La Iglesia comentó que obedecerá la ley y que no sacará los misioneros del país.
Aún es incierto el efecto que tendrá en la obra misional en Rusia la nueva legislación firmada por el presidente Vladimir Putin, la cual penalizará la predicación del evangelio en la vía pública, los hogares e Internet.
Tal como lo anunció el Kremlin, el jueves 7 de julio Putin aprobó una batería de leyes que limitará a las confesiones a practicar sus ceremonias solo en iglesias u otros recintos religiosos. Todo eso como un esfuerzo antiterrorista para tratar de impedir que los grupos religiosos radicalizados logren nuevos adeptos.
Con este extenso paquete legal, además, el gobierno se provee de nuevas herramientas en contra de los radicales como el almacenamiento de llamadas telefónicas y mensajes de textos, mayor vigilancia en la interacción de usuarios en las redes sociales, y un aumento en las penas por actos catalogados como terroristas. Las reuniones religiosas con el fin de atraer nuevos seguidores (por ejemplo, las charlas misionales) estarán prohibida la vía pública, en hogares o Internet.
La Iglesia «reconoció» la nueva ley en un comunicado de prensa e indicó que «tendrá un impacto en la obra misional».
«La Iglesia honrará, sostendrá y obedecerá la ley», versa el comunicado, además de asegurar que los misioneros «permanecerán en Rusia y trabajarán dentro de los requerimientos de estos cambios».
La normativa, que entrará en vigencia a partir del miércoles 20 de este mes, salpica los esfuerzos misionales no tan solo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, sino también de otras denominaciones cristianas. Solo se le permitirá predicar a quienes obtengan un permiso gubernamental por medio de alguna institución reconocida y solo en los lugares permitidos para eso. La Iglesia está registrada y es reconocida por el gobierno ruso.
Según afirmó el Deseret News, las multas llegarán hasta los US$780 por misionero y US$15.500 por organización en caso de falta.
Dado que la mayoría de los grupos religiosos en Rusia distintos a la Iglesia Católica Ortodoxa (que es la predominante) se reúnen en pequeñas congregaciones, muchas veces lo hacen en hogares u otros sitios cuyo fines no son solamente religiosos. Por este motivo, esta nueva política afectará el funcionamiento de la mayoría de los grupos cristianos, judíos y musulmanes.
«A los cristianos en Rusian no se les permitirá enviar invitaciones a la iglesia por email a sus amigos o evangelizar en sus hogares», escribió el Christianity Today al informar sobre este cambio.
Según indicó el mismo portal, fue la legisladora Irina Yarovaya, del partido Rusian Unida, quien presentó el proyecto legislativo que ya fue aprobado por Putin.
Matt Martinich, investigador SUD independiente y fundador de Cumorah Foundation, dijo al Salt Lake Tribune que para la Iglesia SUD «ha tenido un tiempo bastante difícil proselitando en Rusia desde el comienzo» y que la Iglesia tiene un presencia misional más grande que cualquier otra religión en ese país.
Actualmente son 22,7 mil los miembros SUD que viven en Rusia, distribuidos en 100 barrios y ramas, agrupados en 3 estacas, 7 distritos y 7 misiones.
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