, comprometer tus normas para hacer amigos o para ser aceptado por otro grupo no debería ser nunca una opción. Esto te llevará a perder al respeto propio y el respeto de los demás. Si tienes que hacerlo permanece solo por un tiempo, pero se como Cristo. Recuerda las palabras del profeta Enoc, luego de que el Señor lo llamara para ser un profeta: «¿Por qué he hallado gracia ante tu vista, si no soy más que un jovenzuelo, y toda la gente me desprecia, por cuanto soy tardo en el habla; por qué soy tu siervo? «
Enoc fue digno de su llamamiento aunque no fuera aceptado por la gente. Si ganar amigos alguna vez significara abandonar tus normas, entonces definitivamente no es lo que quieres. Ardeth G. Kapp dijo, «Nunca antes en la historia de la Iglesia ha habido tal necesidad de mujeres jóvenes que estén dispuestas a sacrificar la popularidad si es necesario, sufrir soledad si es requerido, e incluso ser rechazadas si es necesario, para defender el evangelio de Jesucristo» (“Stand for Truth and Righteousness,” Oct. 1988 Reunión de la Sociedad de Socorro general).
Ser como Cristo garantiza que tendrás el amigo más importante de todos: el Salvador. Él sabe lo que es ser incomprendido, solitario, y rechazado. Y eso significa que él sabe como ayudarnos cuando nos sentimos así. Alma nos dice que Jesús sufrió «dolores, aflicciones y tentaciones de todas clases» para que pueda saber cómo cuidarnos en nuestras enfermedades (ve Alma 7: 11-12). El Presidente Ezra Taft Benson nos dio una lista de los beneficios de volver nuestras vidas a Dios (mira atentamente al noveno ítem):
«Los hombres y mujeres que vuelven su vida a Dios descubrirán que Él puede hacer mucho más de nuestras vidas de lo que ellos puedan. Él profundizará sus alegrías, expandirá su visión, agilizará sus mentes, fortalecerá sus músculos, multiplicará sus bendiciones, incrementará sus oportunidades, consolará sus almas, aumentará sus amigos, y derramará paz. Quienquiera que pierda su vida al servicio de Dios encontrará la vida eterna (véase Mateo 10:39)» (“Jesus Christ—Gifts and Expectations,” New Era, Mayo 1975, p. 20).
Jesús fue la persona menos egoísta que haya vivido en la tierra. Y si vamos a ser como Cristo, necesitaremos adoptar ese rasgo también. Una vez que hayas trabajado en ser curioso, limpio y como Cristo, entonces olvídate de ti mismo y piensa en los otros y en sus necesidades. En alguna parte allá afuera, te encontrarás a ti mismo — y podrías encontrar unos pocos amigos también.