Las palabras del Élder Oaks son muy certeras para la realidad que vivimos en este mundo, te invitamos a leer lo que acaba de escribir en las redes sociales.
No podemos evitar las malas influencias que inevitablemente recaen sobre nosotros y nuestra familia, pero podemos aumentar nuestro poder para reaccionar ante ellas mientras nos oponemos al mundo.
Hace poco tuve el placer de asistir a las ceremonias de graduación de BYU-Hawaii. Como es tradicional en esas ocasiones, brindé algunos consejos a los que se graduaban. El título de mi mensaje era “Opongámonos al mundo”. Al oponernos “al mundo” obviamente no me refería a todo lo que tenía el mundo para ofrecer en cuanto a conveniencias, prosperidad y seguridad. Cuando digo: “Opongámonos al mundo”, me refiero a oponernos a esa parte de los valores y prácticas del mundo que nos alejan de las enseñanzas del Señor y de nuestras obligaciones bajo convenio.
Estos son tiempos difíciles, lleno de grandes preocupaciones: guerras y rumores de guerras, posibles epidemias de enfermedades infecciosas, sequías, inundaciones y calentamiento global. Aunque todo esto sea algo preocupante, a mí me preocupa más la creciente oleada de maldad en el mundo que nos rodea. Aunque algunos de nosotros podamos sentirnos aislados de las amenazas físicas y políticas que acabo de mencionar, todos estamos rodeados de la maldad que se encuentra en la literatura, en la música, en las películas, en los videos, en internet, en las escuelas y en los mercados.
No podemos evitar las malas influencias que inevitablemente recaen sobre nosotros y nuestra familia, pero podemos aumentar nuestro poder para reaccionar ante ellas mientras nos oponemos al mundo. Debemos tratar de forjarnos nuestra isla personal de pureza y serenidad, y fortalecer nuestras barreras en contra de las fuerzas que asedian nuestros espacios protegidos.
El Señor nos ha advertido una y otra vez, directamente y mediante Sus siervos de que el mundo nos aborrecerá por ser diferentes, por hacer las cosas a la manera del Señor. La buena noticia es que cuando hacemos la obra del Señor, a Su manera, nos estamos asegurando Sus bendiciones para que nos ayude.
…iré delante de vuestra faz”, ha dicho Él. “Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mi Espíritu estará en vuestro corazón, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros
(D. y C. 84:88)
Fuente: Facebook Dallin H. Oaks