El país del mundial es conocido por ser una desértica península con grandes reservas petroleras y de gas natural, ser una de las pocas monarquías absolutas que van quedando en el mundo y, desde ahora en adelante, será recordado como el primer país árabe (y del Cercano Oriente) en se anfitrión de una Copa el Mundo de la FIFA.
Pero, además, es uno de los países árabes en donde La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tiene presencia oficial, aunque aún no goza de reconocimiento por parte del Estado. Esto no es menor ya que en varios países árabes, cuyas poblaciones son de una abrumadora mayoría musulmana, tienes una serie de restricciones que legales en cuanto a la libertad religiosa. Hace 5 años atrás, se contabilizaba unos 556 santos de los últimos días en Catar.
En el caso de Catar, la Iglesia de Jesucristo no tiene misioneros proselitistas, pero no hay restricciones para unirse congregarse a adorar, por lo que hay unidades de santos de los últimos días que se reúnen regularmente a participar de la Santa Cena cada viernes (día de reposo legal en la cultura árabes).
Son dos barrios y una rama con sede en Doha (la ciudad capital) pertenecientes a la Estaca Abu Dabi Emiratos Árabes Unidos. Las congregaciones corresponden al Barrio Doha 1, Barrio Doha 2 y la Rama Doha 3. Los Doha 1 y Doha 3 realizan sus reuniones en inglés, mientras de Doha 2 en tagolo (uno de los idiomas hablados en las Filipinas). Desde mediados de la década del 2000 los miembros de la Iglesia y conversos filipinos comenzó a hacer crecer la Rama Doha 2, convirtiéndose en barrio en 2007.
Y ¿por qué estas reuniones no se realizan en árabe, que es el idioma oficial en Catar? Esto se debe a que la gran mayoría (si es que no todos) son miembros migrantes desde los Estados Unidos, las Filipinas y otros países, por razones laborales: los norteamericanos generalmente están labores militares o civiles para su gobierno, además de quienes trabajan en la industria de extracción de combustibles. Por su lado, los filipinos trabajan generalmente como mano de obra de diferentes rubros, pero sobre todo en la construcción. Esta es una condición que se repite en la Iglesia en casi todos los países árabes petroleros.
El Municipio de Ad Doha abarca la mayor parte de la capital catarí y es ahí, al norte de la bahía cercano a un sector llamado West Bay, donde se arrienda un chalé remodelado en su interior que servir como centro de reuniones de para los barrios 1 y 2. Específicamente, la «capilla» se ubica en Saha 12, Villa 15, Area 63 de Doha; un área rodeada de embajadas de distintos países. Al 2009, Doha 1 informaba una asistencia 170 miembros a las reuniones sacramentales con la presencia de 55 niños en la Primaria.
En particular, la Rama 3 es una unidad que sirve a los santos asignados a la Base Aérea Al Udeid ubicada en la localidad Abu Najlá de la municipalidad de Al Shahaniya (a unos 40 minutos al suroeste del centro de Doha). En esas instalaciones funcionan como base para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, la Real Fuerza Aérea y la Fuerza Aérea Emiri de Catar. En la misma base se les facilita un espacio a los santos para que puedan congregarse y adorar.
Pese que no haber misioneros, la Iglesia crece y no solamente porque lleguen más miembros extranjeros, sino porque la obra misional de los miembros funciona. Es mal visto que los cataríes musulmanes asistan a reuniones religiosas que no sean en mezquitas, además de ser ilegal, por lo que predicar a cataríes no es una opción. Pero la demografía catarí da una ventaja interesante.
Catar es un país pequeño en donde viven unos 2,9 millones de personas de los cuales solo el 15 % son ciudadanos cataríes y el resto son extranjero que vienen de más de 100 países de todo el mundo y que representan una gran variedad de religiones. Los extranjeros no tienen restricciones para asistir a alguna iglesia o aprender de alguna, por lo que los nuevos conversos son todos extranjeros.
El año pasado en Catar, la Iglesia de Jesucristo realizó un importante proyecto de servicio para ir en ayuda de los miles de familias que huían de los talibanes en Afganistán. A través de Latter-day Charities, la Iglesia entregó ropa, zapados, artículos de higiene, artículos para el cuidado de bebés, incluyendo juguetes pequeños.
Uno de los líderes de la Iglesia en Catar que contribuyó en ese esfuerzo fue Jonathan Dawson quien dijo que «salvamos vidas y les hicimos llegar a los miles refugiados afganos lo suficientes para los primeros tres días». El presidente del Área Cercano Oriente/África Norte Anthony Perkins, comentó que «es inspirador presenciar como los santos de los últimos días y nuestros amigos se unían para ayudar inmediata e incansablemente».
Uno de los grandes anhelos de los santos en Catar es la primera palada del Templo de Abu Dabi Emiratos Árabes Unidos, el primer templo árabe y en el Cercano Oriente. Tal como lo hacen cuando asisten presencialmente a su centro de estaca, asistir al templo les tomará desde Doha unas 5:50 horas en auto y cruzando dos fronteras, o cruzar en avión las aguas del Golfo Pérsico en solo una hora.
Excelente reportaje de Qatar. En mi Barrio Bello Horizonte, Estaca Bello horizonte, Managua, Nicaragua, desconocíamos que habían santos en ese país musulmán. Es sorprendente, casi increíble lo aceptamos porque la fuente es SUD y para nosotros confiable. Gracias hermano Yamil.