Los setentas autoridades generales de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días desempeñan un papel clave en la administración y liderazgo de la Iglesia a nivel mundial. Su función se basa en el modelo establecido en el Nuevo Testamento, donde Jesucristo llamó a setenta discípulos para predicar y ministrar (Lucas 10:1). En la Iglesia restaurada, la organización de los setentas se menciona en Doctrina y Convenios 107:25-26, describiéndolos como asistentes especiales del Cuórum de los Doce Apóstoles.
A los setenta se les llama por el título de «élder» y su llamamiento principal es a ser «testigos especiales» de Jesucristo.
El llamamiento de los setentas ha evolucionado con el tiempo. En sus primeros años, los setentas eran llamados para servir en asignaciones misionales y administrativas, pero su función fue reorganizada a lo largo del siglo XX para adaptarse a las necesidades crecientes de la Iglesia. Actualmente, los setentas autoridades generales son llamados para servir de tiempo completo y brindar apoyo a la Primera Presidencia y al Cuórum de los Doce Apóstoles en la supervisión de las áreas de la Iglesia.
Uno de los hitos más importantes en la historia reciente de los setentas fue la reorganización de sus cuórums en 1989. Desde entonces, los setentas se dividen en varios cuórums, y los primeros dos cuórums están compuestos por autoridades generales, mientras que los cuórums subsiguientes están conformados por líderes de área. A partir de 2016, la Iglesia dejó de informar públicamente a qué cuórum pertenecen los setentas autoridades generales, estableciendo que, al concluir su servicio, todos recibirán el estatus de emérito. Este cambio refleja una simplificación en la estructura organizativa y una mayor flexibilidad en las asignaciones de liderazgo.
Los setentas autoridades generales participan en la toma de decisiones clave dentro de la Iglesia al formar parte de comités ejecutivos, departamentos, universidades y otras instancias en la administración de la Iglesia. Son asignados a supervisar diversas áreas geográficas de la Iglesia, donde trabajan en estrecha colaboración con los líderes locales para fortalecer las congregaciones y supervisar la obra misional, el bienestar y la educación. Las asignaciones de los setentas autoridades generales se revisan y ajustan periódicamente, generalmente cada pocos años, para abordar las necesidades cambiantes de la Iglesia y aprovechar sus habilidades en diferentes áreas.
El proceso de selección de los setentas autoridades generales es dirigido por la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles. Generalmente, se elige a miembros con amplia experiencia en liderazgo dentro de la Iglesia, aunque cualquier varón digno podría ser elegible, y se les extiende un llamamiento para servir de tiempo completo a la Iglesia. Aunque no es un llamamiento de por vida, durante su servicio se les otorgan responsabilidades significativas en la administración global de la Iglesia.
Además de sus deberes administrativos, los setentas desempeñan funciones clave en la instrucción y capacitación de líderes locales. Viajan con frecuencia a diversas partes del mundo para presidir conferencias, capacitar a obispos y presidentes de estaca, y garantizar que las políticas y enseñanzas de la Iglesia se implementen de manera uniforme en todas las regiones.
El título de setenta enfatiza su función de apoyo a los Doce Apóstoles en la expansión del evangelio. Aunque no poseen autoridad autónoma, actúan bajo la dirección del Cuórum de los Doce y de la Presidencia de los Setenta en la supervisión de la Iglesia. Su trabajo es esencial para la coordinación de programas e iniciativas eclesiásticas a nivel mundial.
En el contexto contemporáneo, los setentas han sido fundamentales en la expansión y consolidación de la Iglesia en diversas regiones. Gracias a su liderazgo, se han establecido nuevas estacas y misiones, y se ha fortalecido la capacitación de líderes locales, permitiendo un crecimiento sostenido y organizado de la Iglesia.
La función de los setentas también incluye su participación en reuniones y conferencias generales, donde tienen la oportunidad de dirigirse a los miembros de la Iglesia y compartir mensajes de edificación y orientación. Su instrucción es considerada una fuente de inspiración y guía para los santos en todo el mundo.
Es previsible que el papel de los setentas continuará evolucionando conforme la Iglesia crece y se adapta a nuevos desafíos. Su estructura flexible y su capacidad de apoyar a los líderes generales y locales aseguran que su impacto siga siendo significativo en el desarrollo de la Iglesia en el futuro.
En conclusión, los setentas autoridades generales son una parte vital de la estructura organizativa de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Desde sus orígenes bíblicos hasta su función moderna como asistentes clave en la administración de la Iglesia, su labor ha sido crucial en la expansión y fortalecimiento del evangelio en todo el mundo. Su servicio dedicado, su participación en consejos y comités directivos, y su impacto en la vida de los miembros reflejan su importancia dentro de la Iglesia en la actualidad.
Setentas autoridades generales
