Elderes Bednar, Cook y otros 3 apóstoles cuyas familias no eran perfectas.
No todos crecen en la ideal situación familiar. Muerte, guerra, inseguridad financiera, divorcio, inactividad en la Iglesia, hay muchas circunstancias que pueden sacudir una familia hasta su centro y probar el testimonio de cada miembro de ésta. Nadie es completamente inmune a situaciones difíciles como esas, incluyendo las autoridades generales de la Iglesia.
Aunque enfrentados a abrumadoras dificultades y desafíos, estas autoridades generales obtuvieron un testimonio más fuerte del Salvador y de la importancia de las familias mientras sobre llevaban increíbles pruebas familiares. Compartimos este artículo para que aquellos que pasen por las mismas circunstancias, puedan fortalecerse con el ejemplo de estos hermanos en la fe.
Elder Dallin H. Oaks.
Antes que el Elder Dallin H. Oaks tuviera 8 años, su padre falleció de tuberculosis, dejando a su madre, Stella H. Oaks criando a sus 3 hijos por si sola. Para proveer para su familia, la madre del Elder Oaks fue a Nueva York a continuar con su educación mientras el Elder Oaks y sus hermanos se quedaron con sus abuelos.
Después de dos meses de separación de sus hijos, siguiendo la muerte de su esposo, la madre del Elder Oaks sufrió una crisis nerviosa de la cual “se le dijo que nunca se recuperaría”.
Sin embargo el Elder Oaks dijo, a través “de las bendiciones del Señor, ella se recuperó y fue más fuerte que nunca”.
La madre del Elder Oaks trabajó duro por su familia y cultivo su misma ética de trabajo en sus hijos. Cuando el Elder Oaks tenía cerca de 11 años de edad, tomó un pequeño trabajo barriendo el piso de una tienda de reparación de radios, eventualmente trabajo su camino a ingeniero radial y anunciador en su adolescencia.
A través de su vida, el Elder Oaks admiró la fortaleza de su madre y la habilidad de poder criar a sus hijos en el evangelio. Después de su muerte, la madre del Elder Oaks fue recordada por su servicio cívico y en la Iglesia.
“Fui bendecido con una madre extraordinaria” dice el Elder Oaks, “ ella sin duda fue una de las mujeres más nobles que ha vivido en los últimos días”
Presidente Dieter F. Uchtdorf
El presidente Dieter F. Uchtdorf tenía sólo 4 años la primera vez que su familia huyó de su hogar, dejando todo atrás.
Fue durante la segunda guerra mundial que la familia del presidente Uchtdorf ya no estaba más a salvo en Checoslovaquia. Con su padre sirviendo como soldado en la guerra, la madre del presidente Uchtdorf se quedó sola para transportar a sus 4 hijos en el tren de refugiados dirigiéndose al oeste de Alemania durante el invierno. Fue un viaje que casi terminó en desastre.
“El tren se detuvo, mi mamá salió e intentó conseguir comida” contó el presidente Uchtdorf. “Cuando intentó encontrar el tren, el tren se había ido con sus 4 hijos abordo”
Afortunadamente, la madre del presidente Uchtdorf pudo localizar el tren con sus hijos en una gran estación. Durante su viaje, el presidente Uchtdorf también describió la amabilidad de otros donándoles comida y bebidas calientes a la familia del presidente Uchtdorf hasta que ellos llegaron a salvo a Alemania. Pero desafortunadamente esta no sería la última vez que tendrían que dejar todo atrás.
Nuevamente en 1952, el padre del presidente Uchtdorf se opuso al comunismo en el este de Alemania, y ya no era seguro para su familia permanecer en su hogar en Zwickau. La familia del presidente Uchtdorf huyo de su casa en Zwickau en el este de Alemania hacia Frankfurt al oeste de Alemania.
A la edad de 11 años, el presidente Uchtdorf vió su familia separarse, cada uno tomando rutas separadas a Frankfurt hasta que solo quedaron solo él y su madre. Juntos, hicieron el difícil viaje pasando los guardias Rusos que patrullaban la frontera al oeste de Alemania hasta que fueron a reunirse a salvo con el resto de la familia Uchtdorf.
Pero estos desafíos solo fortalecieron el testimonio del presidente Uchtdorf sobre el evangelio y la familia.
“ No es una sorpresa que el presidente Uchtdorf sea tan apasionado acerca de la sagrada institución de la familia. Con gran sinceridad él testifica que la familia es ordenada por Dios. La familia tiene una gran importancia para él. Fue en su familia que las semillas de su poderosa fe fueron nutridas. Ahí él comenzó a prepararse para el cumplimiento de su pre ordenación como un líder del Sacerdocio en la Iglesia de Dios”.
Elder David A. Bednar
Aunque el padre del Elder David A. Bednar no se bautizó hasta mucho después en su vida, él apoyaba en gran manera a su esposa y a sus hijos para que fueran a las reuniones de la Iglesia.
De hecho, Elder Bednar dijo en su discurso de la conferencia general de abril del 2012 que algunos de los miembros de su barrio no sabían que su padre no era miembro porque regularmente asistía a las reuniones de la Iglesia con su familia y ayudaba en varias actividades.
A través de su infancia, Elder Bednar le preguntaba a su padre varias veces a a semana porque no estaba bautizado.
“él respondía cariñosamente pero firmemente cada vez que yo lo molestaba: David, no voy a unirme a la Iglesia por tu madre, por ti, o por nadie más. Me uniré a la Iglesia cuando yo sepa que es lo correcto de hacer”.
Incluso mientras servía su misión, Elder Bednar terminaba sus cartas con “Papá, te amo. ¿Cuando vas a bautizarte? Y continuaba orando para que algún día su padre fuera bautizado y su familia fuera sellada en el templo.
Sin embargo, no fue hasta años despúes que el Elder Bednar terminó su misión y estaba casado que él recibió la respuesta a la pregunta que le había estado haciendo a su padre todos esos años cuando su padre lo llamó y le preguntó: “¿qué vas a hacer este domingo? Te necesito en casa para que me bautices”.
“ Siempre hablamos acerca de las bendiciones que padres les dan a sus hijos y ordenanzas que realizan, y todos esas maravillosas experiencias. Pero tuve la experiencia de darle todas esas ordenanzas a mi padre”.
Elder Quentin L. Cook
El Elder Quentin L. Cook contó que mientras crecía que aprendió cómo confiar en el Señor gracias a su madre, Bernice Kimball Cook, y cómo fijarse metas y alcanzarlas de su padre J. Vernon Cook. Cuando tenía 15 años, el Elder Cook vivió algo que iba a enseñarle ambas lecciones.
En ese tiempo, el padre del Elder Cook estaba menos activo y pensaba que su hermano mayor, Joe, debía seguir una carrera medica en vez de servir una misión.
El Elder Cook y su hermano respetaban profundamente a su padre y decidieron hablar del consejo de su padre.
En una discusión con mi hermano, quien tenía 5 años más que yo y guiaba la discusión, concluimos que su decisión de servir o no una misión dependía en 3 cosas: 1. ¿Era Jesucristo divino? 2. ¿Era el libro de Mormón verdadero? 3. ¿Era José Smith el profeta de la restauración?
Mientras oraba sinceramente esa noche, El espíritu me confirmó la verdad a esas 3 preguntas. También entendí que cada decisión que tomara en el futuro estaría basada en la respuesta a esas 3 preguntas. Personalmente me di cuenta que la fe en Jesucristo es esencial. Mirando atrás, reconozco que, primeramente por mi madre, lo fundamentos para recibir confirmación espiritual estaban puestos esas noche.”
La siguiente mañana, Joe se acercó a su padre y le dio su testimonio, ganando el apoyo de su padre para servir una misión. Pero esta experiencia también tuvo un profundo efecto en el Elder Cook y “todas las dudas que pudo tener desaparecieron para siempre”.
Elder Cook también sirvió una misión en 1960 a 1962, sirviendo la misión Británica con Elder Jeffrey R. Holland como uno de sus compañeros.
Más tarde, el Elder Cook sería llamado a servir como consejero de su hermano Joe, quien estaba sirviendo como presidente de Estaca en ese tiempo.
Más tarde el Elder Cook diría de sus padres “amar al Salvador. Ellos hicieron todo lo que pudieron para criarnos de la mejor manera”
Elder Richard G. Scott
Mientras crecía la madre del Elder Richard G. Scott era una miembro menos activa y su padre no pertenecía a la Iglesia.
En su adolescencia, el Elder Scott asistía a la Iglesia ocasionalmente con amigos o con la motivación de sus maestros orientadores y su obispo.
Para cuando tenía 22 años, el Elder Scott no había considerado servir una misión, hasta que conoció a Jeanene Warkins. Mientras comenzaron a salir, Jeanene le dijo al Elder Scott, “ cuando me case, será en el templo con un misionero retornado”.
Después de reflexionar y oración personal, el Elder Scott sintió la impresión que debía servir una misión y fue llamado a servir en Uruguay en 1950 hasta 1953.
Dos semanas luego de haber llegado de su misión, el Elder Scott y Jeanene fueron sellados en el templo de Mati Utah.
Sin embargo, la pareja experimento tragedia cerca de 5 años después en su matrimonio. Su tercer hijo, una bebita, falleció al nacer, y su segundo hijo, un pequeño de dos años, falleció 6 semanas después en una cirugía para corregir un defecto congénito en su corazón.
El padre del Elder Scott quien no era miembro en ese tiempo, amaba particularmente a ese nieto de dos años y estaba destruido con su perdida. Aun así cuando observaba al Elder Scott y su esposa notaba un sentimiento de paz que él no sentía.
“él le dijo a mi inactiva madre, No puedo entender como Jeanene y Scott logran aceptar la perdida de estos niños.”
“Mi Madre respondiendo a la pregunta dijo: “Kenneth ellos han sido sellados en el Templo. Ellos saben que sus hijos estarán con ellos en la eternidad si ellos viven rectamente. Pero tú y yo no tendremos a nuestros 5 hijos porque no hemos hecho esos convenios.”
“Mi padre medito esas palabras. El comenzó a reunirse con los misioneros de estaca y muy pronto fue bautizado. Solo un año después mamá, papá y los niños fueron sellados en el templo.”
Los padres del Elder Scott más tarde sirvieron en el templo de Washington DC por muchos años, y el Elder Scott sirvió como un apóstol hasta que falleció el 22 se septiembre del 2015.
Elder David S. Baxter.
El Elder David S. Baxter, una autoridad general de los setenta, vivió un tiempo crítico en el evangelio en su vida.
Cuando tenía 5 años, la madre del Elder Baxter y su padre se divorciaron. Su madre volvió a casarse, pero el padrastro del Elder Baxter “no era un buen hombre” y muchas veces era difícil.
“ Por gran parte de mi niñez y adolescencia, mi madre nos crío en sus propias pobres circunstancias. El dinero era cuidadosamente racionado. Ella lidiaba con su soledad interior, desesperada muchas veces por apoyo y compañía. A pesar de esto, había dignidad en mi madre, una tremenda fuerza de determinación”.
Cuando tenía 12 años, los misioneros comenzaron a visitar al Elder Baxter y su familia, trayendo un sentimiento de bondad y paz a su hogar. Antes de su 13vo cumpleaños, El Elder Baxter fue bautizado y recibió el sacerdocio Aarónico. Sin embargo, la situación de la familia del Elder Baxter seguía siendo difícil.
“ Nuestra vida no cambió de la noche a la mañana. Teníamos dificultades de igual manera, claro que las tuvimos. Mi madre se casó con un hombre malo, un alcohólico, así que seguíamos teniendo días difíciles. Pero ahora tenía una visión totalmente distinta del futuro. El evangelio me permitió elevarme por sobre mis tribulaciones y me permitió sentir paz”.
A los 15 años, el Elder Baxter dijo que miraba atrás a los desafíos que su familia enfrentó en sus años más jóvenes, alcoholismo, divorcio, pobreza y todas las cosas que no podía en su pasado y decidió, “ cambiaré mi futuro, por mí mismo y por mis hijos que tendré algún día. Mi infeliz historia no será heredada”.
El Elder Baxter más tarde sirvió dos años como misionero en Escocia en la misión Edimburgo y también sirvió como obispo, consejero en la presidencia de estaca, presidente de estaca, consejero en la presidencia de la misión y como setenta de área.
Se casó con su esposa, Dianne Marie Lewars, y tiene 4 hijos. Su madre también se volvió a casa y se selló en el templo de Londres, Inglaterra. El Elder Baxter dijo que su madre estaba “ feliz, contenta y realizada hasta que fue superada por su mortalidad” durante su matrimonio por casi 25 años hasta que falleció.
La complejidad de los vínculos en torno a la vida familiar incluye los contextos culturales. Ir venciendo en la vida cotidiana las patologías sociales que pueden influenciarnos es un esfuerzo de años. El evangelio de Jesucristo nos ayuda a realizar los cambios que traen lazos felices y paz.