Los presidentes de misión de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días desempeñan un papel esencial en la supervisión y dirección de las actividades misionales en áreas geográficas específicas llamadas misiones. Actualmente, la Iglesia cuenta con 450 misiones en todo el mundo, cada una bajo la dirección de un presidente de misión y su esposa, quienes sirven típicamente por un período de tres años.
La selección de los presidentes de misión es un proceso meticuloso llevado a cabo bajo la dirección de la Primera Presidencia, que es la que extiende el llamamiento luego de haber sido entrevistados por miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles. Los candidatos, generalmente sumo sacerdotes de entre 40 y 65 años, son considerados por su experiencia, madurez espiritual y capacidad de liderazgo. Una vez seleccionados, se les informa sobre su llamamiento y, posteriormente, reciben la asignación específica de la misión que presidirán. En las úlimas décadas, el presidente de misión más joven en ser llamado fue Kerving H. Joseph, quien presidió la Misión Haití Puerto Principe a partir de sus 29 años.
Antes de asumir sus responsabilidades, los nuevos presidentes de misión y sus esposas asisten a un seminario de capacitación en Provo (Utah). Durante este seminario, reciben instrucción de los líderes de la Iglesia sobre diversos aspectos de la obra misional, incluyendo la administración, el bienestar de los misioneros y estrategias para la enseñanza del evangelio. Esta preparación es fundamental para equiparlos con las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos de su servicio.
Las funciones del presidente de misión son amplias y variadas. Además de supervisar las actividades de proselitismo, son responsables del bienestar físico, emocional y espiritual de los misioneros bajo su cuidado, que pueden ser hasta 600 en algunas misiones. Esto incluye entrevistas personales, asignación de compañeros, planificación de transferencias de compañerismos y asegurarse de que los misioneros reciban la capacitación continua necesaria para su desarrollo. Entre los misioneros que están bajo la dirección de un presidente de misión se encuentran los misioneros jóvenes solteros entre 18 a 27 años y misioneros mayores solteros y matrimonios, tanto misioneros proselitistas o de servicio.
Las esposas de los presidentes de misión desempeñan un rol complementario y vital en la misión. Aunque no poseen un llamamiento oficial, sí son apartadas como misioneras y compañeras de sus esposos y tienen flexibilidad en cuanto a cómo servir. Participan en la capacitación de misioneros, ofrecen apoyo emocional y espiritual, y a menudo actúan como figuras maternas, brindando orientación y cuidado a los jóvenes misioneros que están lejos de sus hogares.
Al presidente de misión se suele referir a él como presidente y a sus esposa como hermana. Juntos son conocidos como líderes de misión.
La posición de presidente de misión en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha experimentado una evolución significativa desde los primeros días de la Iglesia. Inicialmente, las misiones eran supervisadas por líderes locales que equilibraban sus responsabilidades misionales con sus ocupaciones personales. Con la expansión de la Iglesia y el aumento del número de misioneros, se reconoció la necesidad de contar con líderes dedicados exclusivamente a la obra misional. Este cambio permitió una supervisión más efectiva y una mayor dedicación al crecimiento de la Iglesia en diversas regiones.
A medida que la Iglesia se expandía internacionalmente, la función de los presidentes de misión se volvió aún más crucial. Estos líderes no solo supervisaban a los misioneros, sino que también actuaban como representantes oficiales de la Iglesia en sus respectivas áreas, estableciendo relaciones con comunidades locales y autoridades gubernamentales, sobre todo en lugares donde la Iglesia es relativamente nueva. Su liderazgo fue esencial para adaptar las enseñanzas y prácticas de la Iglesia a diversas culturas, asegurando una integración armoniosa y respetuosa en cada sociedad.
El presidente de misión preside sobre sus misioneros y sobre los distritos y sus ramas. Aun cuando se espera que los presidentes de misión trabajen de cerca con los presidentes de estaca, los presidente de misión no presiden sobre las estacas. Además, las misiones puedes organizar ramas dependientes, las cuales están bajo la supervisión directa del presidente de misión. El presidente puede llamar consejeros los cuales, generalmente, le apoyan con la administración de las congregaciones locales más que con el trabajo de los misioneros.
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